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Madrid vuelve a la calle en defensa de la sanidad pública: "La joya de la corona no se vende"
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"sacad los pañuelos blancos"

Madrid vuelve a la calle en defensa de la sanidad pública: "La joya de la corona no se vende"

Decenas de miles de manifestantes regresan al centro de la capital después de la protesta de noviembre. Denuncian los planes de la CAM para el sistema sanitario. La Delegación del Gobierno cifra el número de asistentes en 250.000

Foto: Una de las cuatro cabeceras de la manifestación por la sanidad pública de este domingo en Madrid. (EFE/Zipi)
Una de las cuatro cabeceras de la manifestación por la sanidad pública de este domingo en Madrid. (EFE/Zipi)

"Dani, ¿cómo vas? Venga, que estamos ya en Legazpi". Media hora antes del inicio de la manifestación en defensa de la sanidad pública, los madrileños empiezan a concentrarse en las cuatro columnas convocadas. Plaza España, el Hospital de La Paz, Nuevos Ministerios y Legazpi. Este periódico se ubica en la última, la rama del sur, que ascenderá hasta la plaza de Cibeles por segunda vez en tres meses. La nueva marea sanitaria es joven, adulta... y anciana. Abunda los mayores. Entre ellos, Alfredo, que ha serigrafiado 100 camisetas con el lema "La sanidad pública se defiende, no se vende". Es pensionista y puntual, igual que las vecinas de Leganés que se han acercado con máscaras decoradas. "Es carnaval", dice Milagros, la artífice de la decoración. Una de sus amigas es administrativa en un hospital privado y conoce los precios de los seguros. "Vendremos las veces que haga falta", dice, ya que "no todo el mundo puede pagárselo".

La convocatoria, organizada por los 74 colectivos de las Vecinas y vecinas de los barrios y pueblos de Madrid, se produce apenas tres meses después de la multitudinaria manifestación del pasado 13 de noviembre. Fueron 200.000 personas. Este domingo, según las cifras de Delegación del Gobierno, se han concentrado 250.000. "¿Por qué vuelven a convocar a la gente a las calles?", pregunta este diario. Y la respuesta de Ana, vecina de Getafe, es contundente. "Porque estoy enferma, me pincho cada 8 semanas, y si no lo financia la sanidad pública, me costará 4.000 euros la medicación". Lo cierto es que el escenario del conflicto era distinto en la última cita de noviembre. Por entonces, no había arrancado el paro indefinido de los médicos de Atención Primaria. Ahora se trata del principal tema de debate. El encontronazo se repite semana a semana y los facultativos y la administración son incapaces de ponerse de acuerdo, a diferencia de lo que ocurre en otras comunidades autónomas. Los convocantes hablan de evitar el "desmantelamiento" de la sanidad pública.

Foto: La marea blanca, esta mañana en Madrid. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)

El sindicato médico, por su parte, desconfía del último protocolo anunciado por la Consejería de Sanidad, que consiste en reducir las ajenas a 34 pacientes por médico y 21 por pediatra. Este proyecto piloto debería haberse puesto en marcha el pasado lunes 30 de enero, pero todavía no ha empezado. El sindicato Amyts, mayoritario en la región madrileña, sostiene que todo radica en la financiación y mejora de condiciones para los profesionales. Por su parte, la Consejería mantiene estar abierta al diálogo y que son los médicos quienes reniegan de llegar a un punto en común. La pescadilla que se muerde la cola mientras las listas de espera de pacientes aumentan. Y respecto a la multitudinaria concentración, apostillan que se trata de una manifestación politizada y que sabían que la izquierda retorcería la situación para sacar rédito antes de las elecciones, que se celebrarán el próximo mes de mayo. Argumentan que Madrid es la región con mayor cobertura horaria en Atención Primaria, donde se han destinado más de 200 millones de euros; además de convocar 9.574 plazas de estabilización para el personal de Servicio de Salud Madrileño. Desde el Colegio de Médicos tampoco han secundado la protesta.

placeholder Alfredo con sus camisetas. (A.F.)
Alfredo con sus camisetas. (A.F.)

"La joya de la corona"

Pero nada de esto convence a Miguel Ángel Galán, de 63 años y discapacitado. Dice haber visto como los ambulatorios han ido en declive con los años y le gustaría preservar "la joya de la corona" de la sanidad madrileña. Este es el sentir general de los manifestantes: aguante y resistencia hasta que la situación que viven a diario en los centros de salud (según relatan), se remedie con una mejora de la calidad asistencial.

placeholder Varias manifestantes, esta mañana en la columna sur. (A.F.)
Varias manifestantes, esta mañana en la columna sur. (A.F.)

