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Si no me lo termino, ¿me llevo el vino a casa?
  1. Gastronomía y cocina
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Si no me lo termino, ¿me llevo el vino a casa?

Todos lo hemos pensado alguna vez, pero ¿cuántos de nosotros se ha atrevido a decirle al camarero que se quiere llevar esa botella que no hemos acabado? Nos da apuro, pero es algo que deberíamos aprender a hacer. Al fin y al cabo, lo hemos pagado

Foto: Si no nos hemos terminado la botella..., ¡a casa con ella! (iStock)
Si no nos hemos terminado la botella..., ¡a casa con ella! (iStock)

La vergüenza —por la falta de costumbre— devuelve muchas botellas sin terminar a la bodega del restaurante. Queda en su mano el destino de ese vino sobrante, y por copas en la barra, si el local la tiene, es una de las salidas más habituales... Esto pensando en positivo, porque los malos pensamientos son de índole menos políticamente correcta. Pero es preferible suponer que lo de rellenar botellas de un 'mismo vino' se practica cada vez en menos lugares... Reitero, quiero pensarlo, como consumidora, ante todo.

De esto se trata hoy, de afirmar sin complejos que no pasa nada por llevarte el vino del restaurante cuando en tu mesa no se ha terminado la botella, ya sea por falta de ganas o de tiempo, por precaución porque vamos a conducir... Por la razón que sea, y además es innecesario esgrimirla: el consumidor no tiene que justificar, ante el 'maître' o profesional que le esté atendiendo, su deseo de llevarse esa botella no acabada si así lo considera. Debe recordar que la va a pagar, entera, y por tanto puede hacer lo que considere con ella.

El consumidor no tiene que justificar, ante el 'maître' o profesional que le atienda, su deseo de llevarse esa botella no acabada

La decisión es única y personal del comensal, y lo ideal sería tomarla con naturalidad, sin sentir presión, pudor o vergüenza, sin pensar en que le van a mirar y señalar. Una situación que, por el momento, no está muy normalizada en nuestro país ni tampoco la tenemos interiorizada. Cosa distinta son los extranjeros, quienes no dudan en pedirlo y hacerlo; para ellos sí es algo normal, y raro es que en otros países no te lo ofrezcan ni faciliten.

No es cutre

Como consumidores estamos en nuestro derecho, además sin que nadie ponga cara rara ni vea en ello un gesto 'cutre'. Pero también los establecimientos deberían facilitarlo con normalidad, por ejemplo, comentándolo al hacer la comanda, porque eso contribuiría a que el cliente no se sienta incómodo si opta por pedirlo.

placeholder Vino. (iStock)
Vino. (iStock)

Recordemos que hace unos años en La Rioja se puso en marcha una campaña titulada 'El disfrute se prolonga en casa', promovida por la Denominación de Origen Calificada Rioja y la asociación de restaurantes Eurotoques, para que el consumidor pudiera llevarse el vino sobrante a casa, sin tener así el riesgo de dar positivo en un control de tráfico por haber tomado 'una copa de más'. Una iniciativa, argumentaron, a favor del consumo responsable que buscaba paliar el efecto directo, sobre el consumo, de los estrictos controles policiales.

Pasados los años, por suerte, ya vamos encontrando locales donde no extraña que el cliente quiera llevarse el vino que le ha sobrado, pero pocos los que 'a priori' ofrecen, motu proprio, la posibilidad de hacerlo. Cuando en realidad es una alternativa que beneficia a todos; no deberíamos olvidar, principalmente los implicados en el sector vinícola, que el consumo en hostelería ha ido perdiendo fuelle en comparación con el doméstico.

Debemos normalizar el pedir para llevar el vino 'sobrante': es interesante para ambas partes, el restaurante y el consumidor

Apuntado esto, que el cliente pueda llevarse el vino anima sin duda su consumo. Tanto ante la duda de pedir o no una botella, por esa precaución frente a los controles, o porque es demasiado para terminarla en el tiempo que dispone, como en mesas donde se han quedado cortos con el vino pedido y apetece una última copa. Optar por pedir otra(s) botella(s) es probable cuando lo que no se ha bebido se puede terminar, cuando apetezca, en casa. Porque, además, siempre va a resultar económicamente más interesante para esa mesa —pues sale mejor— pagar botellas que copas de vino sueltas, ante lo que nos solemos contener…

Por tanto, pedir el vino 'sobrante' para llevar debe ser una demanda que vayamos normalizando entre todos porque es interesante para ambas partes, la restauración y el consumidor. E incluso es un detalle, por parte del establecimiento, que le da puntos ante el cliente. O sea que, si te apetece, ¡no te cortes! y, sin ruborizarte, pide al camarero que la botella no terminada te la prepare para llevar…

La vergüenza —por la falta de costumbre— devuelve muchas botellas sin terminar a la bodega del restaurante. Queda en su mano el destino de ese vino sobrante, y por copas en la barra, si el local la tiene, es una de las salidas más habituales... Esto pensando en positivo, porque los malos pensamientos son de índole menos políticamente correcta. Pero es preferible suponer que lo de rellenar botellas de un 'mismo vino' se practica cada vez en menos lugares... Reitero, quiero pensarlo, como consumidora, ante todo.

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