Las comidas que debes tomar si estás de viaje por Europa
Los hay que apuestan por la carne, el pescado, las sopas… La variedad culinaria entre estas 28 naciones de la UE es muy amplia y permite descubrir al amante de la buena comidad nuevas recetas
Un total de 28 países conforman actualmente la Unión Europea. Cada uno tiene sus propias particularidades políticas y culturales. Y por supuesto, la gastronomía no es una excepción. Estas naciones, pese a formar parte del mismo continente y de esta comunidad política de derecho, no tienen los mismos gustos y tradiciones culinarias. Algunas de ellas comparten el uso de determinados ingredientes y elaboraciones y hay influencias varias. No obstante, al final cada una tiene sus platos y recetas más característicos.
Para conocer más a fondo qué se come en la Unión Europea, Alimente recopila los tipos de comida que más se llevan en esta con uno de los platos o elaboraciones nacionales más característicos de cada país (sin contar los de España). Para no fallar a la hora de hacer turismo gastronómico.
Platos cárnicos
La carne gusta mucho en ciertos países europeos y encontramos multitud de preparaciones típicas en las que dicho elemento es el protagonista. Sin ir más lejos, quién no conoce las famosas salchichas bratwurst de Alemania que se comen en restaurantes, a modo de take-away (para llevar) y hasta las venden en supermercados de todo el mundo. En su país vecino, Austria, se llevan los schnitzel, que básicamente viene a ser un escalope empanado. Sin más, pero muy notorio y relevante en el país.
Otro plato muy extendido son las köttbullar suecas. Por el nombre habrá quien no sepa qué son, pero si decimos que son las típicas albóndigas de Suecia con una salsa marrón y mermelada de arándano rojo que se pueden comer en IKEA ya sí será fácil identificarlas. Nunca un comercio hizo tanto por extender un plato nacional.
Las carnes en guisos y estofados son especialmente comunes en ciertas regiones del centro y el este de Europa como la pasticada croata o el gulash húngaro. Otros como el vepřo-knedlo-zelo, que viene a ser el dorado de cerdo, es el plato más típico de República Checa y consiste en un asado con albóndigas y repollo. Y si hay uno que llame la atención es el kuddelfleck, una especie de callos pues consiste en estómago de vaca frito con pan.
En Polonia, más allá del tópico de la fama del vodka y otras bebidas espirituosas que permiten entrar en calor en las épocas más frías, la elaboración más famosa es el bigos. Este plato nacional lleva carnes, embutidos, setas, ciruelas y una base col agria.
Gusto por la cuchara
Las sopas y guisos son siempre elaboraciones más asequibles de preparar, ya que gran parte de ellas están elaboradas con verduras y hortalizas. Es por ello que en algunos países de la zona oriental que no poseen el mismo poder económico que las grandes potencias de la Unión Europea afloran este tipo de recetas como algunas de las más extendidas. Lo que no significa que sean de los más sabrosos.
Eslovenia es uno de los países en los que las sopas tienen un gran calado. La borscht de verduras o la jota con varias carnes son muy comunes. En Bulgaria se lleva el tarator, una sopa fría de yogur y pepino que recuerda al tzatziki griego, país con el que comparte ciertos elementos gastronómicos. Las sopas más contundentes ganan fuerza en Rumanía con la ciorbă, la cual, con un sabor ácido, puede llevar diversas carnes y pescado.
El mar, un referente
Los productos marinos tienen una gran afición en algunos países costeros. Hay elaboraciones como los mejillones con patatas fritas que sorprenden a muchos en Bélgica, por ser uno de los acompañantes más típicos para su amplia gama de cervezas.
Otra elaboración poco común que la Unión Europea nos permite conocer es la anguila marinada de Estonia. Un plato simple, pero con todo el sabor a mar que gusta en los países bálticos.
Algunas de las recetas más famosas de un país –de mar– que mejor conocemos en España son las de dos naciones vecinas: Portugal y su bacalao dorado o à Brás, un revuelto con huevos y patatas, y Reino Unido y su típico fish and chips que puede ser elaborado con diversos pescados y con patatas condimentadas con sal y vinagre.
De todo un poco
Al ver algunas de las elaboraciones nacionales de los países de la Unión Europea, vemos que las hay muy variadas difíciles de catalogar en una sola sección. Por eso, aquí se recogen aquellos que no encajaban y que poseen una amplia diversidad.
Italia es archiconocida por su pizza y su pasta, pero en Eslovaquia se encuentra el halusky, una receta parecida a los gnocchis de patata del anterior país, pero que se elabora con dicho tubérculo, harina y huevo. En la línea de crear una pasta rellena existe también el cepelinai lituano que se hace con puré de patatas y se rellena de carne.
Varios países tienen un amplio gusto por elaborar pastelillos o preparaciones que se comen con una mano, como Finlandia y los karjalanpiirakka hechos con harina de centeno y rellenos de patata, arroz o zanahoria. Letonia tiene el piragi, una elaboración similar con forma de media luna con bacon y cebolla en su interior. Y en Malta destacan los pastizzi de hojaldre con ricota por dentro.
De las gastronomías más apreciadas de la Unión Europea destacan las de Grecia y Francia. En la primera, la musaca de berenjenas es todo un clásico y en la segunda es difícil quedarse con un solo plato, pero los crêpes han traspasado todo tipo de fronteras. Irlanda es otro país cuyos productos son muy conocidos, pero lo hacen especialmente bebidas como la cerveza negra, la sidra, el whisky y el café irlandés.
Y por último, encontramos platos que son auténticos popurrís de alimentos. El mezze es todo un referente de la comida chipriota, siendo este una selección variada de aperitivos conformada por vegetales, carnes, queso y todo lo que se ocurra. En Dinamarca se lleva el smorrebrod, un pan negro con mantequilla que se acompaña con varios ingredientes fríos y es un fijo de los almuerzos. Por último, en los Países Bajos, el rijsstaffel es un referente en las cenas contundentes, pues se trata de un plato de origen indonesio en el que se combina arroz como base con carnes, verduras, pescados…
Como se puede ver, la comida en la Unión Europea es muy variada en elaboraciones y sabores. Recorrer cada país probando sus platos más característicos puede constituir un viaje gastronómico sin igual que permite conocer las peculiaridades de cada región.
Un total de 28 países conforman actualmente la Unión Europea. Cada uno tiene sus propias particularidades políticas y culturales. Y por supuesto, la gastronomía no es una excepción. Estas naciones, pese a formar parte del mismo continente y de esta comunidad política de derecho, no tienen los mismos gustos y tradiciones culinarias. Algunas de ellas comparten el uso de determinados ingredientes y elaboraciones y hay influencias varias. No obstante, al final cada una tiene sus platos y recetas más característicos.
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