La convocatoria, en un primer momento, parecía no terminar de cuajar entre los madrileños. La comunidad lleva viviendo el día de la marmota en cuanto a la crisis sanitaria desde hace meses. No obstante, la noche del sábado terminó de convencer a varios para acudir a la cita de la capital. La gala de los Goya, celebrada en Sevilla este sábado, estuvo marcada por la reivindicación en defensa de la sanidad pública. La viuda del maestro del cine recientemente fallecido, Carlos Saura, agradeció al Hospital de Villalba los cuidados recibidos durante los últimos días del cineasta. Y la cuenta oficial de la Comunidad de Madrid contestó en redes sociales: “[El hospital] es de gestión público-privada”. En la misma línea, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, compartió su publicación en iSanidad definiendo el 2022 como "el año de la atención primaria". Y poniendo el foco de la escasez de profesionales sanitarios en las previsiones de jubilación de los próximos años, ofreciendo alternativas como aumentar el cupo de estudiantes en las facultades y crear una especialidad de urgencias, entre otras.

El conflicto estalló oficialmente con la polémica reapertura de los PAC, los centros sanitarios de urgencia que clausuraron durante la pandemia. La puesta en marcha sin presencialidad en todos los puntos no gustó a todos, lo que provocó que comenzara a caldearse el ambiente del descontento. Estos facultativos se pusieron en huelga, y la mecha se fue expandiendo al resto de comunidades autónomas. La principal diferencia es que, en Aragón, Andalucía o Extremadura sí se ha llegado a un acuerdo con los sanitarios, algo que se resiste en la capital. Paralelamente, y según datos de la patronal de compañías aseguradoras (Unespa), los ingresos por seguros médicos privados aumentaron en 2022 un 7% en relación al año anterior.

placeholder Miguel Ángel Galán, de 63 años. (A.F.)
Miguel Ángel Galán, de 63 años. (A.F.)

Mientras las distintas columnas avanzaban hacia Cibeles, se sucedían las críticas, megáfono en mano o a pleno pulmón, contra el Ejecutivo que preside Isabel Díaz Ayuso. "Ayuso dimisión" y "la sanidad pública se defiende" han sido dos de los lemas que más se han escuchado conforme la protesta completaba el recorrido por el paseo de las Delicias. "Ruiz Escudero, ¿dónde está el dinero?", se preguntaron también algunos los manifestantes haciendo alusión al consejero de Sanidad.

"Si no nos hacen caso, volvemos"

El ambiente esta mañana ha sido optimista, los transeúntes consultados confiaban en que la cita de hoy marque un antes y un después en la gestión sanitaria. "Nada para la privada", es lo que reclaman. Hay que tener en cuenta que la última convocatoria no consiguió desencallar el conflicto. De hecho, lo enquistó: se reunieron colectivos y Administración hasta en nueve ocasiones y el resultado continuó siendo el mismo. "Si no nos hacen caso, volvemos otra vez", vocean. Pero, ¿hasta cuando? "Hasta que me atiendan. Mira, me caí y me hice mucho daño en el brazo. Fui al médico en abril de 2021 y la cita de la radiografía me la dieron para enero [de 2022] y hasta junio no tuve el resultado". Habla Ana, de 62 años, que lleva 18 meses quejándose del funcionamiento del centro de salud de Villaverde. "Me dan igual las elecciones. Yo voy a seguir viniendo hasta que tengamos médicos. Yo ya no tengo doctora asignada, nos citan para los médicos de urgencia". La concentración se produce a escasos tres meses de los comicios autonómicos. Es precisamente la cuestión sanitaria uno de los principales conflictos a los que se enfrenta la actual presidenta de la región, Isabel Díaz Ayuso.

placeholder Destino final de la concentración, la plaza de Cibeles. (A.F.)
Destino final de la concentración, la plaza de Cibeles. (A.F.)

Algo especialmente llamativo es que, a la pregunta de "por qué viene usted a esto", todo el mundo empieza a hablar de sí mismo, o de un familiar, o de un conocido. Nadie, al menos de los presentes esta mañana en el centro de Madrid, parece ajeno a la protesta. Es precisamente la presencia de gente mayor la que provoca algún que otro parón para descansar. En torno a la una de la tarde, Raquel y su madre Loli, de Aluche, decidieron tomar una caña en un famosísimo bar. Hasta en los negocios perciben el impacto de la protesta. "Sí, sí, viene mucha más gente, claro que se nota", sentencia uno de los camareros. No puede atender más a este diario, ya que va corriendo a recoger las cervezas de la barra para una mesa de la terraza. Raquel y Loli, dicen, han parado "para coger fuerzas y llegar Cibeles".

