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Cómo reconocer un buen restaurante de carretera, según los camioneros
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Gastronomía 'on the road'

Cómo reconocer un buen restaurante de carretera, según los camioneros

Un largo viaje en coche o moto no es excusa para no disfrutar de una buena comida. Quienes pasan su vida en el asfalto explican cómo no fallar cuando toca reponer fuerzas

Foto: ¿Una garantía de calidad?. (iStock)
¿Una garantía de calidad?. (iStock)

Antonio Villaverde León lleva desde el año 81 conduciendo camiones por toda Europa. Cuando le preguntamos por los restaurantes de carretera que ha encontrado en sus periplos, él no titubea: "Los mejores están en España, por descontado. La prueba está en que los camioneros extranjeros se paran a comer en ellos. Fuera, la imagen es muy distinta. Allí solemos llevar lo que en nuestro argot se conoce como la talega [comida traída de casa], que después calentamos en los aparcamientos".

Derivadas de las muchas rutas que le ha tocado cumplir, Antonio reconoce también sus preferencias culinarias: "En el norte de la Península se come muy bien. Antiguamente, te sacaban el perolo y si no te servías la cantidad que creían oportuna, te preguntaban, incluso, si es que no te había gustado la comida. Estas cosas se están perdiendo poco a poco".

Este cambio de costumbres de las que habla el camionero tiene un claro responsable: la sorprendente modernización que ha sufrido en los últimos años la red viaria. "Con las autopistas, todo se está estandarizando, tal y como ocurre en el resto del continente: áreas de servicio, grandes cadenas de comida...", nos comenta José Carlos Pérez Jato, también transportista desde hace 22 años.

La calidad de los restaurantes de carretera disminuye en proporción a su cercanía a un punto turístico

Décadas atrás, existía un dicho popular que, para muchos, era toda una norma para asegurarse un buen almuerzo en un desplazamiento largo: en los restaurantes donde hay muchos camiones se come siempre bien y barato. "Con las redes sociales, la cosa ha cambiado mucho. Son pocos los que no saben con antelación dónde van a parar durante el viaje. El que no se ha informado por el móvil se lo ha preguntado a su primo", declara Teodoro Navarro López, jefe de cocina del restaurante Andamur, cerca de la salida 288 de la A-4.

Aunque es consciente de estas trasformaciones, Teodoro confiesa que no tiene 'community manager': "Lo nuestro es trabajar bien y que luego se transmita por el boca a boca, aunque sea a través de las nuevas tecnologías". Su tradicional manera de hacer las cosas es quizás el motivo que le ha llevado a ganarse una puntuación de cinco estrellas en 'El camionero recomienda', un proyecto que nació en el año 2006 como una guía, pero que hoy tiene forma de blog y espera convertirse en breve en una aplicación para dispositivos móviles.

"Nos llaman muchos restaurantes solicitando que hablemos de ellos, pero les tenemos que pedir que se busquen a un camionero que los recomiende. Tiene que haber por lo menos un transportista al que le guste ese sitio para publicarlo", nos cuenta el autor de este ingenioso concepto, José María Sallés, gerente de la Fundación Wtransnet. Sallés declara que desde que comenzó con su recopilación de restaurantes ha descubierto todo un mundo gastronómico entre autopistas, autovías y nacionales: "Gracias a estos sitios, he podido probar hasta platos de los que solo había oído hablar". La oferta entre tantos kilómetros de asfalto es mucha, así que para aquellos viajeros desprevenidos que no han planificado su ruta de fin de semana, ofrecemos una serie de reglas fundamentales recogidas por boca de los propios transportistas para identificar aquellos restaurantes en los que se trata a los comunes conductores tan bien como a ellos.

Reconociendo desde la carretera

  • Coge los desvíos

"Los restaurantes que están fuera de las autopistas se lo tienen que trabajar un poco más para llamar la atención", afirma el jefe de cocina de Andamur, cuyo establecimiento tiene, precisamente, como principal reproche en las redes sociales que se halla en un polígono industrial y que no tiene un fácil acceso.

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Poseer un restaurante pegado a una importante arteria para el tráfico garantiza siempre los clientes, lo que puede desembocar en que la calidad se acabe descuidando. "Uno de los problemas que tenemos los camioneros en la actualidad es que la normativa tiende a limitar la circulación de mercancías en determinadas vías. Esto nos lleva a perder una serie de servicios como los buenos restaurantes, que no suelen estar en las autopistas", lamenta José Carlos Pérez Jato.

  • Mejor en medio de la nada que cerca de una gran ciudad

Ligado en buena medida al punto anterior, Pérez Jato ofrece una destacada apreciación: "La calidad de los restaurantes disminuye en proporción a su cercanía a un punto turístico, al tiempo que los precios aumentan, entre otras cosas, porque en estos sitios precisamente ya no dependen tanto de nosotros".

José María Sallés ratifica esta opinión: "Si vas a montar un buen restaurante de carretera y quieres tener clientes fijos como los transportistas, tienes que ponerlo en una zona de rutas que estará, lógicamente, alejada de los núcleos urbanos".

  • Camiones en el 'parking' sí, autobuses no

Los profesionales del volante nos confiesan que existen restaurantes donde los camiones no son tan bien recibidos. En esos casos, son los autocares los que colonizan el lugar. "Yo no me detengo donde paran los autobuses. Procuro ir donde está la gente de mi profesión. Se trata de zonas masificadas que se llevan comisiones por las empresas de turismo. El sitio va a ser más caro, de poca calidad y te van a atender peor", defiende Pérez Jato, quien destaca también: "Hay, por el contrario establecimientos en los que se indica explícitamente que no se atienden excursiones. Esos sitios cuidan, sin embargo, a sus clientes habituales".

