Germinados de cebolla: el valor nutricional y su uso en la cocina
Permiten aprovechar al máximo las cuantiosas bondades de esta hortaliza. Además, tienen un gusto menos intenso y casan a las mil maravillas con carnes, pescados o ensaladas
Los germinados se han convertido en uno de los superalimentos moda entre los devotos de la alimentación 'healthy'. Para quienes no lo sepan, estos son los brotes verdes provenientes de las semillas. Seguro que hay más de un lector que, durante su etapa escolar, plantó semillas de lentejas o garbanzos en un bote y comprobó cómo crecían brotes verdes a los pocos días. Precisamente, eso son los germinados. No estamos ante un invento nuevo, pues los emperadores chinos de la Antigüedad, los romanos y los griegos ya disfrutaban de sus bondades, de hecho, tenían la costumbre de consumirlos como picoteo.
Asimismo, atesoran un cóctel formado por vitaminas C, B y E, fibra, enzimas, clorofila, proteínas, minerales y aminoácidos, el cual constituye una reserva nutritiva que se mantiene hasta que la futura planta crece y, por tanto, hasta el momento de su consumo, proporcionándonos un dechado de virtudes nutricionales. Aunque en el mercado podemos hallar numerosas variedades de germinados, pues funcionan con casi todos los tipos de semillas, en este caso nos ocuparemos de aquellos que proceden de la cebolla.
Lo que aportan a la salud
Los germinados de cebolla permiten aprovechar mejor las bondades de esta hortaliza tan recurrente en nuestra gastronomía. Son ricos en fibra, la cual contribuye a la regulación del tránsito intestinal y el fortalecimiento de la flora intestinal; aliina, que mejora la circulación sanguínea; quercetina, un flavonoide con poder antioxidante que contribuye en la salud del aparato circulatorio y mejora las enfermedades inflamatorias; y ácido fólico.
Lo ideal es consumir los germinados en versión cruda, pues se aprovecha mejor su gran densidad nutricional
Igualmente, son un poderoso diurético y bactericida, pues los compuestos azufrados que contienen van a las mil maravillas para combatir los catarros, gripes o procesos infecciosos del aparato digestivo. Además, son hipocalóricos, presentándose ideales para dietas de adelgazamiento, sumamente digestibles y, por tanto, convenientes para estómagos delicados. En cuanto a su gusto, tienen un sabor a cebolla más discreto, por lo que son una excelente opción para los más escépticos.
Lo ideal es consumir los germinados en versión cruda, pues se aprovecha mejor su gran densidad nutricional, aunque también forman parte de numerosas preparaciones culinarias, especialmente las que incluyen carne, pescados o huevos; o ensaladas, a las que aportan un toque saludable y fresco. Estas son algunas ideas para sacar el máximo partido a este portentoso alimento.
Tostada de tortilla con germinados
Ingredientes:
- 2 rebanadas de pan de hogaza
- 4 lonchas de queso
- 2 lonchas de jamón cocido
- 4 huevos
- 50 g de germinados de puerro
- 1 tomate
- 1 diente de ajo
- Aceite de oliva, sal y perejil
Comenzamos horneando las rebanadas de pan a 225ºC durante unos minutos. Cuando estén doradas, las extraemos, las untamos con ajo y tomate natural, las regamos con un chorro de aceite de oliva y reservamos. A continuación, batimos dos huevos sazonados con sal y perejil y hacemos una tortilla; repetimos el proceso con los dos huevos restantes. Sobre cada tortilla ponemos dos lonchas de queso, una de jamón, un puñado de germinados y las enrollamos. Concluimos, colocando los rollitos en las tostadas de pan.
Huevos con boniato y germinados
Ingredientes:
- 1 boniato
- 1 huevo
- 3 tomates
- Brotes de cebolla
- Aceite de oliva y sal
Colocamos sobre una bandeja el boniato cortado en bastones, lo sazonamos con una pizca de sal y un chorro de aceite de oliva; mezclamos bien con las manos y horneamos a 200ºC durante 45 minutos, aproximadamente. Mientras tanto, freímos el huevo en una sartén con un chorro de aceite, cortamos los tomates a la mitad, y reservamos. Para concluir, extendemos las porciones de boniato en una bandeja, colocamos a ambos lados los tomates y, sobre estos, el huevo y los germinados de cebolla.
Ensalada de mejillones y germinados
Ingredientes:
- 20 mejillones en escabeche
- 1 tomate
- 1 lechuga
- 40 g de germinados de cebolla
- Aceite de oliva, vinagre y sal
Juntamos en una ensaladera la lechuga lavada y troceada, el tomate cortado en dados, los germinados y los mejillones, y reservamos. A continuación, hacemos el aliño mezclando un chorro de aceite de oliva, otro de vinagre y un poco de sal, removemos hasta que esté correctamente emulsionado. Finalmente, regamos la ensalada con el aderezo.
Salteado de ternera con germinados de cebolla
- 200 g de ternera
- 50 g de germinados de cebolla
- 60 g de arroz
- 10 champiñones
- 1/2 pimiento rojo
- 10 judías verdes
- 1 cebolla
- 150 ml de agua
- 2 cucharadas de salsa de soja
- 1/2 cucharadita de miso
- Aceite de oliva, sal y pimienta
Salteamos las judías verdes, el pimiento y la cebolla cortados en juliana en un wok con una pizca de aceite de oliva y sal. Cuando estén dorados, agregamos los champiñones y cocinamos durante unos minutos más. Después, colamos los vegetales y reservamos el caldo. A continuación, rehogamos el arroz en una cazuela con un chorro de aceite. Cuando esté listo, agregamos el miso, el agua y cocemos durante trece o quince minutos, hasta que la elaboración esté espesa. Mientras tanto, cortamos la carne en tiras, la salpimentamos y la salteamos en el wok. Cuando esté hecha, la extraemos y vertemos la salsa de soja y el caldo de verduras en el wok y reducimos a fuego lento. Para terminar, extendemos el arroz en un plato y sobre él, las verduras, la carne, los germinados y la salsa de soja.
Los germinados se han convertido en uno de los superalimentos moda entre los devotos de la alimentación 'healthy'. Para quienes no lo sepan, estos son los brotes verdes provenientes de las semillas. Seguro que hay más de un lector que, durante su etapa escolar, plantó semillas de lentejas o garbanzos en un bote y comprobó cómo crecían brotes verdes a los pocos días. Precisamente, eso son los germinados. No estamos ante un invento nuevo, pues los emperadores chinos de la Antigüedad, los romanos y los griegos ya disfrutaban de sus bondades, de hecho, tenían la costumbre de consumirlos como picoteo.
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