Pañuelos blancos y canciones

Y es precisamente en la fuente madrileña por excelencia donde estalla el hartazgo. El templo merengue esta vez se viste de blanco por otra razón. Incluso hubo algún que otro encontronazo con periodistas. "Pase por aquí, pase por allá", pero uno apenas puede desplazarse entre una multitud con pañuelos blancos, gritos y canciones. Las columnas, esta vez, han partido desde más lejos para "facilitar" el acceso a todo el mundo, explican desde el escenario. Los organizadores cifran la asistencia en un millón de personas, mientras que la Delegación del Gobierno estima que se personaron 50.000 manifestantes más que en la anterior concentración.

placeholder Decenas de miles de personas en Cibeles. (A.F.)
Decenas de miles de personas en Cibeles. (A.F.)

No obstante, la protesta también ha pillado por sorpresa a algún despistado. Es el caso de Miriam y Cecilia, que tienen 24 y 26 años, y salieron ayer de fiesta. Admiten que tienen resaca y esta mañana han salido a desayunar a una terraza del paseo de las Delicias. Cada vez que alguien grita en el megáfono, tuercen el gesto del dolor de cabeza. "No sabía de qué era la manifestación, hay tantas cosas por las que protestar que a saber...", dice Cecilia. La aglomeración de personas alrededor de su mesa era lo último que se esperaban este domingo por la mañana. Miriam se ríe y disfruta lo que le queda de la tostada de tomate entre grito y grito.

placeholder Miriam y Cecilia, dos jóvenes que solo querían desayunar tranquilas. (A.F.)
Miriam y Cecilia, dos jóvenes que solo querían desayunar tranquilas. (A.F.)

"Les interesa"

La clase política no ha sido ajena a la protesta y Enrique Ossorio, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, ha cargado contra la, a su juicio, politización de la protesta: "No quieren llegar a un acuerdo y quieren llegar a las elecciones en esta situación porque el Gobierno es una calamidad". La portavoz de Más Madrid en la Comunidad, Mónica García, ha acudido a la cita junto al portavoz en la campaña municipal, Eduardo Fernández Rubiño, y el líder de Más País, Íñigo Errejón. García ha definido la gestión sanitaria del Ejecutivo regional como "chapuza" y Rubiño ha criticado que el consistorio impidiera a los periodistas el acceso a la terraza del ayuntamiento, algo que no terminó ocurriendo. Las imágenes desde lo alto con la Cibeles repleta de asistentes no tardaron en difundirse por redes sociales.

Por su parte, la portavoz de Unidas Podemos en la Asamblea, Alejandra Jacinto, ha catalogado las políticas de Díaz Ayuso de ser "terrorismo político". Desde el grupo socialista, que también ha acudido al encuentro, han señalado que es "indispensable apostar por servicios públicos de máxima calidad". "Por primera vez en 40 años hay un consenso amplísimo en la población madrileña sobre la preocupación que hay por la sanidad", ha sentenciado Juan Lobato. Otras ciudades como Santiago de Compsotela o Burgos también han registrado protestas a lo largo de la mañana.

"Dani, ¿cómo vas? Venga, que estamos ya en Legazpi". Media hora antes del inicio de la manifestación en defensa de la sanidad pública, los madrileños empiezan a concentrarse en las cuatro columnas convocadas. Plaza España, el Hospital de La Paz, Nuevos Ministerios y Legazpi. Este periódico se ubica en la última, la rama del sur, que ascenderá hasta la plaza de Cibeles por segunda vez en tres meses. La nueva marea sanitaria es joven, adulta... y anciana. Abunda los mayores. Entre ellos, Alfredo, que ha serigrafiado 100 camisetas con el lema "La sanidad pública se defiende, no se vende". Es pensionista y puntual, igual que las vecinas de Leganés que se han acercado con máscaras decoradas. "Es carnaval", dice Milagros, la artífice de la decoración. Una de sus amigas es administrativa en un hospital privado y conoce los precios de los seguros. "Vendremos las veces que haga falta", dice, ya que "no todo el mundo puede pagárselo".

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