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La lechuga no es exclusiva de una ensalada. Aprende a hacerla bien
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sabores vegetales inéditos

La lechuga no es exclusiva de una ensalada. Aprende a hacerla bien

Este alimento es capaz de protagonizar otras elaboraciones menos conocidas, que nos permiten enriquecer la dieta y nos dan más de una alegría culinaria. Pinta tus platos de verde

Foto: Lechuga.
Lechuga.

La lechuga es el vegetal estrella de nuestras mesas y una de las reinas de la alabada dieta mediterránea. A estas alturas, todo el mundo sabe que esta verdura de la familia de las asteráceas es un dechado de virtudes nutricionales, pues es generosa en fibra, vitaminas A y C -consumir una ración conlleva el 15% de la ingesta diaria recomendada-, antioxidantes y minerales como el hierro, el calcio, el fósforo y el potasio. Además, tiene un escueto contenido calórico -aporta 17 kcal por cada 100 gramos- y posee un alto contenido hídrico, que la convierte en un excelente aliado de las dietas de pérdida de peso y las personas con retención de líquidos.

Rizada, beluga, romana, batavia, iceberg... La familia de este popular vegetal está formada por cientos de miembros, que habitualmente tendemos a consumir en las ensaladas. Como partícipe de combinados vegetales, además de ser muy saludable, proporciona muchas alegrías culinarias, pues casa a las mil maravillas con un sinfín de ingredientes. Sin embargo, la lechuga también se presta a preparaciones culinarias inéditas y muy ricas, que nos permiten aprovechar todo su potencial. Estas son algunas ideas.

Rellena

La lechuga rellena constituye una forma saludable y sabrosa de reinterpretar la clásica ensalada, haciéndola más apetecible para los pequeños de la casa o quienes no acaban de encontrarle el gusto. Las posibilidades son infinitas: de carne, marisco, vegetales... En este caso, proponemos una lechuga rellena de pescado.

Ingredientes:

  • 8 hojas de lechuga
  • Vino blanco
  • 4 filetes de lenguado
  • 150 g de gambas peladas
  • 2 cucharadas de nata
  • Aceite de oliva, pimienta y sal

Rehogamos las gambas con el vino blanco en una sartén con un chorro de aceite de oliva. Cuando el alcohol se haya evaporado, agregamos la nata, sazonamos con sal y pimienta, cocinamos durante unos minutos más hasta que la salsa haya adquirido el espesor adecuado y reservamos. A continuación, escaldamos las hojas de lechuga en agua hirviendo durante un minuto y luego las juntamos de dos en dos -una sobre otra-. Para terminar, colocamos un filete de lenguado sobre cada conjunto de hojas, salpimentamos, regamos con la salsa, lo cerramos en forma de paquete y, finalmente, lo cocemos al vapor durante quince minutos. Si queremos incrementar su gusto, podemos incluir un sofrito de ajo y mantequilla.

Asada

La lechuga también es susceptible de ser asada en la parrilla o en el horno, un modo de preparación que le confiere una textura jugosa y un toque crujiente. Lo habitual es usar los cogollos, puesto que tienen más consistencia. Como guarnición de carnes y pescados, como ingrediente de ensalada o como plato principal, la lechuga asada constituye una excelente opción para quienes siguen una dieta vegana o quieren comer sano.

Lechuga a la parrilla con vinagreta de tomate

Ingredientes:

  • 8 cogollos de lechuga

Para la vinagreta:

  • 1 tomate maduro
  • 8 hojas de cebollino
  • Aceite de oliva, vinagre y sal

En primer lugar, elaboramos la vinagreta. Para ello, mezclamos la pulpa del tomate con el cebollino picado, un chorro de aceite de oliva y sal; removemos bien hasta que quede emulsionada y reservamos. Después, lavamos los cogollos, los cortamos por la mitad y los asamos en la plancha a fuego moderado. Para terminar, los extendemos sobre una bandeja y los regamos con la vinagreta.

Al wok

Las elaboraciones al wok han acaparado un gran protagonismo en los últimos tiempos, en detrimento del salteado en las clásicas sartenes. La razón es que esta técnica, oriunda de China, permite elaborar platos más rápidamente, más saludables -no requiere demasiada grasa- y sumamente jugosos. Aunque podemos saltear la lechuga con un sinfín de ingredientes, también se puede cocinar en solitario y el resultado será igualmente sabroso.

Cogollos de lechuga salteados con ajo

Ingredientes:

  • 4 cogollos
  • 4 ajos
  • 1 cebolla
  • Aceite de oliva
  • Sal

Lavamos y cortamos los cogollos por la mitad y reservamos. Luego, pochamos la cebolla cortada en juliana en un wok con una pizca de aceite de oliva. Cuando esté tierna, echamos los ajos, los cogollos, sazonamos con sal y cocinamos un par de minutos.

Sopas y cremas

De primer plato o como guarnición; frías o calientes. Las sopas y las cremas ocupan por derecho propio un hueco de honor tanto en los menús invernales, ayudándonos a entrar en calor, como en los estivales, pues aligeran y refrescan nuestro cuerpo. Además, son fáciles de hacer, nutritivas y saludables, y tienen una enorme versatilidad culinaria, admitiendo de buen grado innumerables ingredientes; también la lechuga. A modo de inspiración, proponemos esta receta.

Sopa de lechuga y queso

Ingredientes:

  • 2 lechugas
  • 2 cebollas
  • 50 g de queso
  • 1 patata
  • 1 esqueleto de pollo
  • Agua
  • Aceite de oliva, sal y perejil

Cocemos el esqueleto del pollo con dos ramas de perejil en una cazuela con abundante agua durante diez minutos y reservamos. Luego, pochamos las cebollas en una sartén con aceite de oliva. Una vez hayan adquirido un tono transparente, incorporamos la patata troceada en cuadraditos, la lechuga picada y cocinamos durante unos minutos más. Después, vertemos el caldo de pollo, sazonamos con sal y cocinamos durante otros quince minutos. Cuando esté lista, la trituramos con la batidora. A continuación, extendemos montoncitos de queso rallado en una bandeja y los horneamos a 180°C durante 8 o 9 minutos. Para terminar, servimos la sopa y sobre esta el crujiente de queso.

La lechuga es el vegetal estrella de nuestras mesas y una de las reinas de la alabada dieta mediterránea. A estas alturas, todo el mundo sabe que esta verdura de la familia de las asteráceas es un dechado de virtudes nutricionales, pues es generosa en fibra, vitaminas A y C -consumir una ración conlleva el 15% de la ingesta diaria recomendada-, antioxidantes y minerales como el hierro, el calcio, el fósforo y el potasio. Además, tiene un escueto contenido calórico -aporta 17 kcal por cada 100 gramos- y posee un alto contenido hídrico, que la convierte en un excelente aliado de las dietas de pérdida de peso y las personas con retención de líquidos.

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