El 98% de las pechugas de este 'súper' provienen de pollos con anomalías: ¿puede afectar a la salud?
El Observatorio de Bienestar Animal (OBA) ha analizado 6.097 muestras procedentes de 321 tiendas de la cadena en España
El 97,9% de la carne de pollo a la venta en Lidl proviene de pollos con miopatía de estrías blancas, según un estudio que acaba de publicar el Observatorio de Bienestar Animal (OBA). El análisis también destaca que dos de cada tres muestras de pechuga de pollo presentan incidencia significativa o grave de la enfermedad.
Para llegar a esta conclusión, el OBA ha analizado 6.097 muestras procedentes de 321 tiendas en España. En concreto, se realizó una selección aleatoria de 20 bandejas de pechuga de pollo en cada supermercado, procedentes del sistema de cría convencional, es decir, de pollos de crecimiento rápido, criados y sacrificados en España. Esta muestra, por lo tanto, no incluye pollo certificado, ecológico o campero.
Por tanto, las referencias analizadas han sido: pechuga entera, pechuga entera tamaño familiar, filete de pechuga y filete de pechuga corte fino. Se han excluido los productos con piel y aquellos especiados o condimentados. En caso de que no se dispusieran de suficientes productos de estas referencias en algún establecimiento, se han considerado puntualmente los cortes: filete de pechuga muy jugoso y contramuslo deshuesado sin piel.
Dado que los consumidores no pueden separar el producto afectado por el estriado blanco de los sanos del mismo envase, el observatorio ha evaluado la presencia de estrías blancas en cada paquete y no en filetes individuales para reflejar mejor las opciones reales de compra. Para este informe, no se han comprado los productos sino que, en los mismos establecimientos, se hizo una fotografía por cada producto a analizar. Las fotografías de cada supermercado fueron enviadas individualmente a la coordinación de este informe. Las imágenes poco nítidas han sido descartadas. Tras ello, las imágenes han sido analizadas individualmente para comprobar la presencia de estrías blancas. A cada una se le ha asignado el puntaje correspondiente a la parte del producto con nivel más alto de estriado blanco
Estos resultados corroboran los datos disponibles en la literatura científica actual, según los cuales entre el 50% y el 90% de los filetes de pechuga están afectados por el estriado blanco. Al mismo tiempo, continúa el patrón de incidencia observado en los informes publicados entre 2020 y 2023 en Estados Unidos, Italia, Polonia y Reino Unido.
¿Por qué tienen estas malformaciones?
Desde OBA señalan que en las granjas industriales, los pollos criados para la producción de carne crecen a un ritmo extremadamente rápido, además de vivir hacinados en entornos inadecuados para su salud y sus necesidades naturales.
Debido a la selección genética, los pollos destinados a consumo padecen diversas patologías. Una de ellas es la enfermedad de las estrías blancas, miopatía muscular que afecta entre el 50% y 90% de los pollos de razas de crecimiento rápido. Como estas razas son las más utilizadas en la fase productiva, son la elección más común de los consumidores y consumidoras de esta carne.
La principal causa del estriado blanco es el aumento de peso excesivamente rápido durante la cría, en particular de la pechuga en relación con el resto del cuerpo. Su crecimiento desproporcionado supone que las fibras musculares no reciban suficiente sangre y oxígeno y sean sustituidas por rayas blancas de tejido fibroso y grasa.
¿Puede afectar a la salud?
Desde el Observatorio señalan que las estrías blancas empeoran el valor nutricional, calidad y textura de la carne de pollo. Pero Gemma del Caño, experta en seguridad alimentaria y divulgadora científica, aclara en redes sociales que "no supone un riesgo para el consumo ni empeora la calidad nutricional". E insiste en la idea de que "son estrías blancas que salen por el rápido crecimiento". En resumidas cuentas, no, no debería afectar a la salud humana.
Por su parte, la cadena de supermercados se defiende en conversación con El Confidencial: "En primer lugar, queremos dejar constancia de que garantizar la calidad de nuestros productos es una prioridad para Lidl, extendiéndola a los propios procesos para garantizar que los productos conservan las mejores condiciones desde el proveedor hasta el cliente final. Para ello, realizamos exhaustivos controles de calidad a lo largo de toda la cadena de suministro a través de organismos independientes y acreditados. De hecho, tal es nuestra prioridad, que nuestra política de compras (incluida la de productos cárnicos) establece límites más estrictos que los propios requisitos legales".
"Todos nuestros proveedores cuentan además con avales de certificación internacionalmente reconocidos como International Food Standard (IFS) o el British Retail Consortium (BRC) que certifican los más altos estándares de calidad, y en especial la seguridad alimentaria. Además de estas revisiones minuciosas por parte de Lidl, tanto autoridades como servicios sanitarios también realizan controles de todos nuestros proveedores y productos que comercializamos en nuestras tiendas (especialmente los artículos frescos y la carne de ave), asegurando de este modo que cumplen con todos los requisitos de la legislación vigente".
Asimismo, insiste en la idea de que "la presencia de estrías blancas en la carne de ave es un elemento común en el pollo que se comercializa habitualmente en los supermercados de España (y no solo en Lidl). Tal y como manifiesta la comunidad científica, se trata de un factor visual que separa la grasa de la carne, que no afecta al valor nutricional del producto y, ni mucho menos, a su calidad y seguridad alimentaria".
Además, añaden que "por desgracia, no es la primera vez que esta organización lanza una acusación contra Lidl a través de los medios de comunicación y sin contrastar su información previamente con nosotros. Una vez más, utiliza de forma gratuita la seguridad alimentaria como factor reclamo para presionar a las empresas a que cumplan sus exigencias".
El 97,9% de la carne de pollo a la venta en Lidl proviene de pollos con miopatía de estrías blancas, según un estudio que acaba de publicar el Observatorio de Bienestar Animal (OBA). El análisis también destaca que dos de cada tres muestras de pechuga de pollo presentan incidencia significativa o grave de la enfermedad.