Equinoccio de otoño: qué es, cómo te afecta y cómo hacerlo más llevadero

Hay días que son importantes por cuestiones personales, como los cumpleaños o los aniversarios; luego están lo que son relevantes por tratarse de una festividad, como sucede con las Navidades. También hay otros que anuncian cambios, que indican el principio de un nuevo comienzo, y eso es precisamente lo que sucede con el equinoccio de otoño, que marca el cambio de estación.

Se acaba el verano y dejamos atrás las vacaciones en al campo o las escapadas a la playa. Comienza una nueva etapa en la que la naturaleza cambia y va mutando, dejando atrás los verdes y abrazando los ocres y los anaranjados que visten sus hojas y lo llenan todo de belleza. Bajan las temperaturas, comienza la época de jersey y mantita, vuelven los platos de cuchara… Nada vuelve a ser igual.

Para muchas culturas, el equinoccio marcaba el comienzo de la cosecha, se preparaban para encarar los complicados meses de invierno, por lo que había que recoger lo sembrado. Es una ápoca para agradecer lo que se ha conseguido y las metas alcanzadas, pero también es un tiempo marcado por la tristeza y la melancolía.

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En el calendario tradicional chino, este momento sitúa el comienzo de una de las 24 fases en las que dividen el año, concretamente hace referencia al Qiufen, la número 16, que comienza el 23 de septiembre y se extiende hasta el 8 de octubre en nuestro calendario. Esta es solo una de las muchas culturas para las que el equinoccio es una fecha importante.

El término equinoccio significa "noche igual", haciendo referencia al momento de equilibrio en el que el día dura lo mismo que la noche. Una vez que comienza el otoño, los días comienzan a ser más cortos, las noches se hacen más largas y esto no siempre es bien recibido por todo el mundo. Afecta a nuestro estado de ánimo, incluso sin que nos demos cuenta.

Esta sensación se asemeja mucho a la astenia primaveral, cuando notamos que nuestro estado anímico es más bajo, estamos más apáticos y nos sentimos más decaídos de lo normal. También se suele asociar con cambios en el sueño, este es más ligero y menos reconfortante y nos cuesta más dormir, así como con ciertos problemas para concentrarnos.

El otoño llega tras los meses de verano, una época que en general asociamos con el descanso y con épocas de mayor libertad. Solemos tener periodos más largos de vacaciones en los que salimos de la rutina y nos reunimos con amigos, viajamos... La llegada del otoño acaba con esto y marca la vuelta a los horarios habituales y las costumbres de siempre.

No está muy claro que sea el equinoccio de otoño el responsable de estas sensaciones; de hecho se suelen achacar más al cambio de estación. Sin embargo, estos dos fenómenos están tan intrínsecamente relacionados que es complicado separarlos, pues uno marca el pistoletazo de salida del otro.

Lo mejor para prevenir estas sensaciones de debilidad, cansancio, tristeza e irritabilidad es hacer algunos cambios en nuestra vida, sobre todo encaminados a llevar un estilo de vida más saludable y más activo. Lo mejor es marcarnos unos horarios, lo que nos ayudará a comer mejor y también es clave para lograr un gran descanso.

Comer siempre a la misma hora y, sobre todo, adelantar la hora de la cena tiene muchos más beneficios de los que pensamos porque nos ayuda a irnos a dormir con la digestión ya hecha, lo que hace que nos resulte más sencillo dormirnos.

Descansar bien no siempre es sencillo, pero en esta época del año podemos lograrlo con más facilidad, pues las bajas temperaturas nos ayudarán a ello. También evitar la cafeína y la nicotina, así como las siestas demasiado largas. Lo mejor es acostarse relajado y, en caso de no poder dormir, es una opción más interesante levantarnos que quedarnos dando vueltas en la cama.

Una alimentación equilibrada y un poco de ejercicio físico resultarán determinantes a la hora de afrentarlo con la mejor de las disposiciones. Evitar el azúcar y apostar por alimentos como las legumbres, las frutas y las verduras y, sobre todo, intentar aumentar la exposición solar, por ejemplo cuando hacemos algo de deporte. Anochece más temprano, por lo que esto no siempre resulta sencillo.

Sacar tiempo para quedar con nuestros seres queridos también es esencial, así como dedicarnos un poco de tiempo a nosotros mismos. Cuidar nuestra mente todo el año es esencial, pero en momentos en los que nos sentimos un poco más bajos de ánimo resulta todavía más importante. Prácticas como la meditación pueden ayudarnos a sentirnos mejor.