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Temporada de uvas: tres grandes platos que puedes cocinar con ellas
  1. Gastronomía y cocina
REINAS DEL OTOÑO

Temporada de uvas: tres grandes platos que puedes cocinar con ellas

Sabrosas y dulces, son una de las frutas más típicas del comienzo del otoño. Aunque lo normal es consumirlas frescas, dan mucho juego en la cocina

Foto: Uvas. (iStock)
Uvas. (iStock)

Es tiempo de vendimia. Comienzan a recogerse las primeras uvas de la temporada, las cuales no solo se destinan a la elaboración de los primeros vinos, sino que también viajan a las fruterías, en cuyos puestos lucen radiantes y muy apetecibles. No en vano, estos pequeños frutos, que la naturaleza tiene el capricho de regalar en pequeñas dosis, son uno de los alimentos más típicos del comienzo del otoño. Durante esta época lucen su máximo esplendor y presentan cualidades organolépticas inmejorables que contribuyen sobremanera a aportar un extra de sabor a la dieta y, por tanto, a mejorar la salud.

Y es que esta fruta, integrante de la cultura mediterránea desde tiempos ancestrales, destaca por su jugosidad, por su gusto dulzón y por presentar un amplio elenco de bondades nutricionales. De hecho, contiene generosas cantidades de antioxidantes, de fitonutrientes –quercitina, resveratrol y antocianinas–, de fibra, de minerales y de vitamina C.

Al contrario de lo que se piensa, las uvas son hipocalóricas, pues solo aportan 70 kcal por cada 100 gramos

Asimismo, a las uvas siempre les ha rondado el sambenito de ser hipercalóricas, lo que conlleva que muchos las destierren de la dieta. Sin embargo, esta creencia es errónea, pues consumir 100 gramos no comporta más 70 kcal. A lo que se añade que el 80% de su composición es agua, calcio y otros elementos alcalinos, lo que convierte a esta fruta en un excelente depurativo del organismo.

Por tanto, teniendo en cuenta las propiedades nutricionales de las uvas, no hay motivos contundentes para apartarlas de nuestra mesa. Más bien al contrario. Aunque la forma tradicional de consumir esta fruta es en versión fresca, lo cierto es que puede dar mucho juego en la cocina, ya sea como el ingrediente principal de postres o platos principales o como acompañante de algunos platos salados. Estas son algunas ideas.

Pollo al horno con uvas

El pollo al horno es una de las preparaciones culinarias más clásicas de nuestro recetario. Habitualmente, se hace acompañar de patatas o de hortalizas. Sin embargo, este tipo de carne admite de buen grado otros ingredientes, como las uvas. Estas, además de aportarle un retrogusto dulce, constituyen una sabrosa manera de reinterpretar esta tradicional elaboración.

Ingredientes

  • 1 pollo entero
  • 1 cebolla
  • 1 racimo de uvas
  • 1 rama de romero
  • 200 ml de vino blanco
  • 100 ml de miel
  • Aceite de oliva
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(iStock)

Modo de elaboración. Comenzamos colocando en la bandeja del horno el pollo cortado en cuartos junto con la cebolla picada en juliana, un vaso de vino blanco, la rama de romero, un chorro de aceite de oliva y sal. Después, introducimos la bandeja en el horno y asamos los ingredientes durante unos treinta minutos a 190 grados centígrados. Transcurrido dicho tiempo, pintamos el pollo con la miel, añadimos las uvas y lo dejamos cocinar durante unos quince o veinte minutos más. Si queremos un resultado gustativo más chispeante al paladar, podemos ligar la salsa resultante del asado con una pizca de maíz o harina y el zumo de dos naranjas.

Solomillo de cerdo con salsa de uvas

El solomillo es uno de los cortes más jugosos y tiernos del cerdo. Aunque los más conservadores apuestan por saborearlo sin ningún añadido, pues así se degusta su sabor original, lo cierto es que si lo acompañamos de la salsa adecuada, enaltecemos su sabor y le damos otra textura. La salsa de uvas le conferirá un toque verde y un retrogusto ligeramente dulce y muy interesante al paladar.

Ingredientes

  • 2 solomillos
  • 8 ajos
  • 300 gramos de uvas
  • 8 espárragos verdes
  • 1/2 vaso de vino de Jerez
  • 1 vaso de caldo
  • Sal
  • Pimienta
  • Aceite de oliva
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(iStock)

Elaboración. Para comenzar, salpimentamos los cortes del solomillo, los sellamos en una sartén con un chorro de aceite de oliva y los apartamos. Después, sofreímos (en la misma sartén que hemos utilizado para el solomillo) el ajo y los espárragos verdes. Cuando estos se encuentren en su punto, agregamos el vino, el caldo y las uvas, y dejamos cocinar durante diez o quince minutos. Finalmente, colocamos los solomillos en la sartén y dejamos que se cocinen en la salsa.

Mousse de uvas

Estamos ante una receta apta para golosos y para los incondicionales de los sabores más dulzones, pues las uvas lo potencian. Su textura cremosa, suave y fundente al paladar convierte a esta elaboración en un sabroso manjar que podemos degustar como tentempié o de postre.

Ingredientes

  • 600 gramos de uvas, mejor blancas
  • 1/4 de vino blanco dulce del tipo moscatel
  • 2 láminas de gelatina
  • 2 cucharadas soperas de azúcar
  • 1/2 vaso de nata

Para el merengue:

  • 2 claras de huevo
  • 4 cucharadas de azúcar

Elaboración. En primer lugar, hacemos la salsa de uvas. Pelamos y desgranamos las uvas y las ponemos a cocer en una cazuela junto con el vino blanco y el azúcar durante unos 45 minutos aproximadamente. Transcurrido dicho tiempo, añadimos las dos láminas de gelatina previamente humedecidas en agua (lo aconsejable es que estén tres o cuatro minutos) y removemos bien hasta que todos los ingredientes queden bien integrados. A continuación, trituramos la mezcla en la batidora.

El siguiente paso es hacer el merengue. Para ello, montamos la nata y luego las claras de huevo con el azúcar y echamos ambas preparaciones en un bol. Finalmente, agregamos la salsa de uvas y mezclamos con cuidado. Unas hojas de menta le darán un toque fresco a este rico postre.

Es tiempo de vendimia. Comienzan a recogerse las primeras uvas de la temporada, las cuales no solo se destinan a la elaboración de los primeros vinos, sino que también viajan a las fruterías, en cuyos puestos lucen radiantes y muy apetecibles. No en vano, estos pequeños frutos, que la naturaleza tiene el capricho de regalar en pequeñas dosis, son uno de los alimentos más típicos del comienzo del otoño. Durante esta época lucen su máximo esplendor y presentan cualidades organolépticas inmejorables que contribuyen sobremanera a aportar un extra de sabor a la dieta y, por tanto, a mejorar la salud.

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