Todo lo que la avena puede hacer por ti y cómo incluirla en tu dieta

Hay algunos alimentos que, aunque nos ha costado descubrir, ahora no podríamos vivir sin ellos. Este es el caso de la avena, ya que sus muchas propiedades han conseguido convertirla en uno de los cereales imprescindibles en todas las dietas.

Se trata de un alimento muy completo, rico en fibra y con mayor cantidad de proteínas y minerales que otros cereales. Tiene propiedades saciantes y aporta muy pocas calorías a nuestra dieta, por lo que es ideal para ayudarnos a mantener nuestra figura.

Presenta un alto contenido de hidratos de carbono, la mayor parte polisacáridos de absorción lenta, por lo que nos da energía de forma lenta pero constante a lo largo de más tiempo una vez consumida. Por ello se recomienda hacerlo en el desayuno.

Además tiene otros muchos beneficios para nuestra salud. Por ejemplo, su consumo ayuda a bajar el colesterol gracias a una fibra soluble, el betaglucano, que reduce la absorción del colesterol de otros alimentos ayudando a prevenir problemas cardiovasculares.

Es rica en antioxidantes, que ayudan a evitar el envejecimiento celular, pero su consumo también tiene un efecto antiinflamatorio y sirve para regular la presión arterial. Reduce los niveles de azúcar en sangre, estimula la glándula tiroides y favorece el tránsito intestinal.

Por sus propiedades, también suele incluirse en dietas para perder peso. Estas deben ser prescritas por un médico o un nutricionista, y es que deben ser los expertos quienes te den las pautas necesarias para que cumplas tus objetivos con una alimentación equilibrada y saludable.

La avena en nuestra dieta

Visto los muchos beneficios de su consumo, siempre de forma moderada y en el marco de una dieta sana y equilibrada, no es raro que se haya hecho un hueco en nuestras cocinas. Una de las formas más habituales es en copos.

Podremos añadir un puñado a nuestro desayuno, por ejemplo mezclándolo con un yogur natural y fruta. O también podemos prepararnos unas tradicionales gachas, mezclándolas con agua o con leche en un cazo a fuego suave.

Además de en copos, también encontramos la avena en semillas. La podemos preparar como el resto de cereales, cocida. Eso sí, hay que hidratarla previamente hasta que aumente su tamaño. Podemos servirla en un salteado de verduras o fría en ensalada.

También la encontramos en el mercado como harina, salvado o leche. La podremos usar en la cocina como hasta ahora empleábamos estos ingredientes. En el caso de la harina, mézclala con la de trigo, ya que funcionan mejor juntas.