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La compota no es solo de manzana: usa estos ingredientes
  1. Gastronomía y cocina
POSTRE O GUARNICIÓN

La compota no es solo de manzana: usa estos ingredientes

La fruta del manzano es muy típica en países como Francia o Alemania, es sencilla de preparar y da mucho juego en la cocina, por los usos y los ingredientes que admite

Foto: De manzana es una de las más clásicas. (iStock)
De manzana es una de las más clásicas. (iStock)

La compota puede funcionar como un postre sabroso y sencillo de preparar o como una guarnición que contraste y aporte un toque dulce a platos salados hechos a base de carne o pescado. Es todo un clásico de la gastronomía de países como Francia, Alemania y otras naciones europeas, por lo barata que resulta o la facilidad para comprarla ya hecha en los supermercados. La más típica y tradicional se hace con manzana, pero la receta admite también el uso de otros ingredientes para crear diversas variedades. Si queréis conocer cómo se elabora la versión original y qué otras compotas podéis encontrar en el mercado, en Alimente vamos a ahondar en ello para ofrecer pluralidad a vuestra cocina.

La de manzana, la básica

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

En términos generales, una compota de manzana es una elaboración que, a simple vista, parece un puré. Pelamos la fruta, la troceamos y la cocemos con azúcar, cuya cantidad dependerá de la afinidad del consumidor con el dulce o de lo ligera que queramos hacerla para controlar las calorías. Como hemos visto anteriormente, también admite la inclusión de otros ingredientes como zumo de limón, canela o vainilla para aportar un gusto diferente. Treinta minutos de cocción son suficientes para preparar una deliciosa compota de manzana. Dejarla más o menos tiempo en el fuego afectará a su textura, en la que se pueden apreciar los trozos de manzana o, por el contrario, lucir un aspecto más homogéneo.

La compota de manzana es un dulce que forma parte de la cultura culinaria de varios países europeos, entre ellos Francia y Alemania

Una vez elaborada, puede servirse a temperatura ambiente como si fuera un postre o utilizarse para acompañar platos salados. Por ejemplo, en Francia es muy común emplearla como guarnición en un plato de morcilla y puré de patatas, tres ingredientes de sabores diferentes que crean un contraste interesante al mezclarlos. Por lo tanto, la compota de manzana se puede combinar con todo tipo de carnes. Es cuestión de probar hasta dar con el tándem más agradable para nuestro paladar.

En Alemania, el uso de la compota también tiene una amplia tradición culinaria. Un ejemplo de ello son las tortitas de patata o kartoffelpuffer, a las que se les añade este dulce como acompañante. Un plato muy extendido y que The Ohio State University define como una de las recetas más vinculadas a la historia del uso de la patata en este país. No obstante, dicha receta también se encuentra presente en otras naciones del centro y el este de Europa como Austria, Bulgaria, Bielorrusia, Hungría o Lituania, por citar algunas.

Otras compotas que se pueden preparar

Más allá de la manzana, la base de esta elaboración admite el uso de otras frutas e ingredientes para crear recetas con sabores diferentes. Estas se preparan prácticamente de la misma manera y también pueden ejercer el mismo papel en la cocina que la versión original. Tomad nota, es hora de innovar.

De mango

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Foto: iStock.

Una alternativa a la compota de manzana es la de mango, que destaca por tener un sabor más ácido y menos dulce, ideal para los que prefieren este tipo de sabores. Por ejemplo, se puede usar para untarla en tostadas y tortitas o para mezclarla con carnes y pescados, y así crear un plato que llame la atención por su exotismo.

De tomate

También podemos recurrir al tomate para hacer una compota menos dulce -aunque también se le incorpora azúcar en la cocción- y con un color diferente que puede hacer más llamativo el emplatado. Pelando los tomates y cociéndolos durante una hora, se obtendrá una textura muy espesa. Así, los tomates no tienen porqué ser siempre un ingrediente para platos salados, conquistado el terreno de los postres, las meriendas e incluso los desayunos más originales.

La compota puede funcionar como un postre sabroso y sencillo de preparar o como una guarnición que contraste y aporte un toque dulce a platos salados hechos a base de carne o pescado. Es todo un clásico de la gastronomía de países como Francia, Alemania y otras naciones europeas, por lo barata que resulta o la facilidad para comprarla ya hecha en los supermercados. La más típica y tradicional se hace con manzana, pero la receta admite también el uso de otros ingredientes para crear diversas variedades. Si queréis conocer cómo se elabora la versión original y qué otras compotas podéis encontrar en el mercado, en Alimente vamos a ahondar en ello para ofrecer pluralidad a vuestra cocina.

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