Menú
Los flanes pueden dar mucho más de sí. Aprende a hacerlos
  1. Gastronomía y cocina
muy ricos

Los flanes pueden dar mucho más de sí. Aprende a hacerlos

Un clásico de la repostería que nunca falla. Aunque el más tradicional se hace con huevos, leche y azúcar, admite otros ingredientes para versiones más originales. ¡No te las pierdas!

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Con tres sencillos y humildes ingredientes –huevos, leche y azúcar– se elabora el flan, uno de los postres más clásicos y tradicionales de nuestro recetario. No es un invento nuevo. Basta con echar un ojo a la historia para comprobar que los romanos fueron los padres de este manjar. Concretamente fue el cocinero Marco Gavio Apicio quien lo creó y lo bautizó con el nombre de 'tyropatina'. Claro que, por aquel entonces, este postre llevaba pimienta espolvoreada en la superficie y tenía un gusto más dulce. Sin embargo, fue en el siglo VII cuando surgió la versión con el nombre que hoy conocemos y los ingredientes que saboreamos. A partir de este momento, el flan comenzó a popularizarse en las mesas patrias y pronto se convirtió en uno de los postres estrella de las cartas reposteras de medio mundo.

Al margen de esta pincelada histórica, no cabe duda de que esta dulce elaboración es una auténtica delicia para el paladar. Quizás, su genialidad radica en el empleo de ingredientes básicos y naturales o en su textura suave y fundente o en su gusto dulzón. Sea como fuere, el humilde flan también se caracteriza por su versatilidad. No en vano, marida con un sinfín de ricos acompañamientos, los cuales enaltecen su sabor. Además admite de buen grado un amplio elenco de ingredientes diferentes, que permiten crear versiones distintas e innovadoras y que brindan un sabroso homenaje para los paladares más golosos. He aquí algunas ideas.

De mango con chocolate

Esta propuesta supone una rica reinterpretación del clásico flan de huevo. Y es que la combinación del chocolate con el mango da lugar a una receta con un delicado equilibrio entre matices dulces y amargos, con un retrogusto tropical y ligeramente dulce. Un manjar ideal para poner la nota sorpresiva a una comida o una cena, pues constituye una auténtico festival de sabores para el paladar.

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Ingredientes:

  • 2 mangos
  • 2 láminas de gelatina
  • 2 cucharadas de maicena
  • 1 vaina de vainilla
  • 1/2 taza de miel
  • Chocolate para fundir
  • 72 gramos de nueces

Elaboración. Comenzamos organizando los ingredientes: pelamos y cortamos los mangos y troceamos las nueces. A continuación, trituramos dichos ingredientes en la batidora y los vertemos en una olla. Después, le agregamos la vainilla, la gelatina y, finalmente, la maicena. Y los llevamos a ebullición. Luego bajamos el fuego y lo dejamos cocer durante unos diez minutos, sin dejar de remover. Trascurrido este tiempo, añadimos la miel, mezclamos bien y retiramos del fuego. Para terminar, vertemos el líquido en moldes y lo dejamos enfriar unas cinco horas. Recuerda fundir el chocolate en el momento de servir.

De chocolate negro y café

Hay combinaciones ganadoras que nunca fallan y esta es una. No en vano, el chocolate y el café crean un maridaje armónico, el cual deja un retrogusto intenso y en el que los matices dulces se emulsionan con los amargos. Una propuesta que proporciona una experiencia sensorial intensa y muy placentera al paladar.

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Ingredientes

  • 250 gramos de chocolate negro
  • 200 ml de nata líquida
  • 150 gramos de mantequilla
  • 200 gramos de azúcar
  • 6 huevos

Elaboración. En primer lugar, fundimos el chocolate junto con la mantequilla y unos 20 gramos de azúcar en una cazuela. Mientras, separamos las claras de las yemas y las mezclamos con 40 gramos de azúcar hasta que hayan adquirido un tono blanquecino. Después, añadimos el chocolate fundido a la mezcla y lo dejamos cociendo al baño maría durante cuatro o cinco minutos. A continuación, montamos la nata y luego las claras con el resto del azúcar, pero sin que estas queden a punto de nieve. Continuamos incorporando ambas elaboraciones al chocolate fundido y mezclamos bien. Para terminar, repartimos la mezcla en moldes y los introducimos en la nevera durante tres horas. En caso de querer dar un toque más cremoso o rebajar la intensidad del sabor, podemos incluir chocolate blanco o una variedad con menos porcentaje de cacao.

De naranja con caramelo

La incorporación de la naranja confiere una textura más ligera y suave a esta elaboración y además le aporta interesantes matices cítricos. Una versión diferente, idónea para encarar con sabor las frescas temperaturas otoñales.

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Ingredientes

  • 200 gramos de azúcar
  • 4 huevos
  • 500 ml de leche
  • Zumo de dos naranjas
  • Caramelo líquido

Elaboración. Comenzamos caramelizando el azúcar. Para ello, ponemos cuatro cucharadas en una cazuela y calentamos, sin dejar de remover, hasta que haya adquirido un tono dorado. Después vertemos el caramelo en un molde. Luego batimos los huevos y los mezclamos con la leche, el zumo de naranja y dos cucharadas de azúcar. A continuación, echamos la mezcla en el molde donde hemos extendido el caramelo y lo hacemos al baño maría en el horno, el cual debe tener una temperatura de unos 170 grados centígrados. Finalmente, lo sacamos, lo emplatamos y lo regamos con un poco de caramelo líquido.

Con tres sencillos y humildes ingredientes –huevos, leche y azúcar– se elabora el flan, uno de los postres más clásicos y tradicionales de nuestro recetario. No es un invento nuevo. Basta con echar un ojo a la historia para comprobar que los romanos fueron los padres de este manjar. Concretamente fue el cocinero Marco Gavio Apicio quien lo creó y lo bautizó con el nombre de 'tyropatina'. Claro que, por aquel entonces, este postre llevaba pimienta espolvoreada en la superficie y tenía un gusto más dulce. Sin embargo, fue en el siglo VII cuando surgió la versión con el nombre que hoy conocemos y los ingredientes que saboreamos. A partir de este momento, el flan comenzó a popularizarse en las mesas patrias y pronto se convirtió en uno de los postres estrella de las cartas reposteras de medio mundo.

El redactor recomienda