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El auge de la sidra (incluso de sabores) como alternativa a la cerveza
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El auge de la sidra (incluso de sabores) como alternativa a la cerveza

España es el quinto país que más sidra elabora dentro de la Unión Europea, con una producción anual que roza los 80 millones de litros y solo por debajo de Reino Unido, Francia, Irlanda y Alemania

Foto: Foto: iStock.
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La historia de la sidra siempre ha estado vinculada a nuestra tierra, más concretamente a la región de Guipúzcoa. Su primera referencia data del año 1014, época en la que era considerada una bebida de consumo diario en la mayoría de caseríos españoles. Con el paso del tiempo, la sidra ha visto relegada su presencia a locales especializados, donde la calidad y la exuberancia de la cosecha deja en evidencia el linaje de un elixir con siglos de tradición. Lamentablemente, a pesar de su historia, la sidra ha experimentado numerosos altibajos en lo que a producción se refiere. Al menos hasta ahora, pues actualmente lidera un mercado que genera más de 981 millones de litros al año.

El resurgir de la sidra

Actualmente, España es el quinto país europeo que más sidra produce, solo por detrás de Alemania, Francia, Reino Unido e Irlanda. Este rendimiento roza cada año los 80 millones de litros, una cifra que cubre con creces los casi dos litros de sidra que consume el español medio. Una auténtica minucia en comparación con los 20,9 litros anuales que beben los irlandeses. No es de extrañar que la sidra ya se postule como una opción sólida a otras bebidas ya consolidadas como el vino, el cava y, sobre todo, la cerveza.

La sidra ya ha desplazado en el mercado a algunas de las marcas más importantes de la industria cervecera

El presidente de la Asociación Europea de Industrias de la Sidra y de los Vinos de Frutas, Nick Bradstock, explicó durante un debate con la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo que el consumidor actual ve la sidra como una alternativa con capacidad suficiente para triunfar en el mercado. De hecho, en algunos puntos del globo, ya “compite con la cerveza y ha llegado a desplazar a marcas como Heineken o Budweiser”, gracias a las campañas de apoyo que se han generado a su alrededor. Sin embargo, precisamente Heineken lidera el mercado internacional de este tipo de bebida con el 20% de cuttoa del mercado, según apuntan desde la compañía. En España disponen de la marca Ladron de Manzanas, con una graduación alcohólica del 4,5%, que no lleva gluten y es un tipo de bebida 'cider' distinta de la clásica sidra de nuestro país.

“El consumidor cada vez está más preocupado por tener un estilo de vida saludable y por la calidad de los productos que consume y, a su vez, desarrolla una mayor curiosidad por las tendencias del mercado y está dispuesto a probar y experimentar nuevas propuestas. La sidra es un producto saludable muy asentado en el acervo cultural español. En el caso de Maeloc, está elaborada con manzanas 100% gallegas de más de 1.000 cultivadores autóctonos que presenta una nueva oferta refrescante y divertida de sabores”, nos cuentan desde sidras Maeloc.

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Foto: iStock.

Por lo tanto, la introducción de productos más llamativos a ojos del consumidor, que dejan atrás el carácter anticuado y tradicional al que siempre ha estado vinculada la sidra, también está detrás de este consumo generalizado. Algunos nombres emergentes se han encargado de transformar este concepto, dándole un toque mucho más moderno y actual. Sin mencionar los cuidados, sabores y técnicas de elaboración que han sido perfeccionados con el paso del tiempo. No obstante, existe un factor determinante para suplantar la cerveza por la sidra a la hora del aperitivo: sus propiedades y beneficios para la salud.

Sidra o cerveza, ¿qué es más sano?

A pesar de ser una bebida alcohólica, la sidra posee también multitud de beneficios para la salud. Siempre y cuando su ingesta no exceda el límite establecido. Su origen y elaboración naturales le otorgan un valor añadido frente a la cerveza industrial que tanto triunfa entre los consumidores. Aunque también es importante recalcar la proliferación de las cervezas artesanales, sometidas a un proceso de producción mucho menor y sin la presencia de aditivos ni conservantes. Una cualidad que ahora comparte con su principal rival en el mercado.

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La sidra está compuesta, sobre todo, de agua y entre los nutrientes que posee destacan el potasio, el calcio, el fósforo y el magnesio. Una constitución que solo aporta 50 kilocalorías por cada 100 gramos y que tiene el poder suficiente para prevenir las enfermedades coronarias, evitar la aparición de cálculos renales, mantener los niveles óptimos de la presión sanguínea, regular la digestión o prevenir los infartos de miocardio gracias a su alto contenido en pectina, una sustancia neutra muy presente en la repostería.

Es cierto que la cerveza tampoco supone una gran fuente de calorías. De hecho, ambas bebidas comparten algunos nutrientes y el nivel de graduación también es similar. Aspectos que varían según la cantidad ingerida, un elemento donde la cerveza suele despuntar por el modo de consumición al que está vinculada. Mientras que esta se sirve en enormes jarras y botellines, la sidra natural lo hace en 'culines', lo que ayuda a reducir la ingesta.

Sidra de sabores

Otro de los puntos fuertes del renacimiento de la sidra es la gran cantidad de sabores que han inundado el mercado. Una tendencia en auge cuyo objetivo es atraer a un público mucho más joven y ajeno al concepto original de la bebida. Haciéndose un hueco también dentro del sector de la coctelería.

“Estas sidras están elaboradas con una base de sidra de manzana a la que se le añade zumo de fruta, de pera, fresa o mora, al final del proceso de elaboración, justo antes del envasado. Con esto se ha conseguido el objetivo de mantener los valores de la marca ligados al origen, la calidad de la materia prima, 100% manzana gallega, y ampliar la oferta a los consumidores en un mercado hasta ahora muy tradicional”, añaden desde sidras Maeloc. Eso sí, solo un 5% de estas propuestas salen finalmente al mercado, pues se requiere un seguimiento exhaustivo del producto, de al menos un año, para conocer las preferencias y debilidades del consumidor.

La historia de la sidra siempre ha estado vinculada a nuestra tierra, más concretamente a la región de Guipúzcoa. Su primera referencia data del año 1014, época en la que era considerada una bebida de consumo diario en la mayoría de caseríos españoles. Con el paso del tiempo, la sidra ha visto relegada su presencia a locales especializados, donde la calidad y la exuberancia de la cosecha deja en evidencia el linaje de un elixir con siglos de tradición. Lamentablemente, a pesar de su historia, la sidra ha experimentado numerosos altibajos en lo que a producción se refiere. Al menos hasta ahora, pues actualmente lidera un mercado que genera más de 981 millones de litros al año.

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