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La pandemia de los suicidios: peligroso aumento de intentos tras el confinamiento
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La pandemia de los suicidios: peligroso aumento de intentos tras el confinamiento

El contexto social y económico, dicen los expertos, acarreará un aumento de ideaciones suicidas. Muchos factores han hecho que en los próximos meses llegue un tsunami de problemas en torno a la salud mental que ya se dejan ver en los más jóvenes

Foto: Andoni Anseán, presidente de la Sociedad Española de Suicidiología.
Andoni Anseán, presidente de la Sociedad Española de Suicidiología.

Los peores efectos del confinamiento y de la pandemia se verán en el medio y largo plazo, ya sea a nivel social, económico, laboral o personal. Es en este último territorio en donde los estragos de una nueva crisis que permeabilizará la sociedad ya se están haciendo notar en uno de los ámbitos tan importantes como infravalorados: la salud mental. Psiquiatras, urgenciólogos y organizaciones para la prevención del suicidio esperan un incremento de los mismos en los próximos meses. Aunque no existen cifras consolidadas a nivel estatal, en Cataluña ya han advertido un incremento del 27% en el último trimestre de 2020 en cuanto a intentos autolíticos en niños y adolescentes.

El confinamiento, la saturación de los hospitales y el miedo a acudir a uno de ellos para evitar el contagio han sido los principales ingredientes para que las tentativas de suicidio aumenten en el corto plazo. "Detrás de la inmensa mayoría de suicidios consumados y el 80% de las tentativas hay una enfermedad mental, y como no la hemos podido diagnosticar a tiempo ni hacer el seguimiento, el índice se incrementará", explica Víctor Pérez, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB). Él, como psiquiatra en el Hospital del Mar en Barcelona, todos los días atiende a personas con problemas de salud mental: "Los trastornos de conducta alimentaria, la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la depresión son las enfermedades que con mayor frecuencia se asocian al suicidio, sobre todo la última, prevalente en un 60% de los casos".

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Pérez también se pronuncia sobre las unidades de psiquiatría en las urgencias de los centros hospitalarios, en muchas ocasiones el primer lugar en el que se trata esta casuística con el afectado. Incide en que se podrían haber evitado la agudización de muchas patologías que deberían haberse tratado por las vías normales, los médicos de cabecera, pero debido a la saturación y el cierre de los centros de salud es en las urgencias donde se tiene el primer contacto.

Iria Miguéns es la portavoz de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) y concuerda con lo explicitado por el psiquiatra. "Estamos en un momento muy convulso y el estrés postraumático se ha triplicado durante el confinamiento y los meses posteriores con las restricciones, además de que se han incrementado las conductas típicas de patologías en salud mental, desde las adicciones hasta las intoxicaciones. Antes, en los servicios de urgencias podríamos detectar las alarmas previas a los intentos autolíticos, pero ya no llegamos. Es un fracaso del sistema sanitario a la hora de tratar a estos pacientes", expresa la sanitaria. Además, Miguéns recalca que el estrés que han soportado los más pequeños y los jóvenes, con "constantes mensajes de muerte", les empezará a pasar factura.

El caso de los niños y adolescentes

Uno de los datos que más ha llamado la atención ha sido el incremento de un 27% en las tentativas de suicidios en niños y adolescentes del último trimestre de 2020 registradas en el Codi Risc Suïcidi (CRS) catalán. Jordi Blanch, director del Plan Director de Salud Mental y Adicciones de la Generalitat de Cataluña, habla de una "reducción drástica" de registros en el sistema en torno a ideaciones suicidas a partir del 14 de marzo, día en el que se establece el estado de alarma y se reduce la libertad de movimiento en España. Aunque en junio del pasado año se empiezan a recuperar las tasas habituales en el CRS, actualmente todavía no se ha alcanzado el nivel previo a la pandemia.

placeholder Iria Miguéns, portavoz de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes).
Iria Miguéns, portavoz de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes).

En concreto, de septiembre a diciembre de 2020 se dio un importante repunte de tentativas suicidas en los menores de edad, siguiendo el patrón preestablecido con anterioridad: más chicas que chicos intentaron quitarse la vida. "Esto tiene dos explicaciones: que hasta ahora los padres de los chavales no les habían llevado al psicólogo o psiquiatra, es decir, es gente que sufrió mucho durante el confinamiento y acudió después; y que en septiembre se inicia el curso escolar y conlleva mayor estrés en la población menor de 18 años", ilustra el propio Blanch.

La unión de esas dos circunstancias es la "tormenta perfecta", tal y como la denomina el experto de la Consejería de Salud, para que se haya producido el fenómeno en cuestión. "Son tentativas que han tenido una causa multifactorial, aunque de momento parece que no se han traducido en un incremento de suicidios consumados, lo que no quita que se dé en los próximos meses", remarca Blanch. Roque Prego, secretario general de la Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente (Sepypna), añade que a partir de septiembre se dio un incremento de la llegada de jóvenes a urgencias con cuadros de crisis de ansiedad y depresión.

