Ana Guerra: “Llevo dos años y medio en terapia y acabaré el tratamiento, pero seguiré yendo”

Ana Guerra fue una de las invitadas al preestreno del documental de Aida Domenech, ‘Dulceida al desnudo’. Acudió acompañada de su pareja, Víctor Elías, que no estaba invitado como acompañante de ella, sino en calidad de director musical de la producción. Llegaron juntos con total naturalidad, pero prefirieron posar por separado, aunque no descartan hacerlo juntos si surge la ocasión, de la misma forma que no renuncian a la posiblidad de pasar por el altar en un futuro, pues su relación va viento en popa y acaban de irse a vivir juntos.

Además, Ana, en el terreno profesional, también está cosechando grandes alegrías: a finales de mes cierra su gira en Barcelona y ya tiene todas las miras puestas en su siguiente trabajo, aunque quiere dedicarle el tiempo y la calma que cree que se merece.

Cuéntanos, ¿de qué conoces a Dulceida?

Tengo un videoclip donde sale ella. No recuerdo el momento en el que nos conocimos porque fue cuando salí de la academia con toda la avalancha de OT y no tengo el recuerdo concreto, pero es maravillosa y en ese videoclip queríamos darle mucha visibilidad al colectivo LGTBI y ella se apuntó. Fue muy generoso por su parte.

¿Tú harías un documental sobre tu día a día?

Sí, yo no tengo tabúes a la hora de hablar sobre cualquier cosa. ¿Pero sería interesante? Esa es la pregunta.

Tienes una gran cantidad de fans. A ellos podría interesarles, ¿no te parece?

No lo sé. Para mí, que conozco mi vida, a lo mejor no tanto; pero quizá para alguien que la desee conocer, sí. Todo es relativo.

(En este momento de la entrevista le suena el teléfono que lleva en el bolso de mano, pide disculpas y mira quién es. Resulta ser Víctor Elías, su pareja: “Nada, es mi marido que está por ahí dentro”, se explica.)

Uy, dices "marido". ¿Lo será algún día?

Puede que sí, quién sabe.

¿Hay planes boda?

De momento nos acabamos de ir a vivir juntos. Las cosas de palacio van despacio.

Habéis venido juntos, pero habéis posado por separado. ¿Por algo en especial?

Pues no, ha surgido de forma natural, pero no descarto que posemos juntos en algún photocall.

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¿Soléis ir juntos a los eventos o preferís no mezclar?

Si tenemos la oportunidad, sí; pero él, por ejemplo, ha venido en calidad de director musical de la serie porque la música la ha hecho él. Entonces, claro, él tiene que venir. Y yo he venido porque me ha invitado Aida. Al final son muchas coincidencias.

¿Cómo van tus proyectos musicales?

Pues mira, el 26 de noviembre acabo la gira en Barcelona y ya tengo todo noviembre, menos ese fin de semana, cogido para componer. Y eso te puedo contar. Hasta que no tenga lo que viene, no lo voy a sacar. No tengo ninguna prisa, la verdad.

Noviembre, componer; y en navidades, ¿tienes pensado algo?

Pues currar un montón y estar un poco tranquila, que me he comido unas navidades los últimos años...

Veo que tu prioridad es el trabajo, pero después de girar, que llevas muchos meses y componer y todo, ¿no haces parón para tener vacaciones unos días?

No lo he hecho y en verdad el otro día lo hablaba en terapia, mi terapeuta me decía que si no veía que mi cuerpo me estaba pidiendo descansar... Pero es que no sé no hacer nada. En algún momento aprenderé y lo haré, lo he prometido, pero de momento no sé.

Hablas con alegría de la terapia. ¿Es una herramienta que te ha ayudado mucho?

Es que no sabes lo que te puedes reír en una terapia de ti mismo y aprender de ti, y llorar a mansalva todo lo que quieras. Sí, me ha servido muchísimo y no la quiero terminar.

No es común hablar así tan abiertamente de esto, pero tú hace tiempo que dijiste que habías pedido ayuda. ¿Nunca te ha dado pudor hablar del tema?

Yo no tengo tabúes con nada, la atención médica me parece algo supernatural. Además es que ya comenté por qué fui a terapia, que fue cuando salí de la academia, que fue todo un revuelo y evidentemente llevo ya dos años y medio en terapia. En algún momento acabaré el tratamiento, pero seguiré yendo una vez al mes seguro por una forma de autocuidado con uno mismo.

¿Ejercitas algún otro tipo de autocuidado?

Hago yoga y yin yoga, combinándolo con deporte, e intento tener muy en cuenta el autocuidado. Sobre todo cuando paramos la gira, es como ‘vale, he exprimido al cuerpo y no le he dado todo el autocuidado que se merece y ahora se lo voy a dar’.

Laboralmente, ¿qué te apetece hacer?

Pues mira, me apetece mucho irme a algo un poquito movido con letras profundas y melodías chungas. Nada latino ni reguetonero, porque de momento no me vuelvo a ver ahí, aunque no lo descarto algún día, pero sí algo con muchas raíces canarias, muy de mi tierra.

¿Hay algún género que descartes 100%?

El heavy, el rap, el flamenco… Son géneros que yo jamás podría cantar, mis respetos a quien lo hace.

Has colaborado ya con muchos artistas, ¿hay alguien en concreto con quién te apetezca cantar en el próximo disco?

Vanesa Martín, que estaba además por aquí. Me encantaría cantar con ella, me parece una maestra.

Cuando te apetece algo así, ¿tú lo propones, te atreves o es algo de la discográfica?

De todas las maneras. Puede venir de que te llevas muy bien con alguien y te apetece compartir; puede venir por parte de la discográfica que le llegue que otra persona piense en ti… De Tiziano Ferro me llegó desde Los Ángeles su propuesta para mí, que era lo que yo no me podía creer. Pensaba: ‘¿Este señor se ha equivocado de Ana o qué? ¿Será Torroja?’.

Y ya para finalizar, a tus compañeros Alfred y Agoney en el Benidorm Fest, ¿cómo los has visto?

Creo que son las dos personas de mi edición más idóneas para representar a España en Eurovisión porque Alfred ya nos ha representado al 50% solo porque la otra parte era Amaia y nada, ojalá sea alguno de los dos. Yo barro para casa.