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El auge de las gelatinas saladas: 5 recetas para sorprenderte
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INNOVACIÓN EN LA COCINA

El auge de las gelatinas saladas: 5 recetas para sorprenderte

Este postre, que suele perseguir sabores dulces y afrutados como la fresa, el limón o la naranja, también está abierto a otros ingredientes como el marisco o las verduras

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Desde pequeños, hemos degustado con ahínco uno de los postres más ligeros y dulces del recetario: la gelatina. Esa sustancia sólida, transparente y de colores hecha con agua y zumo de frutas que siempre ha cautivado a los comensales por su consistencia temblorosa y aspecto brillante. En términos generales, la gelatina es una proteína hidrosoluble que deriva del colágeno y que suele utilizarse como agente gelificante en la alimentación, aunque también es un recurso habitual de ámbitos como la cosmética o la farmacología.

Además, aunque todos la asociamos a esos sobres que habitan en los lineales del supermercado, repletos de azúcar, colorantes y otros ingredientes artificiales, la gelatina original y 100% natural “es básicamente caldo de huesos deshidratado en polvo, hecho a partir de huesos, cartílago, colágeno y minerales. [...] Pero en la actualidad muchas personas sienten que no tienen suficiente tiempo para prepararlo”, explica Edurne Ubani, especializada en nutrición evolutiva y salud digestiva, en su blog profesional.

No obstante, a pesar de la transformación que ha sufrido este compuesto, anclándose en el mundo de la repostería, a la gelatina todavía le queda mucho camino por recorrer. Por ejemplo, desde hace unos años, está abierta a otros ingredientes que nada tienen que ver con la función que cumple en el presente. ¿Habéis probado alguna vez las gelatinas saladas? Es hora de descubrir todo su potencial con las siguientes recetas.

Aspic de queso azul

Ingredientes:

  • 200 g de queso azul
  • 100 g de queso crema
  • 250 cc de nata líquida
  • 0,25 litros de caldo de verduras
  • 1 sobre de gelatina en polvo
  • Pimienta blanca

Disolvemos parte del sobre de gelatina en el caldo de verduras y lo colocamos en el fondo del molde a modo de decoración. Lo metemos en el frigorífico mientras seguimos con la elaboración. Acto seguido, vertemos el resto del sobre de gelatina en un recipiente con el queso azul picado, el queso crema, la nata y una pizca de pimienta. Mezclamos todo bien con ayuda de una batidora eléctrica. Añadimos el resultado al molde, siempre y cuando la primera capa ya esté cuajada, y volvemos a introducirlo en la nevera para que termine de enfriarse. Para desmoldar mejor el aspic, podemos sumergir el molde en agua caliente unos segundos.

Gelatina de verduras de temporada

placeholder Gelatina. (iStock)
Gelatina. (iStock)

Ingredientes:

  • 80 g de zanahoria
  • 80 g de remolacha
  • 80 g de cogollos de coliflor
  • 80 g de judías verdes
  • 4 dl de agua
  • 2 hojas de gelatina
  • Sal y pimienta blanca

Deshacemos las hojas de gelatina en agua mientras están en el fuego. Después, cocemos las verduras bien picadas en el agua con la gelatina ya disuelta, a excepción de la remolacha. Con 8 minutos de cocción será suficiente. No obstante, cuando lleven 5 minutos hirviendo, será el momento de añadir la remolacha. A continuación, colocamos las verduras en moldes individuales, para incluir después poco a poco el caldo de la gelatina. Dejamos que repose en el frigorífico durante un par de horas para que cuaje. Pasado este tiempo, solo queda desmontarlo y disfrutar de todo su sabor.

Aspic de gambas

Ingredientes:

  • 1 kg de gambas
  • 2 sobres de gelatina natural
  • Limón
  • Pimienta blanca

Comenzamos disolviendo la gelatina en agua y dejándola reposar durante un minuto. Después, la ponemos al fuego hasta que se derrita. A continuación, introducimos las gambas en un litro de agua con una hoja de laurel y dejamos que cuezan hasta que el agua hierva. Cuando estén listas, escurrimos y las reservamos en el frigorífico en un recipiente con un paño húmedo encima. Tras unos minutos, vertemos la gelatina en un molde y colocamos las gambas peladas ordenadamente en el mismo, a ser posible con la curvatura mayor hacia abajo. Ponemos los moldes en el frigorífico durante un par de horas. Pasado este tiempo, desmoldamos el aspic en una fuente, que podremos acompañar con un poco de salsa rosa.

Gelatina de jamón y queso

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Foto: iStock.

Ingredientes:

  • 2 sobres de gelatina sin sabor
  • 1 paquete de queso crema
  • 1 taza de jamón cortado en cubos
  • Agua
  • Caldo de pollo
  • Salsa francesa
  • Tomates frescos

Como siempre, comenzamos disolviendo la gelatina en el agua. También batimos el queso crema con media taza de caldo de pollo hasta crear una pasta suave. Luego incluimos en la mezcla más cantidad de caldo -concretamente el doble del que hemos utilizado anteriormente-, lo ponemos al fuego a temperatura media durante 10 minutos o hasta que hierva. Después, disolvemos la gelatina en la preparación aún caliente. Dejamos que se enfríe, agregamos el jamón y la salsa, removemos y lo colocamos en moldes individuales. Los metemos en el frigorífico hasta que cuajen completamente. Finalmente, desmoldamos la gelatina y la adornamos con unas rebanadas de tomate.

Gelatina de setas frescas

Ingredientes:

  • 600 g de setas frescas variadas
  • 1 diente de ajo picado
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • 1 cucharada de vino blanco
  • ½ cucharada de zumo de limón
  • 2 cucharadas de gelatina sin sabor
  • ½ taza de caldo de verduras
  • Sal y pimienta al gusto

Disolvemos la gelatina en el caldo de verduras y dejamos que repose. Mientras tanto, limpiamos las setas seleccionadas con un trapo húmedo y las cortamos en láminas o cubos pequeños. Después, salteamos el ajo picado en una sartén con aceite, añadimos las setas y dejamos que se hagan a fuego fuerte durante un par de minutos, moviendo constantemente y tras haber sido sazonadas. A continuación, incluimos el vino blanco y el zumo de limón y, cuando hierva enérgicamente, lo retiramos del fuego. Finalmente, agregamos la gelatina disuelta y unimos todo de manera uniforme.

Vertemos la mezcla en los moldes individuales y los metemos en el frigorífico durante un par de horas hasta que se solidifique. Para acabar, desmontamos los moldes sobre una fuente y los servimos acompañados con un poco de ensalada o unos tomates cherry cortados por la mitad.

Desde pequeños, hemos degustado con ahínco uno de los postres más ligeros y dulces del recetario: la gelatina. Esa sustancia sólida, transparente y de colores hecha con agua y zumo de frutas que siempre ha cautivado a los comensales por su consistencia temblorosa y aspecto brillante. En términos generales, la gelatina es una proteína hidrosoluble que deriva del colágeno y que suele utilizarse como agente gelificante en la alimentación, aunque también es un recurso habitual de ámbitos como la cosmética o la farmacología.

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