Que un local tenga los baños limpios es una muestra de respeto hacia el camionero y hacia el cliente

José María Sallés hace notar la importancia que tiene también la dimensión de los aparcamientos: "Cuanto más grandes sean, mejor. Para un turista debe ser un síntoma de que allí paran camiones, aunque en un momento preciso se encuentren vacíos".

Dentro del restaurante

  • El establecimiento no escatima el personal

Según la normativa vigente, cada cuatro horas y media el transportista tiene que hacer un descanso de 45 minutos, por lo que las prisas para comer existen dentro del gremio. Los buenos restaurantes de carretera funcionan como una especie de comedor laboral de calidad y con buenos precios para estos trabajadores, de los que se pueden beneficiar los conductores de turismo o moto. "En un establecimiento como el nuestro no podemos tener poco personal. Esta gente dispone de un tiempo limitado y tiene que seguir su ruta para ganarse el pan", nos cuenta el jefe de cocina de Andamur.

  • Muchos platos en el menú

Frente al tópico del transportista con algún kilo de más, Sallés asevera que "es común ver cada vez a más camioneros que comen sano y hacen deporte. La imagen que se ha tenido de ellos está cambiando radicalmente. Por eso los restaurantes diversifican la oferta con más platos donde cada vez aparece más lo verde".

Días fuera de casa, intolerancias alimenticias, necesidad de variar la dieta. Ante las demandas de un régimen saludable que los camioneros tienen, como cualquier otro trabajador, restaurantes como Andamur ofrecen, ni más ni menos, 15 primeros platos y 15 segundos en su menú.

placeholder Interior del restaurante Andamur.
Interior del restaurante Andamur.

En el caso de acabar en un local que no ofrece muchas garantías, Antonio Villaverde da un consejo: "Para ir sobre seguro, lo mejor es pedir algo simple, como una ensalada mixta de primero y un filete de pollo a la plancha de segundo".

  • La cocina está siempre abierta

"El trabajo de los camioneros es duro. Tienen una gran presión para llegar a los puntos señalados a unas horas concretas. Además, deben calcular los tiempos de descanso obligatorio, que no coinciden muchas veces con el momento para comer", expone Sallés.

Teodoro Navarro reconoce, de hecho, que en su restaurante el comedor está abierto fuera de los horarios habituales: "Eso permite a los transportistas darle otro tirón más al camión para llegar hasta nosotros, aunque les toque almorzar un poco más tarde. Saben que si vienen aquí, van a tener un plato caliente, y si hemos cerrado la cocina, seguro que les podemos apañar por lo menos un plato combinado. Lo mismo hacemos con los clientes".

  • La diferencia de trato

La carretera es un lugar de tránsito, por ello, los buenos restaurantes buscan fidelizar a los camioneros para tener una clientela asegurada: "El restaurante tiene en ese sentido algo de confesionario. Ellos vienen aquí a descargar sus penas. Pasan a veces muchos días fuera de casa y tanto sus compañeros como el personal están siempre para escucharlos", explica Teodoro Navarro.

No paro donde hay autobuses. Son zonas masificadas que se llevan comisiones por las empresas de turismo

La relación de simbiosis entre dos duras profesiones como el transporte y la restauración llega así a ser particularmente cordial: "Te levantas y de repente te encuentras que te sirve el café el camarero que te ha dado de cenar la noche anterior. Entonces te preguntas si esta gente descansa en algún momento. Eso solo pasa en los restaurantes familiares que se esfuerzan mucho en tratar bien a su gente", cuenta Antonio Villaverde.

Navarro se sincera: "En la cocina hay que trabajar como una familia, tenemos que estar todos a una. Yo llevo en este oficio toda la vida y te tiene que gustar, porque esto es un matadero".

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Foto: iStock.

Según Sallés, la diferencia en el trato al cliente se nota tanto en estos restaurantes que "cuando hay establecimientos en los dos sentidos de la carretera, te encuentras que dependiendo de la persona que gestione cada lado, resulta a veces mejor un local que otro".

  • La limpieza y los servicios auxiliares

Los camioneros tienen la necesidad de asearse, lavarse, cepillarse los dientes o afeitarse en los aseos del restaurante. Si el establecimiento no dispone, por tanto, de unos baños limpios, es muy probable que el transportista no vuelva: "Es una muestra de respeto del sitio tanto hacia nosotros como hacia el cliente", sostiene José Carlos Pérez Jato. Muchos restaurantes ofrecen también servicios extra particularmente valorados por los trabajadores del volante, como es el caso de las duchas o los 'parkings' vigilados.

  • Sitios recomendados

A lo largo de nuestras entrevistas, las personas consultadas nos han transmitido algunos establecimientos que les han resultado particularmente gratos en sus viajes y rutas. Trasladamos al lector una breve lista con los que hemos podido recoger: restaurante El Navarro (en la autopista A-2), hostal El Chocolatero (en Castildelgado, Burgos), hostal Los Ángeles (en Valcabado del Páramo, León), restaurante La Panadella (cerca de Barcelona), El Perejil (en Cuevas del Almanzora, Almería), mesón El Riscal (en Carbonero el Mayor, Segovia) y Área 103 (en la autopista A-2, cerca de Guadalajara).

Antonio Villaverde León lleva desde el año 81 conduciendo camiones por toda Europa. Cuando le preguntamos por los restaurantes de carretera que ha encontrado en sus periplos, él no titubea: "Los mejores están en España, por descontado. La prueba está en que los camioneros extranjeros se paran a comer en ellos. Fuera, la imagen es muy distinta. Allí solemos llevar lo que en nuestro argot se conoce como la talega [comida traída de casa], que después calentamos en los aparcamientos".

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