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¿Vas a comprar Rioja para las fiestas? Los 11 grandes clásicos
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A orillas del Ebro

¿Vas a comprar Rioja para las fiestas? Los 11 grandes clásicos

Por el estilo que los une reflejan la historia y el origen vinícola del territorio. Para suerte de todos, sigue siendo memoria viva de la tradición riojana

Foto: Viñedos en San Vicente de la Sonsierra, La Rioja. (iStock)
Viñedos en San Vicente de la Sonsierra, La Rioja. (iStock)

Representan el mejor clasicismo porque responden al perfil tradicional que dio fama a los vinos de Rioja. Sin dudarlo, sus clásicos por excelencia. Grandes, además, porque se han mantenido en el tiempo, a pesar del paso de las décadas y los vaivenes de modas y tendencias, y porque son etiquetas emblemáticas en sus respectivas casas, con todo lo que supone. Sin olvidar también su importante contribución a la imagen de Rioja, hoy casi una marca.

También son históricas las bodegas en las que se elaboran, la mayoría centenarias, y los vinos seleccionados cuentan muchas cosechas a sus espaldas. Es así como han ido contando la historia del vino riojano y su tipicidad a través de la botella, años en los que han ido evolucionando al tiempo que los sistemas de elaboración (y el conocimiento) pero sin perder su identidad, la de los conocidos como 'vinos finos de Rioja'. Porque esos grandes clásicos riojanos tienen en la finura uno de los rasgos que los definen, además de proceder, por lo general, de la mezcla (coupage) de variedades que había en el viñedo (tempranillo, garnacha, graciano y mazuelo). Luego, son referencias que se distinguen por largos periodos de envejecimiento, históricamente en roble americano, y suman a esa finura otras características como la complejidad aromática junto a la fluidez, la amabilidad, el equilibrio y la longitud en la boca.

En torno al tren se produciría la mayor concentración de bodegas centenarias y de prestigio del mundo

De las once firmas presentes, cinco son vecinas de un espacio singular y único en el mundo, el barrio de la Estación de Haro (La Rioja), que debe su nombre al ferrocarril y razón por la que tantas bodegas decidieron instalarse aquí; sus vinos podrían llegar más allá de nuestras fronteras. Fue una de las primeras estaciones de España y empezó a dibujarse en la primera mitad del siglo XIX, en plena Revolución Industrial. En torno al tren se produciría la mayor concentración de bodegas centenarias y de prestigio del mundo, y aquí continúan R. López de Heredia Viña Tondonia, la primera en llegar, seguida de CVNE. Algo más tarde abrían sus puertas La Rioja Alta, S. A, Bilbaínas y Muga.

Las otras seis bodegas que completan esta relación tienen su sede en otros municipios más o menos cercanos. A unos cinco kilómetros se encuentra Beronia, en Ollauri; en el pueblo de Cenicero conviven Bodegas Riojanas y Marqués de Cáceres, separados por ocho kilómetros de Montecillo, en Fuenmayor. Luego, Marqués de Murrieta se localiza en la capital, Logroño, mientras Marqués de Riscal es la única que se ubica en tierras alavesas (Elciego), en la prestigiada Rioja Alavesa. Once referencias de once casas con larga historia y añadas que en este momento están en el mercado.

Prado Enea Gran Reserva 2010

Muga. 80% tempranillo, 20% garnacha, mazuelo y graciano. PVP: 48 €.

placeholder Prado Enea Gran Reserva 2010.
Prado Enea Gran Reserva 2010.

La bodega data de 1932 y entre sus características reseñables destaca que todas las fermentaciones y crianzas se realizan en madera. Prado Enea Gran Reserva representa el éxito de la larga crianza: doce meses en depósitos de roble de 16.000 litros, 36 meses, mínimo, en barricas de roble, y otros tantos en botella antes de salir a la venta. El resultado, un vino potente, fresco, con notas de frutos rojos, especias dulces y aromas tostados. Buena acidez y equilibrio. Elegante, con gran recorrido y capacidad de guarda.

Monte Real Gran Reserva 2010

Bodegas Riojanas. Tempranillo. PVP: 25 €.

