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Las Beatas 2015, el vino español que ha ganado el gordo de los 100 puntos Parker
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Las Beatas 2015, el vino español que ha ganado el gordo de los 100 puntos Parker

La prestigiosa revista 'Wine Advocate' ha distinguido un tinto nacional con la máxima calificación. El crítico Luis Gutiérrez lo ha definido como un "Porsche de los vinos"

Foto: La Beata 2015, Castillo de Igay 1986, La Faraona 2014 y Palo Cortado Reliquia Barbadillo.
La Beata 2015, Castillo de Igay 1986, La Faraona 2014 y Palo Cortado Reliquia Barbadillo.

En el último número de febrero de la revista 'Wine Advocate', la del prestigioso crítico vinícola Robert Parker, aparece un vino español valorado con 100 puntos. Concretamente un rioja, Las Beatas 2015, elaborado por la Compañía de Vinos Telmo Rodríguez, un tinto que saldrá al mercado en estos días (en añadas anteriores, se han pagado alrededor de 180 euros por botella) y que acaba de acceder al Olimpo de los dioses, báquicos en este caso.

Todo lo que toca el célebre gurú vinícola norteamericano —y su equipo— se convierte inmediatamente en éxito, máxime cuando se trata, como este, de elaboración muy especial, el 'top'. De forma instantánea la bodega se revaloriza, el vino sube de precio y lo habitual es que se agote, máxime cuando la mayoría de estos 'cienes' son de producción limitada.

De los aproximadamente 10.500 vinos catados en estos cinco años, solo he dado 100 puntos a 17

Durante 30 años, la industria mundial del vino ha estado claramente influenciada por un norteamericano nacido en Maryland en 1947, abogado de profesión, que fundó un boletín vinícola llamado 'Wine Advocate' a finales de los setenta. La fama le llegó en 1982 catando en Burdeos y apostando por el futuro de una cosecha que calificó como excelente, a pesar de la opinión contraria de los expertos franceses. El tiempo le dio la razón y con ella el prestigio: dejó la abogacía, se convirtió en prescriptor mundial y supo aprovechar la explosión del mercado del vino en Estados Unidos.

Robert Parker instauró un método de puntuación para valorar los vinos que no se empleaba hasta ese momento, optando por un sistema que juzga de cero a 100 puntos, pero que en realidad parte de 50. Por encima de los 80 llegan los vinos verdaderamente interesantes, esos que están entre 'mejor que la media y muy buenos' (de 80 a 89 puntos), 'excepcionales' (90-95) o 'extraordinarios' (95-100).

Un vino de 88 puntos puede ser magnífico, y si hablamos de España, lo divertido está en la diversidad

A lo largo de estas tres décadas, Parker ha tenido un buen número de detractores, sobre todo en Europa, que le criticaban por su falta de imparcialidad y un gusto marcado por vinos con mucho cuerpo, color y potencia, un estilo que incluso llevó a determinadas bodegas a elaborar 'vinos parkerizados' que buscaban puntuaciones altas que abrieran sus marcas a los mercados internacionales, fundamentalmente el norteamericano. Pero las cosas han cambiado mucho. Parker, que empezó catando solo, ha ido haciendo equipo y ahora tiene un grupo de reconocidos especialistas y críticos que catan para él. O, para ser más exactos, para la revista que él fundó, que vendió hace seis años a una sociedad inversora de Singapur y que hace un año cambió el accionariado, pasando a ser de Michelin (que a los neumáticos y la famosa guía gastronómica añade el interés por el mundo editorial vinícola), un socio singapureño (que ostenta la mayor parte de la sociedad) y el propio Parker como accionista minoritario.

