Estos son los riesgos de comer altas dosis de carne roja, según un estudio

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En la actualidad, es complejo saber con exactitud si el consumo de carne roja es favorable para la salud. Muchos expertos en nutrición recomiendan su ingesta de manera regular debido a la gran cantidad de componentes saludables que contienen. Sin embargo, muchos otros desaconsejan comer dicho alimento con frecuencia, ya que dispone de ciertos riesgos para nuestro bienestar.

La carne roja recibe su nombre porque refiere al color que poseen los músculos de los mamíferos. En este tipo de carne se encuentran la de ternera, cerdo, cordero, venado y cabra. Se diferencia claramente de la carne obtenida de otros animales como las aves o de otras partes de su cuerpo, como son las vísceras y la casquería.

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Las alarmas sobre el riesgo que suponía consumir este tipo de carne se dispararon en el año 2015, cuando un estudio científico realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) la clasificó dentro de los alimentos que podían resultar cancerígenos. En concreto, se vinculaba con la posibilidad de desarrollar cáncer colorrectal.

Riesgos para la salud

No obstante, el caso de que un consumidor habitual de carne roja padezca una dolencia de estas características es extremo y no muy frecuente. Por otro lado, el principal problema que presenta este tipo de carnes es que muchas de ellas están sometidas a ciertos sistemas de procesado, por lo que estas se han visto alteradas de múltiples maneras, ya sea ahumándolas, curándolas, salinizándolas o añadiéndoles conservantes.

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Esto provoca que las carnes rojas contengan ciertas dosis de grasas saturadas, las cuales derivan en altos niveles de colesterol perjudicial para el organismo. Esto puede traducirse en un mayor índice de aparición de enfermedades cardiacas. Es por ello que los expertos recomiendan incorporar a nuestra dieta habitual dosis limitadas de este tipo de carne para que no resulten dañinas para nuestra salud.

De hecho, lo más aconsejable es complementarlas en nuestras comidas con diversas piezas de fruta fresca, verduras, pescado, legumbres, semillas y frutos secos. Y es que los efectos negativos de la carne roja pueden verse reducidos con un consumo de alimentos con escasa cantidad de almidón.