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Recorrido por las variedades de café más famosas de España
  1. Gastronomía y cocina
¿UN BARRAQUITO O UN REBENTÓ?

Recorrido por las variedades de café más famosas de España

En algunas comunidades autónomas hay vida más allá de los clásicos café con leche, cortado o solo. Todo un abanico de posibilidades que las convierte en el paraíso de este producto

Foto: Guía de los cafés más consumidos en nuestro país. (iStock)
Guía de los cafés más consumidos en nuestro país. (iStock)

Tal y como demuestra el 'Estudio sobre los hábitos de consumo de café en España', presentado en 2017 por la empresa especializada Cafés Novell, el 87% de la población de entre 18 y 64 años consume café, mientras que un 70% lo hace prácticamente a diario. Una costumbre que deja de media 2,2 tazas de café al día, casi siempre en casa (61%) y a la hora del desayuno (76%).

Todos estos datos demuestran la importancia de esta bebida milenaria en nuestro país. Raro es el bar o la cafetería que no ofrece a su clientela una buena taza de café caliente cada mañana, dentro de un amplio abanico de posibilidades que dependen exclusivamente de los gustos del comensal. Solo, cortado, con leche, bombón, leche manchada, descafeinado… Las opciones son infinitas. Sin embargo, la cosa no acaba aquí.

La gran acogida que el café siempre ha disfrutado en España ha provocado también la creación de variedades que solo es posible encontrar en sus comunidades o ciudades de origen. Un buen ejemplo de ello es el famoso café de puchero, típico de Galicia y que se caracteriza por un sistema de preparación muy antiguo que consiste en dejar macerar el café ya molido en agua caliente, dando como resultado una infusión muy intensa que debe colarse a través de una manga o paño antes de su consumo. ¿Qué otras variedades destacan a lo largo y ancho de España?

Barraquito

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Foto: iStock.

Propio de la isla de Tenerife, este tipo de café es famoso en esta región de España por incluir ingredientes tan variopintos como leche condensada, licor, leche convencional, canela en rama, corteza de limón y, por supuesto, café bien cargado. Además, se sirve en un vaso de cristal similar a los que se utilizan para el vino, que deja ver todas las capas de la elaboración. Aunque este es el trago más tradicional, su popularidad ha motivado la aparición de diversas versiones como el barraquito canarión, que lleva más cantidad de licor y se toma siempre a modo de postre.

Blanco y negro

Ahora nos trasladamos hasta la Comunidad Valenciana, donde es posible degustar una de las variedades de café que mejor combate el calor sofocante y las altas temperaturas de la época estival. Hablamos del blanco y negro, un café granizado con una bola de helado, la composición perfecta entre un café tradicional y un postre. Durante muchos años, la bola de helado fue de nata, pero ahora la receta está abierta a otros sabores como el de vainilla, turrón o leche merengada. Para hacer el granizado de café basta con mezclar este elixir con un poco de agua y azúcar, meterlo en el congelador y remover cada media hora para asegurarse de que queda granizado. Después solo hay que incluir el helado seleccionado en el mismo recipiente.

Catalán

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Foto: iStock.

Como su propio nombre indica, esta especialidad procede directamente de la ciudad de Barcelona y se diferencia del resto por incluir en la mezcla un chorrito de licor de crema catalana, el postre que ha servido a sus creadores como fuente de inspiración. De hecho, en algunos locales simulan incluso la capa de azúcar quemado que en este dulce encontramos. Además, el café espresso que se utiliza suele mezclarse con un almíbar hecho a base de agua, azúcar, canela y rodajas de limón confitado, que le aportan un toque dulce muy interesante.

Resolí

Ingredientes como el aguardiente, el brandy, el azúcar, la peladura seca de naranja y la canela unen sus fuerzas con el café para crear un trago sumamente potente y con capacidad para dar energía a cualquiera. Es típico de Cuenca y suele venderse como un licor de café que se puede tomar solo o con hielo tras las comidas y acompañado de dulces. Festividades como la Semana Santa y la Navidad invitan mucho a su consumo, mientras que multitud de expertos hacen referencia a sus propiedades digestivas. Eso sí, siempre que se consuma con moderación.

Asiático

A pesar de su apodo, nada tiene que ver con el país del sol naciente, sino con el municipio murciano de Cartagena. La receta original consta de café, leche condensada y coñac, que a su vez van acompañados por un chorro de licor, un par de granos de café, corteza de limón y canela. Comúnmente, se suele servir en una copa especial, hecha con un cristal más grueso que conserva el calor y protege el recipiente del colapso térmico. Su éxito en la región se remonta a la década de 1940, aunque los pescadores de antaño ya preparaban un termo de café con coñac y leche para mantenerse despejados durante la jornada. Desde entonces, el café asiático es un icono turístico de la tierra.

Rebentó

Y finalizamos este recorrido en las Islas Baleares, más concretamente en Mallorca, donde elaboran el rebentó, es decir, un carajillo con ron autóctono de la zona. En locales más tradicionales, el ron se calienta previamente con unos granos de café y piel de limón. Después, se añade el café recién hecho a la mezcla y se filtran los ingredientes sólidos, para dejar el líquido rebosante de sabor, intensidad y energía.

Tal y como demuestra el 'Estudio sobre los hábitos de consumo de café en España', presentado en 2017 por la empresa especializada Cafés Novell, el 87% de la población de entre 18 y 64 años consume café, mientras que un 70% lo hace prácticamente a diario. Una costumbre que deja de media 2,2 tazas de café al día, casi siempre en casa (61%) y a la hora del desayuno (76%).

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