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Villa Verbena: volver a la Casa de Campo. ¡Y cómo!
  1. Gastronomía y cocina
Junto al lago y preciosas vistas

Villa Verbena: volver a la Casa de Campo. ¡Y cómo!

¿Cuánto hace que no visita la Casa de Campo y disfruta de un almuerzo, entorno y ambiente en condiciones? Tanto que ni recordábamos la belleza de uno de los mayores parques de Europa. Ahora, Triciclo y The Hat encienden las brasas de la nueva terraza

Foto: Foto: Villa Verbena.
Foto: Villa Verbena.

Hay tortas por conseguir un hueco. Y no nos extraña en absoluto. Cuando aparecimos hace unos días en el lago de la Casa de Campo, con esas vistas del Madrid de los Austrias al fondo, ese sol, ese verde y este nuevo lugar que nos ocupa, nos costó unos minutos entender el porqué de la decadencia, en los últimos tiempos, de un paraje tan singular a un paso del centro. Por suerte, Alfonso López e Ignacio García, de The Hat, el hostel 'cool' de la Plaza Mayor, y el trío que compone el reconocido Triciclo y otros tres restaurantes hermanos entre el barrio de Las Letras y Lavapiés, han venido hasta aquí para abrirnos los ojos, para hacernos volver a uno de los lugares más emblemáticos de Madrid, ¡y de qué manera! Necesitábamos Villa Verbena.

El restaurante tiene una idílica terraza vestida con manteles blancos y una pérgola, a modo de cenador, para las noches de verano

Villa Verbena es uno de aquellos kioskos sin más que rodeaban el lago y cuya concesión ahora han conseguido ellos. Le han dado un giro al concepto y han montado, sin entrar en excesivo formalismo, un restaurante en toda regla con una idílica terraza vestida con manteles blancos y una pérgola que estará lista en breve, a modo de cenador, para cuando refresque en las noches de verano o incluso pensando en el invierno. En total, alrededor de 600 metros cuadrados de espacio que está hasta la bandera de ambiente joven, familiar, divertido y relajado. Vamos, que hace honor a su nombre.

A cualquier hora

La carta, con una mayoría de entradas en formato media ración, arranca con una página completa de picoteo más informal y asequible que estaría disponible todo el día y que puede pedirse en una zona de mesas altas sin necesidad de reserva mientras se brinda con unos vermús entre amigos. Unas ostras normandas (4,50 euros), que siempre son un buen comienzo; ensaladilla con escabeche casero de bonito fresco y salazones (12/18 euros); unas croquetas caseras (7,50/11 euros); unas bravas con alioli de ajo asado (6/9 euros). Pura verbena, sí.

La brasa, importante pilar de la cocina como ya lo es en Súa, otro de los restaurantes del trío cofundador, hace aquí también su entrada con una txistorra de Arbizu o una entraña de vaca al carbón.

placeholder Villa Verbena.
Villa Verbena.

Carnes de Discarlux y pescados de Pescaderías Coruñesas son protagonistas al fuego del menú que ya se entrega en mesa. La sencillez del buen producto sin disfraces, a veces con cierta vueltita moderna, es seña de Triciclo y aquí sigue muy presente. Auténtico pulpo certificado de Galicia (14/27 euros), un rapito de barriga negra para dos (46 euros) y hasta cuatro cortes de ternera (entre 20 y 40 euros) se ofrecen con guarniciones como las patatas fritas caseras o los pimientos asados en casa (5/7 euros).

La verbena sigue

Antes, es muy rica la ensalada de puerros con pesto de tomate y espectacular cecina (12/20 euros) y llama la atención, siempre, el guiño castizo con los callos a la madrileña (18 euros) y algún otro guisote, como las pochas con bacalao y su pilpil (18 euros). Al sentarse hacen entrega, asimismo, de una lista de sugerencias diarias, en torno a la decena. En nuestro caso nos decantamos por unos tacos de cochinita pibil con crujiente tortilla que no los hace muy cómodos a la hora de comer, pero que gustan por su sabor y porque son muestra de ese guiño más gamberro y cosmopolita que es tan usual en la propiedad.

placeholder Ensalada de puerros.
Ensalada de puerros.

Pimiento ecológico de Almería ahumado con boquerones u oreja crujiente con revolconas pueden ser otras alternativas a las que suman el pescado del día, el postre recomendado y, qué bien, el vino que aconseja ese día el sumiller.

Los postres siguen la línea y filosofía del grupo. Nos gusta mucho su versión del pan con chocolate de toda la vida con aceite de oliva (8 euros) y el fresón de Aranjuez con naranja, albahaca y nata (9 euros), refrescante y digestivo.

Por cierto, prometen otro local, anexo, antes de verano. “Más ágil, más centrado en el deporte, 20 tipos de cerveza, ahumador, rotisserie de pollo a la peruana, posibilidad de ver partidos de fútbol…”, nos adelanta Alfonso López mientras terminamos de comer. Seguro triunfa como ya está triunfando Villa Verbena, un fascinante rincón madrileño con aires de Central Park.

Dirección: Paseo de María Teresa, 3. Madrid

Teléfono: 91 999 30 14

Email de reservas: reservas@villaverbenamadrid.com

Precio medio: 20-25 € picoteo; 30-35 € comidas y cenas en mesa alta; 40-45 € en mesa con mantel

Horarios:

-Actualmente de miércoles a lunes de 13:00 a 20:00 h

-Una vez inaugurado el cenador: de 9:00 a 00:00 h de lunes a jueves y de 9:00 a 2:00 los fines de semana y festivos

www.villaverbenamadrid.com

Hay tortas por conseguir un hueco. Y no nos extraña en absoluto. Cuando aparecimos hace unos días en el lago de la Casa de Campo, con esas vistas del Madrid de los Austrias al fondo, ese sol, ese verde y este nuevo lugar que nos ocupa, nos costó unos minutos entender el porqué de la decadencia, en los últimos tiempos, de un paraje tan singular a un paso del centro. Por suerte, Alfonso López e Ignacio García, de The Hat, el hostel 'cool' de la Plaza Mayor, y el trío que compone el reconocido Triciclo y otros tres restaurantes hermanos entre el barrio de Las Letras y Lavapiés, han venido hasta aquí para abrirnos los ojos, para hacernos volver a uno de los lugares más emblemáticos de Madrid, ¡y de qué manera! Necesitábamos Villa Verbena.

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