El hombre Parker en España

El pope vinícola se encuentra hoy semirretirado y alejado de la primera fila por problemas de salud, pero su equipo de catadores sigue trabajando y recorriendo las regiones vinícolas de todo el planeta, valorando vinos y publicando reportajes cada dos meses en la revista —a la que por cierto solo se accede por suscripción; una forma de garantizarse la independencia al no admitir publicidad—​. En esos artículos van apareciendo las novedades y valoraciones objeto de deseo de los bodegueros de todo el mundo, los célebres puntos Parker.

placeholder Telmo Rodríguez, creador de Las Beatas 2015.
Telmo Rodríguez, creador de Las Beatas 2015.

En España, esa misión recae en el abulense Luis Gutiérrez, crítico vinícola de amplia trayectoria profesional, que se encarga no solo de juzgar los vinos de nuestro país sino también los de Chile, Argentina y la región de El Jura (Francia). Lleva catando para 'Wine Advocate' cinco años y actualmente su media de vinos está en alrededor de 4.000 muestras al año (a nivel mundial, se prueban entre 30.000 y 40.000).

“De los aproximadamente 10.500 vinos catados en estos cinco años cuenta a El Confidencial solo he dado 100 puntos a 17 vinos. Hay generosos muy viejos, algún blanco, riojas de añadas muy antiguas y apenas seis o siete de añadas actuales. Yo diría que son vinos anecdóticos, muy especiales, y que tienen mucho que ver con lo que han sido Rioja y Jerez en la historia del vino español”. Pero no se cansa de repetir que al final esos vinos son limitados y caros, “como un Porsche o un Lamborghini”. Gutiérrez intenta siempre ser “objetivo dentro de la subjetividad” y reflejar en sus catas un abanico de precios, estilos y zonas, “pensando en un gusto amplio, intentando llegar a los lectores con distintos vinos para distintas personas. Un vino de 88 puntos puede ser magnífico, y si hablamos de España, lo divertido está en la diversidad. Tenemos una diversidad tremenda y no todo son Rioja y Jerez. Los hay muy buenos en todas las zonas y todos los segmentos”.

Los 17 magníficos

En el club de los 100 puntos españoles desde hace cinco años, los que lleva Luis Gutiérrez catando para Parker, hay vinos generosos como el amontillado Solera Fundacional 1905 de Pérez Barquero (Montilla-Moriles), que se cotiza sobre los 340 euros; el Moscatel Toneles de Valdespino (Sanlúcar de Barrameda), a 110 euros, o el Barbadillo Palo Cortado Reliquia (Jerez), que puede superar los 1.385 euros. Pero hay también cuatro añadas muy antiguas de Rioja (1919, 1932, 1939 y 1959), verdaderos incunables que no tienen precio, o un blanco, también riojano, el Castillo de Igay del 86, que elabora Marqués de Murrieta (495 euros). Junto a estos cinco vinos únicos, 'la crème de la crème' vinícola: un bierzo, La Faraona 2014, de Descendientes de J. Palacios (1.650 euros), dos prioratos (L’Ermita 2013 de Álvaro Palacios, que no se encuentra en el mercado, y el Clos Eramus 2013, 600 euros). Y a este listado exclusivo aún hay que unir dos riberas de la misma bodega, el Pingus 2012 y 2014 (alrededor de 1.300 euros) de Bodegas Dominio de Pingus.

El último en subirse al altar, el ya referido Las Beatas 2015 que Telmo Rodríguez alumbra en Labastida (Álava) y que está a punto de salir a la palestra. Ya saben, si quieren darse un capricho, aprovechen antes de que se agote, porque la producción es limitada. Avisados quedan.

En el último número de febrero de la revista 'Wine Advocate', la del prestigioso crítico vinícola Robert Parker, aparece un vino español valorado con 100 puntos. Concretamente un rioja, Las Beatas 2015, elaborado por la Compañía de Vinos Telmo Rodríguez, un tinto que saldrá al mercado en estos días (en añadas anteriores, se han pagado alrededor de 180 euros por botella) y que acaba de acceder al Olimpo de los dioses, báquicos en este caso.

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