Menú
Villa Capri: ¿es mejor o peor que Bel Mondo lo nuevo de Big Mamma?
  1. Gastronomía y cocina
En Alonso Martínez

Villa Capri: ¿es mejor o peor que Bel Mondo lo nuevo de Big Mamma?

Tras revolucionar Madrid y lanzar su servicio a domicilio Napoli Gang, el grupo francés, con italianos por media Europa, pretende repetir éxito con este nuevo restaurante

Foto: Comedor de Villa Capri. (Foto: Jerome Galland)
Comedor de Villa Capri. (Foto: Jerome Galland)

Bel Mondo llegó a finales del año pasado y conquistó Madrid con un cuidadísimo concepto que es una pura fiesta: rica cocina italiana, tradicional, con buen producto seleccionado y tintes españoles, precios asequibles y un entorno, entre un palacio lombardo, un maravilloso jardín sorrentino y un bar de los 80, que no conocía precedentes en Madrid. Triunfó, claro.

Y como las cosas bien hechas perduran, sigue siendo difícil conseguir una mesa a día de hoy. No es cuestión de gastronomía, aclarábamos entonces, es mucho más, es uno de los restaurantes más bonitos y divertidos de la capital y, para colmo, se come bien, sí, y a precios asequibles para la magnitud del proyecto. El Grupo Big Mamma, su responsable, aumenta ahora su imperio con un nuevo retoño en plena plaza de Santa Bárbara. ¿Es Villa Capri mejor o peor que su hermano mayor?

Foto: Foto: Jérôme Galland.

Son francamente parecidos. La pequeña terraza al fresco, en la entrada, no anticipa, igual que no lo hace la puerta de Bel Mondo, lo que el interior esconde. Villa Capri no es tan espectacular como el de la calle Velázquez, en el que, cuando uno sube las escaleras de acceso, queda epatado por las dimensiones, el ecléctico interiorismo, marca de la casa, y ese fabuloso y gigantesco patio interior repleto de vegetación natural. Villa Capri sigue esa abigarrada estética aunque la centra más en los 70 y más en la costa amalfitana. De hecho, es casi como sumergirse en una fantasiosa gruta marina, cargada de elementos mitológicos como las enormes estatuas de sirenas. Las flores, los colores costeros, ese llamativo barroquismo 'made in Italy' que no cae en el mal gusto porque no hay mal gusto por ninguna parte, al revés, resulta divino y arranca la sonrisa.

Gamberro sin descuidar lo culinario

Villa Capri es más pequeño sin ser pequeño: 500 metros cuadrados (el otro tiene 900) que pueden albergar a 160 almas dispuestas a comer, cenar, copear y pasarlo bien gracias, asimismo, a un entregado personal de sala que potencia el buen rollo del país de la bota y se mete a todo el mundo en el bolsillo. Y si no, que se lo digan a cualquier cumpleañero, a quien sorprenden cantándole al unísono a pleno pulmón. Villa Capri es muy 'funky', sí, tal vez incluso más gamberro que Bel Mondo y enfocado a un público más joven por su ubicación pero, ojo, que no se descuida lo culinario.

placeholder Antipasti de Villa Capri.
Antipasti de Villa Capri.

No hay grandes innovaciones en la carta. De hecho, si uno lleva tiempo sin ir a Bel Mondo le puede parecer que ya ha probado muchas de las recetas. En realidad, son diferentes aunque siguen el mismo estilo.

Las fantásticas (de verdad) croquetas de jamón con trufa siguen por suerte (8 euros). Con el mismo guiño castizo añaden unas curiosas bombas bravas que son finas láminas de patata y scamorza frita con salsa brava, de yogur y hierbas. Son más que recomendables para un pica-pica.

Las estupendas pizzas, muy a lo napolitano, presentan diferentes elaboraciones. La parmatador (14 euros) lleva tomate San Marzano (siguen trabajando, aseguran, con su centenar de productores transalpinos de confianza), fior di latte, espinacas con un suave toque cítrico y jamón de Parma. Igual que en Bel Mondo, hay seis más entre las que elegir.

Pastas y postres

Entre las pastas, mantienen en ambos la mafaldina al tartufo (18 euros), pasta fresca con trufa negra, champiñones y salsa de nata trufada. Nosotros nos decantamos por probar los F*ck me I’m Famous (15 euros), tres generosos raviolis rellenos de crema de carbonara y yema de huevo, guanciale de la Toscana y un toque de queso pecorino. ¿Le suena el sabor? Es lo más parecido a los archiconocidos Carbomama de Bel Mondo, los spaghetti carbonara servidos en la gran rueda de queso pecorino.

placeholder Terraza de Villa Capri.
Terraza de Villa Capri.

¿Y los postres? Entre las seis alternativas se repiten la tarta de queso y el 'tigramisú' al más puro estilo de la abuela (7 euros), y normal, porque son deliciosos y uno de los grandes fuertes de estas 'trattorias'. La incomparable tarta de limón de Bel Mondo se transforma aquí en un helado de limón con refrescante salsa cítrica, bizcocho al limoncello y crujiente de almendras. El mítico final, como el propio menú reza, en Capri.

En resumen, mucho de lo mismo, quizá más jovial aún e igualmente apetecible para una velada colorista en la que pasarlo pipa en torno a sus mesas, vestidas con esas idílicas vajillas italianas y bien de refrescantes y estivales cócteles. El verano aquí no termina, ¡y que no termine!

VILLA CAPRI

Hortaleza, 118. Madrid

Precio medio: 35 euros

Horario: de lunes a domingo de 13 a 16 horas y de 19:30 a 23:15 horas

Reservas en su web https://bigmammagroup.com/es/trattorias/villa-capri (como en Bel Mondo, dejan un 50% de las mesas sin reservar para quienes quieran probar suerte presentándose directamente)

Bel Mondo llegó a finales del año pasado y conquistó Madrid con un cuidadísimo concepto que es una pura fiesta: rica cocina italiana, tradicional, con buen producto seleccionado y tintes españoles, precios asequibles y un entorno, entre un palacio lombardo, un maravilloso jardín sorrentino y un bar de los 80, que no conocía precedentes en Madrid. Triunfó, claro.

Restaurantes
El redactor recomienda