Con casi noventa años de vida (su primera añada es de 1932), estamos ante un clásico de referencia, procedente de viñedos del municipio de Cenicero. Hasta la añada 98 se componía del coupage tradicional de los vinos de Rioja (tempranillo, graciana y mazuelo), pero es ese año cuando se convierte en monovarietal de tempranillo. Luego, ha sido a partir de la cosecha que nos ocupa, la 2010, cuando han introducido roble francés –junto al americano– en su crianza de 36 meses. Un vino del que elaboran en torno al millón de botellas en otra de las casas centenarias de Rioja, que abrió sus puertas en 1890. Fruta negra carnosa, aromas de pimienta, balsámicos y recuerdos de su paso por barrica (vainilla, tostados finos). Boca opulenta, con cuerpo, equilibrada, con una sensación golosa, notas minerales y especiadas, y donde mantiene una buena frescura todavía. Estupenda persistencia.

Castillo Ygay 2019

Marqués de Murrieta. 81% tempranillo, 19% mazuelo. PVP: 88 €-95 €.

placeholder Castillo Ygay 2019.
Castillo Ygay 2019.

La historia de esta casa va unida a la de los vinos de esta tierra pues fue en 1852 cuando su fundador, don Luciano Murrieta, elaboraría los primeros riojas, además de ser el primero en exportarlo. Nombrado marqués por Amadeo de Saboya, traería de Burdeos el concepto de château, que instauró en la finca Ygay, donde se ubica el emblemático Castillo. Esta es una de las etiquetas centenarias de la firma, que se elabora solamente en los años que consideran excepcionales. Con una crianza de 26 meses en roble americano y francés, resulta profundo, vivo, con gran intensidad aromática, notas de frutas rojas, flores, especias… Boca carnosa, con estructura, buen equilibrio, una frescura juvenil y frutal, y una larga vida por delante (¡años!).

Marqués de Riscal 2014

Herederos del Marqués de Riscal. 90% tempranillo, 7% graciano, 3% mazuelo. PVP: 14,50€.

Se trata del vino buque insignia de la bodega, el origen de una trayectoria que comenzaba en 1858 en la Rioja Alavesa, el Elciego. Cuatro años después, saldrían los primeros vinos embotellados de Marqués de Riscal. Los Reserva proceden de viñas de tempranillo plantadas antes de los setenta, que completan con no más de un 10% de otras variedades, y permanecen en torno a dos años en roble americano antes de ser embotellados. Siguiendo los cánones del clasicismo riojano, es un vino fino, fresco, expresivo, con aromas de fruta madura junto a notas especiadas y balsámicas. Largo en la boca y con potencial para envejecer; en la bodega conservan añadas muy muy antiguas que sorprenden por lo que todavía ofrecen.

CVNE Imperial Reserva 2014

CVNE. 85% tempranillo, 15% graciano, mazuelo y garnacha. PVP: 25,50 €.

placeholder CVNE Imperial Reserva 2014.
CVNE Imperial Reserva 2014.

Otra de las marcas con mayor solera de Haro y seña de identidad de CVNE (Compañía Vinícola del Norte de España), fundada en 1879. Un gran clásico de Rioja que nace en los años 20 y elaboran solo en cosechas que consideran excepcionales. Tiene una crianza mínima de dos años en roble francés y americano, con 3 años de media. Es un vino elegante, aromático, fino, con notas florales, de frutos rojos, aromas de monte bajo y especiados de su crianza. Boca carnosa, balsámica, fresca, de paso fino, equilibrada y con largo recorrido.

Viña Tondonia Reserva 2006

R. López de Heredia Viña Tondonia. 75% tempranillo, 15% garnacha, 10% graciano y mazuelo. PVP: 24 €.

Fundada en 1877, estamos ante la bodega de las largas crianzas. Viña Tondonia Reserva refleja un estilo único de vinos a la vez que clásico. Tiene una crianza de 6 años en barrica de roble americano. En cata se muestra suave, fino, fresco, con notas de fruta madura, vainilla, especias y aromas tostados de su paso por madera. Buen equilibrio en la boca. Viña Tondonia fue la primera marca de la casa y procede de un viñedo con más de cien años.

Viña Ardanza 2009

placeholder Viña Ardanza 2009.
Viña Ardanza 2009.

La Rioja Alta, S.A. 80% tempranillo, 20% de garnacha. PVP: 21 €.

