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Cuáles son los mejores sitios de Madrid donde degustar unas buenas croquetas
  1. Gastronomía y cocina
Bechamel, rebozado y fritura

Cuáles son los mejores sitios de Madrid donde degustar unas buenas croquetas

Esta receta y la de la tortilla de patatas son dos de las que menos ingredientes tienen y, a la vez, las más difíciles de dominar. Estos locales han alcanzado la excelencia

Foto: Hacerlas ricas es un arte. (iStock)
Hacerlas ricas es un arte. (iStock)

Una buena amiga me contó que, para ella, "la calidad de un bar o restaurante depende de su tortilla de patata y sus croquetas". Si son buenas, da igual que la barra esté llena de marcas secas de vasos y las paredes sin pintar desde mediados de los 70. Del mismo modo, ya puede tener un establecimiento una decoración espectacular y un servicio increíble, que si estos dos platos no están al nivel, el resto de la carta no merecerá jamás la pena.

Se podría escribir una tesis sobre qué nos gusta de las croquetas, de dónde reside su éxito. Podría ser la fusión de texturas, su sabor suave, que se mantengan calientes durante más tiempo que muchos otros alimentos o algo tan simple como que es un plato que podemos tomar como tapa o como ración y que su precio es mínimo en relación a lo que nos llena.

Si en algún momento nos encontramos caminando por Madrid y sentimos la necesidad irrefrenable de comernos una buena croqueta artesanal, podremos recurrir a los siguientes lugares.

Melo's

Uno de los clasicazos del barrio de Lavapiés. Es conocido por su 'zapatilla', un sándwich de lacón y queso de tetilla que se merece un artículo para él solo. Sus otros platos estrella son los pimientos de Padrón (que no tienen mucha ciencia detrás) y sus croquetas. Estas cumplen los tres requisitos fundamentales: tienen una corteza crujiente, son grandes y lo más importante, son feas (o lo que es lo mismo, artesanas). Dado que este local no conoce lo que 'vacío' significa, su freidora no para de sacar estas delicias, por lo que siempre estarán recién hechas. Sus croquetas tienen la particularidad de ser de lacón gallego, muy cremosas (ojo que pueden 'rebosar') y muy tostadas, sin llegar a estar quemadas, claro está. Eso sí, deberemos tener en cuenta que solo abre por las tardes, con lo que nuestro hambre de croquetas matutina deberá ser saciado en otro lugar.

Dirección: calle del Ave María 44. Tel 915 275 054.

Horario: de 20:00 a 01:00. Domingo y lunes cerrado.

Precio: unidad 1,60€, ración 12€.

La Tasquita de Enfrente

Juanjo López es el dueño y chef de este pequeño paraíso gastronómico a escasos metros de la Gran Vía madrileña. Es el responsable de continuar con el legado gastronómico de su padre, dado que fue este el que creó la Tasquita hace más de 50 años. Su aproximación a la cocina siempre ha sido tradición y finura y su máximo ejemplo son sus croquetas. Una pequeña reinterpretación, dado que tienen una corteza algo más fina y uniforme, como si de una lámina de hojaldre se tratase. Debido a cómo aprovecha Juanjo López el producto de temporada, podemos encontrarnos con que las croquetas son de clásico cocido o jamón, hasta que su ingrediente principal es la liebre o las setas. Todo depende de la época del año.

placeholder Croquetas de la Tasquita de Enfrente.
Croquetas de la Tasquita de Enfrente.

Dirección: calle de la Ballesta 6. Tel 915 325 449.

Horario: de 13:30 a 16:30 y de 20:30 a 24:00. Cierra domingos.

Precio: ración 18€.

Casa Labra

Uno de los lugares históricos de la capital. No es para menos dado que fue el lugar donde se fundó el Partido Socialista Obrero Español en 1879. La tapa típica de este local siempre ha sido la tajada de bacalao (rebozado y frito), tan rica que solo ella atrae a turistas de todos los rincones de España. Esto es un poco triste, porque hace sombra a sus maravillosas croquetas. Son grandes, redondeadas, doradas (poco fritas), rellenas de bacalao y con una bechamel espesa. El reducido precio tanto de las susodichas croquetas como de las cañas desentona sobremanera con su exclusiva localización a escasos metros de la Puerta del Sol.

Dirección: calle de Tetuán 12.

Horario: de 11:00 a 15:30 y de 18:00 a 23:00. No cierra.

Precio: la croqueta solo cuesta 0,90€ la unidad.

The Original Globet Croquettes

La unión de cerveza y croquetas es un clásico, pero cambiar esta bebida por vino es un clásico mejorado. Así lo entienden en este pequeñísimo establecimiento situado dentro del Mercado Antón Martín. Sus croquetas son pequeñas, redondeadas, con rebozado fino y muy cremosas. En todo momento tienen nueve variedades distintas, que, aunque van cambiando, suelen ser de chistorra, jamón, pollo al curry, boletus, espinacas, bacón con queso parmesano, pollo asado, queso azul y bacalao. El espacio es muy reducido, por lo que lo más recomendable es hacer paradas rápidas para el aperitivo. Eso sí, tenemos que tener en cuenta que engancha y no sería de extrañar que tan solo con una visita, los aperitivos de los domingos en este mercado se conviertan en una tradición.

Dirección: calle Santa Isabel 5. Tel 655 252 655.

Horario: de 11:30 a 23:30. Cierra domingos y lunes.

Precio: 6 croquetas por 4,95€, 10 por 7,95€.

La Huerta de Carabaña

El respeto al producto que profesa el chef Roberto Cabrera no es nada nuevo. Tanto es así que todos sus vegetales proceden del sur de la Comunidad de Madrid, de su propio huerto (de ahí le viene el nombre al local). De alguien tan amante de la calidad no se pueden esperar unas croquetas mediocres. Roberto Cabrera no defrauda y utilizando todo el potencial de su cocina realiza estas joyas de las que él mismo dice que "su receta es secreta". Son completamente esféricas, de jamón Joselito, con un rebozado crujiente que 'rasca' (en el mejor sentido de la palabra) y con una bechamel muy suave y homogénea. Si nos encontramos por el barrio de Salamanca, deberemos hacerle una visita. No nos arrepentiremos.

placeholder Croquetas de la Huerta de Carabaña.
Croquetas de la Huerta de Carabaña.

Dirección: calle de Lagasca 32. Tel 910 830 007.

Horario: de 09:00 a 24:00. Domingos de 11:00 a 17:30.

Precio: 9€ la ración.

Una buena amiga me contó que, para ella, "la calidad de un bar o restaurante depende de su tortilla de patata y sus croquetas". Si son buenas, da igual que la barra esté llena de marcas secas de vasos y las paredes sin pintar desde mediados de los 70. Del mismo modo, ya puede tener un establecimiento una decoración espectacular y un servicio increíble, que si estos dos platos no están al nivel, el resto de la carta no merecerá jamás la pena.

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