El sencillo truco para elegir una sandía dulce: la mancha que debes buscar y otros consejos útiles
Además de fijarte en su peso, forma o tamaño, hay trucos infalibles que nos aseguran la elección de una sandía dulce y madura
- Si ves esto en la sandía, no dudes en tirarla a la basura de inmediato
- La sencilla receta saludable para hacer helado de sandía y saciar tu antojo dulce
La sandía es, junto al melón, la fruta del verano por excelencia. Su gran porcentaje de agua la convierte en una opción refrescante y saludable para sobrellevar el sofocante calor. No te costará encontrar esta fruta de temporada en los supermercados y fruterías, aunque puede que no siempre aciertes en tu compra.
Aunque elegir la adecuada puede parecer una tarea complicada, afortunadamente, si sigues estos consejos te aseguras de llevar a casa una sandía dulce y madura. Además de fijarte en su peso, forma o tamaño, hay trucos infalibles que nos aseguran una elección óptima.
En qué debes fijarte
El peso es un factor crucial. Una sandía debe sentirse pesada para su tamaño. Esto indica que está llena de agua y, por lo tanto, será jugosa. Si al levantarla te sorprende su peso, es una buena señal. También es importante asegurarse de que la cáscara esté firme y sin magulladuras o deformaciones, ya que estas pueden ser señales de que la fruta está en mal estado.
Su color también puede darte pistas. Una sandía madura generalmente tiene una cáscara verde intensa y opaca, con rayas bien definidas. Un color demasiado brillante o manchas blandas pueden indicar que la sandía no está en su mejor estado.
El truco de la mancha para no fallar en tu compra
Pero uno de los indicadores más fiables de la madurez y dulzura de una sandía es la "mancha del campo", esa área amarillenta que ves en su cáscara. Esta mancha muestra dónde la sandía ha descansado en el suelo mientras maduraba. Cuanto más oscuro y amarillento sea el color, más tiempo ha pasado la fruta madurando al sol, lo que generalmente significa que será más dulce. Si la mancha es blanca o verdosa, es probable que la sandía haya sido cosechada demasiado pronto y no haya alcanzado su punto óptimo de madurez.
Otro método popular es el de golpear la sandía suavemente con los nudillos. Si el sonido que produce es hueco y profundo, la sandía está madura y llena de agua. Por el contrario, si el sonido es apagado, la sandía probablemente no esté en su mejor momento. Este truco, aunque no infalible, puede darte una pista adicional sobre la madurez de la fruta.
Si prefieres ir sobre seguro, optar por sandías ya cortadas puede ser una buena alternativa. Al ver la pulpa directamente, puedes asegurarte de que sea de un rojo intenso, con pepitas oscuras y sin signos de harinosidad.
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La sandía es, junto al melón, la fruta del verano por excelencia. Su gran porcentaje de agua la convierte en una opción refrescante y saludable para sobrellevar el sofocante calor. No te costará encontrar esta fruta de temporada en los supermercados y fruterías, aunque puede que no siempre aciertes en tu compra.
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