Saltarse la cena no es una buena idea si quieres adelgazar y te contamos por qué

Cuidar nuestra alimentación es uno de los primeros pasos que debemos dar cuando intentamos llevar una vida más saludable, pero no siempre resulta sencillo encontrar la mejor forma de hacerlo para conseguirlo.

Por eso en ocasiones nos encontramos cometiendo errores que, en lugar de ayudarnos a sentirnos mejor, lo único que consiguen es jugar en nuestra contra, haciendo que nuestra forma de vida equilibrada y saludable no lo sea tanto como pensamos.

Uno de estos errores es saltarnos la cena. Todas las comidas del día son importantes, todas requieren nuestra atención y solemos destacar la hora del desayuno, apostando por preparaciones que nos ayuden a pasar el día con energía, algo similar a lo que hacemos con la comida.

Pero llega la noche y tendemos a pensar que ya no necesitamos esa ración de comida. Al fin y al cabo el día se acaba, ¿para qué vamos a necesitar esa ración de energía extra? No son pocas las personas que piensan que, esta última ingesta del día, puede hacernos engordar, por lo que es mejor saltársela.

No cenar no es una buena idea

Seguro que ya te lo imaginas, pero esto es un error. Aunque nosotras no estemos activas porque estamos durmiendo, el cuerpo sigue trabajando. Mientras dormimos nuestro corazón sigue bombeando, nosotras seguimos respirando… hay actividades que no pueden parar y para ello necesita energía.

Pero, ¿de dónde obtiene esta energía para seguir en marcha? Cuando no cenamos, puede conseguirla de dos sitios, la masa muscular y la grasa almacenada. Aunque a nosotras cuando evitamos la cena nos gustaría que consiguiera esa energía eliminando la grasa, lo cierto es que le resulta más sencillo y cómodo conseguirla en el otro lado. Saltarte la cena hará que pierdas músculo, no grasa.

Esta pérdida de músculo hace que el cuerpo consuma menos calorías en reposo, lo que además provocará que nuestro metabolismo sea más lento.

Por si todavía no te has convencido de que cenar es importante, conviene señalar que, cuando nos saltamos la cena, nuestro organismo entra en estado de alerta, una vez que volvamos a comer, guardará reservas en forma de grasas por si vuelve a encontrarse en esta situación de escasez de alimentos.

Este es uno de los motivos por los que las dietas milagrosas, con las que pierdes peso de forma rápida consumiendo pocas calorías, producen un efecto rebote al retomar nuestros hábitos normales.

Así las cosas, parece claro que lo mejor es cenar de forma adecuada para conseguir nuestros objetivos, ya sean llevar una vida más sana o incluso perder un poco de peso.

Una de las claves es adelantar la hora de la cena, dejar pasar al menos dos horas desde que terminamos de comer hasta que nos acostamos. Por la noche resulta más complicado metabolizar los alimentos, cuando nuestro cuerpo se prepara para el reposo de la noche ralentiza la asimilación de comida.

También es importante cuidar lo que comemos, por eso conviene cenar sano y ligero, evitando alimentos demasiado pesados, como los fritos, o aquellos que dificultan la digestión por la noche. Es un momento estupendo para el consumo de proteínas como las que obtienes del huevo, el pescado o las carnes magras.