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Seis postres refrescantes, fáciles y sin horno para estos días
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sabor a verano

Seis postres refrescantes, fáciles y sin horno para estos días

Llega el buen tiempo y el paladar pide dulces más ligeros y frescos. Aprende a elaborarlos en casa, con pocos ingredientes y sin necesidad de que les dediques mucho tiempo

Foto: Helado de aguacate. (iStock)
Helado de aguacate. (iStock)

Durante el estío, el paladar reclama elaboraciones livianas, que contribuyan a facilitar las digestiones, y refrescantes, que ayuden a soportar las altas temperaturas típicas de estos meses. En el terreno de los postres, los helados, los batidos o los granizados son posiblemente los piscolabis que más se adueñan del protagonismo, pues, además de regalar felicidad al paladar, atemperan y no implican apenas tiempo en los fogones o el uso del horno, pues el calor que desprenden no es en absoluto bienvenido, despertando la pereza a la hora de ataviarnos con el delantal.

Sin embargo, los devotos del dulce no tienen por qué renunciar a sus postres caseros predilectos durante esta época, pues el recetario contempla un sinfín de propuestas ricas y de lo más veraniegas que no precisan muchos ingredientes, ni horno ni tiempo. Os proponemos algunas ideas para poner sabor y la nota dulce al verano.

Crema de frambuesa

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Foto: iStock.

Ingredientes:

  • 500 g de frambuesas muy maduras
  • 25 cl de nata para cocinar
  • 235 g de azúcar

Elaboración. Juntamos en un bol todos los ingredientes y los pasamos por la batidora hasta lograr una crema fina y carente de grumos. Luego, vertemos el líquido en un molde de silicona y lo introducimos en el congelador durante una hora.

Tarta de yogur y granadas

Ingredientes:

  • 80 g de requesón
  • 1 yogur natural
  • 1 granada
  • 4 hojas de gelatina
  • 2 rebanadas de pan de molde
  • Zumo de media naranja

Elaboración. Comenzamos la receta introduciendo la gelatina en un bol con agua para que se hidrate. Mientras tanto, hacemos la base de la tarta. Para ello, mezclamos el azúcar, el yogur y el requesón en un bol, y reservamos. En una cazuela, hervimos el zumo de naranja junto con dos hojas de gelatina. Cuando esta última esté completamente derretida, vertemos el líquido en el bol que teníamos reservado. Una vez mezclado, lo incorporamos a otro recipiente previamente cubierto con las rebanadas de pan sin bordes y lo introducimos en la nevera durante veinte minutos, aproximadamente.

A continuación, retiramos los granos de la granada, le extraemos el jugo y lo cocemos con las restantes hojas de gelatina y una cucharada de azúcar en una cazuela. Cuando la gelatina se haya deshecho, colamos el líquido, lo vertemos en los moldes y los introducimos en la nevera hasta que cuajen.

Crema de mango y yogur

Ingredientes:

  • 150 g de yogur griego
  • 80 g de queso mascarpone
  • 1 mango
  • 30 g de miel
  • Hojas de menta

Elaboración. Juntamos el queso y el yogur en un recipiente, mezclamos con una lengua hasta que los ingredientes estén completamente integrados y finalmente metemos la mezcla en la nevera durante dos horas. Mientras tanto, pelamos el mango, le extraemos la pulpa, la pasamos por la batidora y reservamos. Para concluir, pintamos de miel una bandeja y sobre ella vertemos la crema de yogur y queso, la de mango y decoramos con las hojas de menta.

El recetario incluye pistas ricas que no precisan muchos ingredientes, ni horno ni tiempo

Crema de sandía y con pinchos de frutas

Ingredientes:

  • 700 g de sandía
  • 1/2 melón
  • 10 cerezas
  • 4 uvas pasas grandes
  • 1 copa de licor de naranja
  • Sal

Elaboración. Con la ayuda de una cuchara 'parisien', hacemos bolas con la pulpa del melón, las rociamos con un chorro de licor de naranja y las dejamos macerar durante 15 o 20 minutos. A continuación, ponemos las pasas a remojo en agua para que se hidraten bien y reservamos. Luego, troceamos la pulpa de la sandía, la sazonamos con una pizca de sal, la trituramos con la batidora y vertemos el líquido en copas. Finalmente, introducimos en cada palillo una pasa, dos cerezas sin hueso y una bolita de melón y colocamos uno en cada copa.

Helado de plátano y kiwi

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Foto: iStock.

Ingredientes:

  • 150 g de kiwis
  • 230 g de queso cremoso
  • 80 g de plátanos
  • 30 g de azúcar

Elaboración. Juntamos en un bol las frutas, el azúcar y el queso y trituramos con la batidora hasta obtener una crema con la textura deseada. A continuación, vertemos la mezcla en un recipiente y lo metemos en el congelador durante tres horas, aproximadamente. Durante la primera hora, es importante extraerla cada 15 o 20 minutos y pasarle la batidora con la varilla para evitar la formación de cristales. Pasado dicho tiempo, servimos en copas. En caso de querer añadir un toque salado, podemos acompañarlo de frutos secos, especialmente nueces.

Semifrío de frambuesa

Ingredientes:

  • 130 g de frambuesas
  • 100 ml de nata para montar
  • 1 clara de huevo
  • 60 g de azúcar

Elaboración. Forramos con papel transparente un molde, procurando que quede lo más ajustado posible y que sobresalga unos centímetros por encima del borde, con el objetivo de que la masa quede lo más lisa y uniforme posible. A continuación, juntamos la clara del huevo con el azúcar, los montamos con la varilla hasta lograr una textura densa y reservamos.

En un recipiente aparte, montamos la nata. Luego la mezclamos con las claras montadas y removemos suavemente, con movimientos lentos y envolventes, para que el aire no se esfume y mantenga la consistencia. Para concluir, agregamos las frambuesas y mezclamos bien; extendemos la masa en un molde y lo introducimos en el congelador durante un día. Para extraer el semifrío, únicamente tenemos que tirar de los extremos del papel transparente que sobresalen.

Durante el estío, el paladar reclama elaboraciones livianas, que contribuyan a facilitar las digestiones, y refrescantes, que ayuden a soportar las altas temperaturas típicas de estos meses. En el terreno de los postres, los helados, los batidos o los granizados son posiblemente los piscolabis que más se adueñan del protagonismo, pues, además de regalar felicidad al paladar, atemperan y no implican apenas tiempo en los fogones o el uso del horno, pues el calor que desprenden no es en absoluto bienvenido, despertando la pereza a la hora de ataviarnos con el delantal.

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