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Los mejores restaurantes para comer pescado en Madrid
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infalibles

Los mejores restaurantes para comer pescado en Madrid

Darse un homenaje de producto fresco y de primera es fácil en la capital. Los siguientes locales nos permiten sentir que estamos en la costa degustando tesoros del mar

Foto: Plato de pescado listo para servir. (iStock)
Plato de pescado listo para servir. (iStock)

Que Madrid no tiene playa es algo que ni el más rebelde puede refutar. Ancha es Castilla hasta llegar a la mar, pero menos amplia es cuando esta viene a la capital. Mercamadrid es el mayor puerto de España y la segunda lonja más grande del mundo, por lo que a falta de playa buenas son estas credenciales para salir a comerse la ciudad en clave de pescado.

Porque si Mahoma no va a la montaña pasa lo que pasa y, para fortuna de los que 'ocupamos' este lugar, montarse un banquete de producto fresco y de primera calidad es una realidad. Entre tabernas de nuevo cuño, veteranos experimentados y direcciones acreditadas por el buen hacer de sus proveedores, viajar a la costa es posible gracias a la buena mano de estos restaurantes, de los mejores del foro en esta especialidad.

Más sabe el diablo por viejo

Uno de los obligatorios en este tipo de recopilatorios es Rafa (Narváez, 68. 91 573 10 87), un comedor con más de 50 años a sus espaldas que empezó como una pequeña bodega en la que se servían raciones para acompañar los vinos. Hoy está dirigido por los hermanos Rafael y Miguel Ángel, hijos de los fundadores, quienes siguen apostando por mantener una gastronomía basada en materias primas de primera calidad combinadas con una cocina de temporada. Con zona de barra, se mantiene fiel a los platos tradicionales y, además de elaborar una de las mejores ensaladillas de Madrid -esto es así-, ofrece marisco fresco, entrantes, carnes y una buena selección de pescados. De los últimos destacan joyas como el rodaballo salvaje a la plancha, la merluza en papillote con verduras de temporada y el bacalao laminado al pilpil con riojana.

placeholder La Trainera.
La Trainera.

El dueño de La Trainera (Lagasca, 60. 91 576 80 35), Miguel García Gómez, tuvo claro desde el principio -año 1966- que este sería su producto estrella. De hecho, si buscas una carne en la carta, solo encontrarás el entrecot de lomo de buey de Galicia, el niño mimado entre tanto pescado. Cuenta con la garantía de que la despensa se llena con los mejores ejemplares de las costas españolas, con la empresa Puerto Pesquero, con puesto en Mercamadrid, como proveedor oficial. El local acaba de reformarse, con cambio de techos y suelos incluidos. La carta recoge platos pensados para compartir (pulpo a la gallega, gambas de Huelva, mejillones al vapor, anchoas de Santoña…) y una decena de principales, de los cuales destacan la merluza (romana, plancha, meunier, andaluza y a la marinera), el lenguado a la plancha y las piezas de rape y lubina.

placeholder Sanxenxo.
Sanxenxo.

Por su parte, Sanxenxo (Ortega y Gasset, 40. 91 577 82 72), del Grupo Combarro, lleva marcando la pauta de cocina gallega en Madrid desde hace más de 45 años. Hasta hace poco contaba con otra dirección en la calle Reina Mercedes, pero actualmente esta es la única en funcionamiento, ligeramente reformada por la interiorista Alejandra Pombo. Su filosofía se basa en utilizar materias primas traídas directamente de la tierriña, con una excelente selección de mariscos frescos, carnes de vacuno, verduras y hortalizas. Los pescados recogen rodaballo, merluza, cocochas, lubina, mero, rape, salmonetes y dorada, con preparaciones varias entre horno, parrilla o a la gallega. Además, solo en temporada, sirve angulas del Miño.

Proveedores de calidad garantizada

Todos tenemos una película especial en nuestra videoteca (si eso sigue existiendo) que da igual cuando la veas que siempre descubres algo nuevo. O no, no hace falta seguir exprimiendo el limón cuando ya le has sacado todo el jugo, pero aún así simplemente la pones porque sí, porque te es familiar y sabes que con ella aciertas. Con las cosas del comer ocurre algo parecido. Hay algunos restaurantes que guardamos en nuestro listín gastro como 'casa', 'acierto seguro', y en cuanto preguntas a alguien si conoce algún sitio en Madrid donde comer buen pescado su respuesta inmediata suele ser "en cualquiera de Pescaderías Coruñesas".

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El Pescador.

La empresa gallega llegó a la capital en 1969 y montó una tienda de venta de pescados y mariscos. Tras un período de crecimiento con asentamiento incluido en Mercamadrid, el dueño Evaristo García fundó El Pescador (José Ortega y Gasset, 75. 91 402 12 90), primer local de la marca. Su filosofía se mantiene intacta hoy día, basada en ofrecer los mejores productos del mar. El local se reformó no hace mucho y cuenta con una barra de picoteo donde montarse un pica pica (ibéricos, pulpo a la gallega, boquerones en vinagre, mejillones de roca al vapor, calamarcitos de potera…). En la carta del comedor ya sabemos quién es la estrella, el mar, por eso está repleta de referencias de las costas nacionales. Nécoras gallegas, langostinos de Sanlúcar, bogavante del Cantábrico, carabineros de Huelva, cigalas de Marín, gamba roja de Denia… y demás delicias marinas que comparten protagonismo con excelentes piezas de lenguado, merluza o besugo.

placeholder O'Pazo.
O'Pazo.