El nacimiento de Viña Ardanza se fecha en 1942, en ese momento aparecía la primera añada del que iba a convertirse en buque insignia de la firma. En aquel entonces, la presidencia de La Rioja Alta recaía en Leandro Ardanza, apellido al que debe el nombre y que representa a una de las cinco familias que, a finales del siglo XIX (1890), fundaría la bodega en el barrio de la Estación de Haro. Representa muy bien lo que ha sido esta zona vinícola, un vino de mezcla de parcelas y variedades, en su caso de tempranillo y garnacha. Luego, tiene una crianza en roble americano de 36 meses en el caso de la tempranillo y 30 meses la garnacha. Es elegante, intenso en aromas, con notas de fruta roja madura, especias, recuerdos de café y tabaco. Boca fina, equilibrada, sabrosa y buena persistencia. Es un vino que no sale todos los años, la media es 5-6 veces cada década, calcula la bodega.

Viña Pomal Reserva 2013

Bodegas Bilbaínas. Tempranillo. PVP: 16,65 €.

Es de las marcas más reconocidas de la bodega, además de su vino emblemático, con más de cien años de historia pues se elabora desde 1904. La finca que le da nombre y de la que procede, Viña Pomal, cuenta con 90 hectáreas en el municipio de Haro. Bilbaínas es otra de las firmas vecinas del barrio de la Estación, propiedad del Grupo Codorníu. Este vino, tras 18 meses en roble americano (un 20% nuevo) y dos años en botella, presenta buen equilibrio entre madurez y frescura. Intenso en aromas, notas de fruta roja madura, florales, especiadas y recuerdos tostados. De paso largo y persistente.

Marqués de Cáceres Reserva 2014

Marqués de Cáceres. 85% tempranillo, 10% garnacha, 5% graciano. PVP: 12,50 €.

placeholder Marqués de Cáceres Reserva 2014.
Marqués de Cáceres Reserva 2014.

Sin duda alguna, uno de los vinos españoles de mayor presencia en el mundo, si no el que más. Referencia emblema de Marqués de Cáceres, es una de las bodegas más jovenes de las seleccionadas pues fue fundada en 1970. Otra elaboración que solo aparece en las grandes añadas, con una crianza de 20 meses en roble francés, de las que tan solo un tercio son nuevas. Elegante, fino, amplio, con aromas de fruta en licor y notas de su permanencia en barrica (tostados, vainilla, especias). Boca agradable, sabrosa, con frescura y recorrido.

Beronia Reserva 2014

Beronia. 95% tempranillo, 4% graciano, 1% mazuelo. PVP: 12,55 €.

Beronia es uno de esos vinos que el gran público siempre identifica con Rioja. Esta casa es otra de las ‘jóvenes’ de esta relación pues nació en 1973 y solo nueve años después pasó a formar parte del grupo González Byass. Su reserva permanece 20 meses en roble francés y americano, tiempo que luego estará presente entre sus aromas a través de notas de frutos secos, tostados, cacao y especias (pimienta). Además, encontramos fruta negra madura, buena frescura y sensaciones golosas. Un vino con volumen y largo en el paso de boca.

Montecillo Reserva 2012

placeholder Montecillo Reserva 2012.
Montecillo Reserva 2012.

Montecillo (Osborne). 90% tempranillo, 8% garnacha, 2% mazuelo. PVP: 12 €.

La bodega data de 1870 y si bien ahora los tiempos son otros, al igual que su antecesor, es otro de los riojas elegidos como representantes de la zona en muchísimas cartas del país. Esto es, otro de los grandes conocidos por el consumidor. Esta añada ha permanecido 25 meses en roble francés y americano antes de ser embotellado. El resultado, un vino intenso, vivo, con aromas de fruta madura, recuerdos de hinojo y los procedentes de la crianza en madera. Fresco, frutal, viva acidez y de paso amable.

Representan el mejor clasicismo porque responden al perfil tradicional que dio fama a los vinos de Rioja. Sin dudarlo, sus clásicos por excelencia. Grandes, además, porque se han mantenido en el tiempo, a pesar del paso de las décadas y los vaivenes de modas y tendencias, y porque son etiquetas emblemáticas en sus respectivas casas, con todo lo que supone. Sin olvidar también su importante contribución a la imagen de Rioja, hoy casi una marca.

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