Según este psiquiatra del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, en Santander, las autolesiones en ellos eran bastante frecuentes. "A través de lesionarse a sí mismos descargan mucha ansiedad, y cada vez lo hacen con mayor frecuencia. Si banalizamos eso y comparamos la autolesión con el daño personal, de ahí al intento autolítico a veces hay una línea muy delgada", en sus propias palabras. En cuanto al cómo, él es quien indica que la ingesta desmedida de fármacos suele ser la forma en que intentan quitarse la vida las chicas y las autolesiones predominan más en ellos.

Coronavirus y salud mental

La urgencióloga del hospital madrileño Gregorio Marañón tilda de "terrible", "desolador" y "aterrador" lo que están viviendo en su especialidad. Esta cuarta ola, tal y como la denomina Miguéns, va mucho más allá de las tentativas como tal, muchas de ellas evitables: "Las personas que intentaban suicidarse, en su gran mayoría, estaban diagnosticadas, dentro del sistema, pero ahora es diferente porque muchas de esas patologías han brotado durante el último año y no se han tratado a tiempo".

Foto: Imagen: Pablo López Learte.


Al fin y al cabo, el suicidio era la principal causa de muerte no natural en España en 2019, situándose en la misma media que los años previos: unos 10 suicidios consumados al día. "Se estima que por cada suicidio quedan afectadas mentalmente de seis a diez personas. Los efectos son exponenciales y ninguna de estas personas debe ser abandonada por el sistema sanitario, por lo que necesitamos que se refuercen los servicios, porque la fase de lesiones, que es la que se ve, tan solo es la punta del iceberg que hay abajo", desarrolla la urgencióloga.

La Fundación Española para la Prevención del Suicidio publica todos los años un informe desgranando la situación a nivel nacional con los datos del Instituto Nacional de Estadística. En abril publicaron los datos de 2019, por lo que para poder ver las estadísticas de 2020 habrá que esperar un par de años más. Asimismo, consideran que a día de hoy no hay datos suficientes para constatar un aumento de los intentos de suicidios, pero sí advierten: "El efecto del coronavirus va más allá de lo físico u orgánico y llega a lo mental debido a las restricciones impuestas. Eso conlleva un coste emocional y relacional que no se ha atendido, por lo que tarde o temprano tendrá que aparecer", en palabras de Andoni Anseán, presidente de la Fundación.

"Aparecerán problemas de insomnio, ansiedad y depresión. No hay datos al respecto, pero tampoco hay que hacer muchas cábalas para prever un aumento de los problemas de salud mental en un sistema sanitario ya de por sí insuficientemente dotado. O aprendemos de las lecciones que nos ha dado el coronavirus en lo mental o nos veremos avocados a una nueva pandemia, aunque esta vez no estará provocada por ningún virus", se explaya Anseán, también presidente de la Sociedad Española de Suicidiología.

Foto: Un enfermero traslada a un paciente en silla de ruedas. (EFE) Opinión

La situación social empeora

El contexto de desestabilización laboral que ha acarreado la pandemia también tendrá consecuencias en los suicidios. Según datos de la anterior crisis económica de 2008, un 1% de aumento en el desempleo conllevó un 0,8% de incremento en la tasa de suicidios. Y otro apunte observado durante aquella recesión: los suicidios en los varones de 40 a 60 años aumentaron en un 40%. "A finales de esta década veremos realmente los efectos que ha tenido la pandemia en la salud mental. Será un tsunami de situaciones críticas, ansiedades y depresiones", agrega el mismo Anseán.

La forma en que se intentan paliar las enfermedades y trastornos mentales también habla de la sociedad. España es el primer país del mundo en consumo de benzodiacepinas (ansiolíticos y sedantes), y el cuarto respecto a ingesta de antidepresivos, fármacos con posibles efectos secundarios tan graves como la adicción. Así se muestra Anseán al respecto: "El problema que tiene una persona que se quiere quitar la vida no solo tiene que ver con la salud mental, ni siquiera con lo sanitario, sino con la sociedad, la educación o los medios de comunicación. Afecta a todo".

Además, está demostrada la correlación entre la ideación suicida y el nivel socioeconómico de la persona. "Las personas con trastornos mentales pertenecen a familias más vulnerables, por lo que los próximos años de crisis económica y social serán determinantes para ver de qué forma se incrementan los intentos y la consumación de suicidios", completa Roque antes de exigir al Gobierno, como viene haciendo desde hace 30 años, la creación de la especialidad médica de psiquiatría infantil. Es Anseán el que concluye: "Apostando por la prevención hemos visto cómo ha aumentado la concienciación en torno a la violencia de género y la siniestralidad vial, así que ese es el factor clave si queremos empezar a evitar el aumento de suicidios que veremos en una década".

Los peores efectos del confinamiento y de la pandemia se verán en el medio y largo plazo, ya sea a nivel social, económico, laboral o personal. Es en este último territorio en donde los estragos de una nueva crisis que permeabilizará la sociedad ya se están haciendo notar en uno de los ámbitos tan importantes como infravalorados: la salud mental. Psiquiatras, urgenciólogos y organizaciones para la prevención del suicidio esperan un incremento de los mismos en los próximos meses. Aunque no existen cifras consolidadas a nivel estatal, en Cataluña ya han advertido un incremento del 27% en el último trimestre de 2020 en cuanto a intentos autolíticos en niños y adolescentes.

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