El segundo en llegar fue O'Pazo (Reina Mercedes, 20. 91 533 23 33), considerado como uno de los mejores del mundo en su sector. Abrió en 1981 y las elaboraciones sencillas y naturales son seña de identidad, junto al productazo, por supuesto. A saber. Los chipirones de anzuelo vienen del Cantábrico, de los puertos de Guetaria y Cudillero, mientras que la merluza de pincho la traen de Celeiro y Burela. Los primeros los hacen en su tinta y la segunda a la romana o en salsa verde. El lenguado, del puerto de Avilés, tiene un tamaño hermoso -hasta tres kilos- y se sirve como especialidad. La lubina salvaje, de anzuelo, pesa de tres a cinco kilos y así, suma y sigue. Se pueden pedir a la plancha, al horno, a la bilbaína o a la romana.

placeholder Filandón.
Filandón.

El último en abrir sus puertas fue Filandón (Carretera de Fuencarral-El Pardo, Km 1,900. 91 734 38 26), hermano pequeño de este trío de ases. En los fogones el fuego es el eje central, por lo que la mayoría de sus recetas se hacen al calor de las brasas. Decorado de forma rústica y elegante, el enclave en el que está situado -El Pardo- lo convierte en dirección ideal para reuniones familiares, con amplios jardines y zona infantil. La carta, similar a la de sus parientes, incluye salpicón de marisco, almejas de carril a la sartén o calamar de anzuelo a la parrilla. Los principales aportan besugo, rodaballo y el famoso lenguado Evaristo.

Las brasas están de moda

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Carbon Negro.

Del fuego vive Carbón Negro (Juan Bravo, 17. 91 088 58 60), el nuevo vecino del barrio de Salamanca que apuesta por la parrilla como hilo conductor y por el producto como garantía de calidad. En un local decorado por Proyecto Singular, los más de 2.000 m2 tienen un estilo de casa de campo que lo hace bastante acogedor, a pesar de sus extraordinarias dimensiones. Nada más entrar está la zona de barra, abierta todo el día y con una oferta de platillos más informal; a su alrededor, se encuentran varios comedores con tres o cuatros mesitas cada uno, y escaleras arriba, más mesas y espacios para reservados. La carta está protagonizada por lo que ya sabemos, por lo que las cinco parrillas Josper situadas a la vista del cliente funcionan a buen rendimiento. Además de grandes piezas de carnes de proveedores madrileños y gallegos, infinidad de pescados gallegos pasan por allí. Hay ocho opciones donde elegir entre los principales, como el lenguado de bajura, con una salsita suave de su propio jugo, el rodaballo con su bilbaína o el rape de barriga negra.

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Pez Fuego.

Pez Fuego (Orense, 68. 91 571 82 65) es otro de los que se cobija al calor de la lumbre. Recientemente inaugurado, este restaurante del Grupo Oter se encuentra en pleno corazón financiero, en la zona de Cuzco, y su nevera se llena con pescados y mariscos comprados directamente en la lonja, seleccionados en Isla Cristina, Jávea, Denia, Palamós o Burela. El local, moderno, elegante y con motivos marineros, dispone de barra, salones privados y terraza climatizada. La carta presume de volver a los orígenes, de combinar sencillez y calidad y de manipular las recetas en su mínima expresión. Por eso, entre entrantes, mariscos y alguna carne, los hits son cogote de merluza, rape de tripa negra, rodaballo al estilo Guetaria, calamar de potera, lenguado de estero y chipirones de anzuelo; todos ellos, a la brasa, claro.

placeholder El Telégrafo.
El Telégrafo.

Del mismo grupo de restauración es El Telégrafo (Padre Damián, 44. 91 359 70 83), otro de los clásicos en estas quinielas. Se declara puerto de mar en Madrid, gracias a un producto excelso y una carta que bucea por las mejores aguas nacionales. Las propuestas de anzuelo son dignas de mención, con tronco de merluza de pincho con su ajada de pimentón, taco de rape del Cantábrico a los ajos tostados, lenguado de estero asado con su piel o pescado del día a la sal.

placeholder La Lonja del Mar.
La Lonja del Mar.

Para finalizar, La Lonja del Mar (Plaza de Oriente, 6. 91 541 33 33) es otra de las direcciones a tener en cuenta. El local se divide en dos espacios: por un lado y a pie de calle, está La Mar, con una cocina vista que despacha tapas y arroces; y por otro y en el piso superior, La Lonja, un comedor con una oferta centrada en pescados y mariscos. Tras un banquete de ostras, gambas, carabineros, almejas o cigalas, algunos imprescindibles son el pichín fresco a la brasa con crema de bilbaína y panadera, la merluza en salsa verde con berberechos y langostinos o el rodaballo con setas de temporada, salvia y ajos encurtidos. El broche final se puede poner con algún postre, como la tarta de almendras y chantillí.

Que Madrid no tiene playa es algo que ni el más rebelde puede refutar. Ancha es Castilla hasta llegar a la mar, pero menos amplia es cuando esta viene a la capital. Mercamadrid es el mayor puerto de España y la segunda lonja más grande del mundo, por lo que a falta de playa buenas son estas credenciales para salir a comerse la ciudad en clave de pescado.

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