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Delicias elaboradas con sangre: los platos que debes probar
  1. Gastronomía y cocina
UN ALIMENTO MUY NUTRITIVO

Delicias elaboradas con sangre: los platos que debes probar

Aunque pueda parecer un ingrediente algo repulsivo, siempre ha sido un alimento muy presente en la gastronomía de medio mundo. En España, el más conocido es la morcilla

Foto: Morcilla de Burgos. (iStock)
Morcilla de Burgos. (iStock)

Si hablamos de una alimentación basada en la sangre, muchos pensarán inmediatamente en una criatura fantástica en cuya dieta este era el elemento estrella: el vampiro. Una práctica que para algunos expertos en la materia resulta una fuente de energía adicional para el cuerpo humano, pero que puede desencadenar efectos secundarios de suma gravedad. Sin embargo, todas estas suposiciones nada tienen que ver con la sangre procedente de los animales, un ingrediente de suma importancia en la cocina desde tiempos inmemoriales.

Si bien es cierto que en algunos puntos del mundo la sangre es considerada un alimento tabú, en otros supone un tesoro gracias a sus múltiples propiedades nutricionales. Hungría, Chile, China, Finlandia, Reino Unido, Polonia, México o España son solo algunos de ellos. Lo más habitual es que la sangre se sirva en combinación con una buena pieza de carne, aunque también se puede utilizar como espesante para salsas, en salazón o para dar sabor a la sopa. Un buen ejemplo de ello son las morcillas, hechas a base de sangre de cerdo coagulada y cocida, y de gran acogida en nuestro país.

No obstante, a pesar de su uso generalizado, muchos comensales todavía sienten cierto rechazo hacia ella. ¿Es realmente un ingrediente apropiado para nuestro organismo?

Propiedades de la sangre de cerdo

Aunque este alimento puede proceder de multitud de animales como el pollo o el cordero, es el cerdo quien suele abastecer las reservas de sangre en la cocina. A pesar de la creencia popular, esta no contiene carbohidratos ni grasas ni azúcares por cada 100 gramos, aportando únicamente 76 calorías a la dieta. Además, es rica en hierro, un nutriente que puede ayudar a reducir el riesgo de anemia ferropénica (anemia por falta de hierro). También es un ingrediente recomendado para las personas que practican deportes intensos, ya que pueden experimentar un gran desgaste de este mineral.

La sangre de cerdo no tiene carbohidratos ni grasas ni azúcares por cada 100 gramos

Asimismo, la sangre de cerdo es rica en potasio, sodio, magnesio y calcio; e incluye una gran cantidad de vitaminas A, B9, B3 y E. No obstante, es importante recordar que estos datos varían según el tipo y la cantidad de la carne, así como el modo de preparación. Sabiendo ya las propiedades y beneficios que acompañan a este alimento, ¿qué recetas con sangre debéis probar al menos una vez en la vida?

Sangre encebollada

Comenzamos esta lista de recomendaciones con una receta puramente española: la sangre encebollada. Procedente de Sevilla, esta elaboración clásica de la casquería solo requiere sangre de pollo, cebollas y dientes de ajo. Debemos cortar la primera en dados regulares y rehogarla junto al resto de ingredientes hasta que esté bien cocida y adquiera un tono dorado de lo más apetitoso. Para aportar un sabor mucho más intenso, algunos cocineros suelen añadir un chorro de vino blanco, que habrá que reducir antes de su consumo. Una vez en el plato, también podemos incluir tomate casero, cebolla caramelizada, arroz o patatas.

Ñachi

placeholder Ñachi chileno. (Deskgram)
Ñachi chileno. (Deskgram)

De Sevilla viajamos ahora hasta Chile, donde preparan este plato típico del pueblo amerindio de los mapuches. Consiste en sangre fresca de cordero o cerdo, condimentada con cilantro, sal, limón, ají seco ahumado o algún otro condimento de sabor picante. Su elaboración tiene lugar justo después de sacrificar al animal para hacer un asado u otra receta similar. Se recoge la sangre, se mezcla con los aderezos seleccionados, se revuelve y se añade el zumo de limón. Después, hay que dejar que coagule para poder cortarla en cuadritos y servirla con pan. Los nativos suelen acompañarla también de una buena copa de vino blanco.

Black pudding

Otra de las recetas más conocidas es el pudín de sangre, una mezcla de cebolla, grasa, sangre de cerdo y avena muy típica de Irlanda y Reino Unido. La alta proporción de cereales sirve para distinguir esta elaboración de las salchichas de sangre que se consumen en otras partes del mundo. Para equilibrar un poco el sabor tan intenso de la sangre, los ingleses suelen añadir salsa de champiñones o de whiskey, y se sirve con tomate cherry y patatas, que aportan una interesante combinación de matices. Este plato también es muy popular en Finlandia, Polonia, Alemania, México, Puerto Rico o Francia.

Blodplättar

placeholder Tortitas de sangre. (Rune Matomanen)
Tortitas de sangre. (Rune Matomanen)

Este pastel tan popular en Suecia está hecho con batido de sangre, cerveza, harina de centeno, cebolla, mantequilla, sal y especias. Una combinación explosiva que después se sirve con frutos rojos y manzana frita, aunque algunos comensales prefieren optar por el sabor salado de una ensalada de hojas verdes o una crudité de verduras. Otra variación igual de destacada en el país europeo es utilizar los mismos ingredientes pero para elaborar una enorme tortita, que suele ir acompañada por elementos tan variados como el tocino frito, los champiñones, los arándanos o de nuevo la manzana.

Sanguinaccio dolce

Y, como no podía ser de otro modo, acabamos este repaso con el postre, porque ¿quién ha dicho que la sangre no puede utilizarse para elaborar dulces? Esta innovación gastronómica procede de Italia, donde se combina un ingrediente tan censurado como la sangre de cerdo con una deliciosa crema de chocolate fundido. Llamado también crostata de sangre, este suculento manjar contiene leche, azúcar, harina de trigo, un poco de canela y esencia de vainilla. Es muy tradicional verlo durante el carnaval italiano, momento en el que se sirve en un recipiente caliente y acompañado de un savoiardo, es decir, una pasta seca alargada similar a los bizcochos de soletilla.

Si hablamos de una alimentación basada en la sangre, muchos pensarán inmediatamente en una criatura fantástica en cuya dieta este era el elemento estrella: el vampiro. Una práctica que para algunos expertos en la materia resulta una fuente de energía adicional para el cuerpo humano, pero que puede desencadenar efectos secundarios de suma gravedad. Sin embargo, todas estas suposiciones nada tienen que ver con la sangre procedente de los animales, un ingrediente de suma importancia en la cocina desde tiempos inmemoriales.

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