Llegan las patatas fritas con sabor a paella y otros gustos increíbles
Este producto que llega al mercado ya ha convencido a muchos consumidores y es un ejemplo de los muchos que encontramos en las tiendas de 'chips' con sabores
Parece que los consumidores nos hemos cansado de las patatas que saben a patata, a tenor de los numerosos productos que debutan en el mercado con la intención de dar una vuelta de tuerca a este clásico producto de los aperitivos. A veces nos apetece una paella, pero la queremos de manera rápida, casi imperiosa, y sin necesidad de ir a un restaurante y mucho menos prepararla nosotros mismos. Un antojo en toda regla al que no cabe resignarse, pues podemos satisfacerlo degustando una bolsa de patatas fritas que, precisamente, saben a paella.
Patatas de sabores sorprendentes
Esto es lo que han ideado en Fritoper, una empresa que antaño surcaba los lineales de los aperitivos y snacks bajo el nombre de Fritos Pérez y que ahora desafía nuestros paladares con esta curiosa propuesta. Esta marca valenciana es la responsable de semejante producto, capaz de cautivar y crear escépticos, todo ello a partes iguales. Fritoper ha decidido homenajear a su tierra con el lanzamiento de una bolsa de patatas con sabor a paella, aprovechando la proximidad de las Fallas de Valencia. Pero no han querido ensamblar su producto de cualquier manera, sino que han confiado en maestros paelleros como Pedro Fernández y Paco Pardo, del restaurante Altamira, a quienes les avala su posición de bicampeones del mundo en la 57ª edición del Concurso Internacional de Paella Valenciana de Sueca.
Para obrar tan encomiable portento, el listado de ingredientes que ahora encontramos se ha incrementado bastante: aceite de girasol alto oleico, sal, jarabe de glucosa en polvo, potenciadores de sabor (glutamato monosódico, 5-ribonucleotidos sódicos, aroma (apio), especias, maltodextrina de maíz, tomate en polvo y acidulante: ácido cítrico) y, por supuesto, patatas. La empresa decidió poner su producto a la venta de manera exclusiva durante quince días en un supermercado valenciano: Consum. El exito fue unánime. Ahora toca lanzarse al suministro de otras grandes cadenas de alimentación como Alcampo o Carrefour, donde la empresa estima que estará disponible a principios de marzo.
Una tendencia en auge
Sin embargo, no es la primera vez que esta marca hace de las suyas atreviéndose a lanzar patatas fritas con sabores variopintos. Esta misma empresa es la responsable del tributo a otro plato autóctono, el pulpo a la gallega, que, según cuentan sus responsables a Alimente, se vende muy bien en Galicia. Todas estas osadías forman parte de su línea Gurma Premium, en la que también es posible degustar el sabor a mejillones en escabeche o salchichón. "Se ha optado por un producto sin gluten, sin azúcares añadidos y elaborado con aceite de girasol alto oleico, con los beneficios que esto tiene frente a otros productos similares cuya base es el aceite de palma", explican a este medio.
Pero lo de la pizza, dado que es un plato de éxito internacional, es una apuesta igual de ingeniosa que podemos degustar gracias a otras marcas como Pringles o Lays. Lo cierto es que el universo de las patatas fritas se está reinventado. La marca murciana de patatas Rubio es otro de los fabricantes embarcados en una búsqueda constante de sabores extravagantes. Así, en los últimos años, esta empresa, que empezó su próspero negocio tostando almendras en el horno del pueblo, ha sacado a la venta un singular repertorio de productos a través de su línea Extraordinarios. En ella encontramos patatas fritas con sabor a pollo asado al limón, a frambuesa con un toque de pimienta, bañadas al cacao o con regusto a huevo frito.
Las patatas con sabor a paella parecen abocadas al éxito pues se han agotado en muy poco tiempo
Otra marca empeñada en que las patatas sepan a todo menos a patata es la catalana Torres, capaz de deslumbrar nuestro paladar con notas afrutadas y un ligero burbujeo. En esta sorprendente línea encontramos también las patatas chips prémium con auténticas trufas negras de verano y sabor a caviar. Fritfavich es otra empresa catalana que trabaja en el ámbito de los sabores insospechados. En este caso lo hace con unas patatas fritas que saben a queso de cabra y cebolla caramelizada. Por otro lado, ¿quién no ha puesto una anchoa encima de una patata frita para comérselas de un bocado? Todos o casi todos, ¿verdad? Eso mismo debió pensar esta firma para urdir unas patatas fritas con sabor a anchoa y olivas.
La empresa alicantina Mediterránea Agua de Mar también tiene la intención de hacer las cosas de otra manera. Entre el elenco de ingredientes de sus elaboraciones encontramos agua de mar, que consigue un sabor “que no es ni soso ni salado... Es sencillamente, otra historia”, presumen sus creadores. Sustituir la sal común por agua de mar permite obtener sabores más naturales, llenos de matices y sin enmascaramientos.
Parece que los consumidores nos hemos cansado de las patatas que saben a patata, a tenor de los numerosos productos que debutan en el mercado con la intención de dar una vuelta de tuerca a este clásico producto de los aperitivos. A veces nos apetece una paella, pero la queremos de manera rápida, casi imperiosa, y sin necesidad de ir a un restaurante y mucho menos prepararla nosotros mismos. Un antojo en toda regla al que no cabe resignarse, pues podemos satisfacerlo degustando una bolsa de patatas fritas que, precisamente, saben a paella.
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