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Abre Zen Asian Supper Club, el restaurante asiático más nocturno, informal y divertido
  1. Gastronomía y cocina
Con música de DJ ininterrumpida

Abre Zen Asian Supper Club, el restaurante asiático más nocturno, informal y divertido

Se trata de un imponente espacio con capacidad para 180 personas dividido en distintas zonas, entre las que destaca un privilegiado patio interior para 60 comensales

Foto: Zen Asian Supper Club.
Zen Asian Supper Club.

Cuando uno vislumbra el nuevo neón que corona el número 128 de la madrileña calle de Velázquez –casi esquina con María de Molina– no alcanza a imaginar la envergadura del local que se esconde tras las letras de Zen Asian Supper Club, la nueva idea del empresario Roger Chen.

Al local asiático le preceden una modesta terraza a pie de calle, que nada tiene que ver con la interior, y una zona de barra con algunas mesas reservadas a tomar copas y picotear de la que parten las escaleras a la planta principal. El establecimiento, con capacidad para 180 personas, viene a cubrir las demandas del público actual en un momento en el que los límites entre el día y la noche y entre la comida y la bebida se han ido borrando para dar lugar a nuevo concepto de restaurante: uno en el que la diversión, la música y el ambiente importan tanto como la propuesta culinaria.

Inspirado en las tendencias mundiales

Roger Chen es un erudito de las tendencias mundiales, un empresario visionario, cosmopolita y viajado que dirige uno de los grupos hosteleros más potentes de la actualidad, con diez negocios de éxito en Madrid. Nació en China, se formó en Holanda y, antes de asentarse en nuestro país con la apertura de su primer restaurante en 1997, Zen Pozuelo, realizó una 'tournée' por las principales capitales de Occidente en busca de inspiración.

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Zen.

Aún hoy continúa visitando con asiduidad los más exclusivos restaurantes asiáticos y clubs del mundo. Afición que le ha llevado a abrir esta nueva enseña, con la que vuelve a romper moldes a través de un concepto inédito, sofisticado y cosmopolita que se posiciona como el local más nocturno, dinámico, sofisticado y divertido del Grupo Zen.

Distintos ambientes y una privilegiada terraza interior

Nada más subir las escaleras de Zen Asian Supper Club se encuentra el lounge, un espacio con mesas bajas arropadas por la mágica locura de luces de colores que se mueven al ritmo de la música y con una mesa de DJ que funciona desde el mediodía hasta la noche. Los sonidos que parten de ella, y que reverberan en el resto del local, varían de estilo –funky, deep house, lounge, chillout…– y de intensidad, al igual que la iluminación, según la hora del día. "La idea es potenciar la sobremesa, el tardeo y las copas de después de cenar, hasta las 2 de la madrugada", explica Chen.

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Desde esta sala se accede, por un pasillo ancho dotado de algunas mesas altas para una cocina o cena informal, a la principal, un gran salón donde imperan las mesas redondas para grupos. El espacio está decorado con antigüedades traídas de China: vigas, puertas y celosías milenarias de madera tallada adornando las paredes y antiguas cortinas de tela pintadas a mano que han sido reconvertidas en originales lámparas. Flanquean la sala una barra de bebidas, donde se preparan los cócteles al momento, una de sushi y una gran cristalera desde la que se adivina el tesoro más especial y escondido del restaurante.

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El local también cuenta con una terraza interior con capacidad para 60 comensales que los edificios colindantes protegen del ruido urbano y del calor, convirtiéndola en un auténtico oasis urbano perfecto tanto como para comer y cenar relajadamente como para picar entre horas o tomar unas copas por la tarde-noche.

Variedad y calidad a precios razonables

En lo gastronómico, Zen Asian Supper Club ofrece una carta variada y asequible, con un ticket medio de 35 €, que se adapta a todos los gustos y momentos, y que incluye especialidades chinas, japonesas y del sudeste asiático.

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Hay un apartado de sushis, sashimis y rolls tanto clásicos como de propio cuño, uno de dim sum variados, gyozas y rollitos. Otro de entrantes con opciones calientes, como las sopas tailandesas Tom Yam Kung –picante de langostinos, toronjil y galanga– y Tom Ka Kai –de pollo con leche de coco y especias–. Las gambas tempurizadas o la brocheta de pollo thai con leche de coco y salsa de cacahuete, y crudas, como los tartares de atún y de salmón, el tataki de ternera o el carpaccio de hamachi con trufa.

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Para seguir, se puede optar por arroces y noodles –pad thai, bok choy…–; platos del mar –bogavante tempurizado con pimienta de Sichuán, langostinos al curry rojo, bacalao fresco al vapor con jengibre y chili...–; de la tierra –ternera Sichuán, solomillo Toban Yaki…– y del cielo –pollo al curry verde, pollo al limón, pato a la naranja, etc.–. Destaca especialmente el pato crujiente estilo Sichuán, la especialidad de la casa, que se presenta de dos maneras: primero, la piel crujiente sobre finas tortitas caseras con salsa hoisin, puerro y pepino y segundo la carne de pato salteada con noodles. Es perfecto para compartir. Para finalizar, hay tartas caseras y helados artesanos.

Menús cerrados y opciones de mediodía

Pese a su nombre, que hace referencia a esa cena ligera que en los países anglosajones se toma entre las 6:30 pm y las 8 pm, Zen Asian Supper Club cuida mucho su oferta de mediodía para dar servicio a los ejecutivos de la zona y a los estudiantes del IE Business School, a escasos metros.

Cuenta con un menú del día a 15 € con un entrante y un principal a elegir, con una propuesta de plato único a base de noodles (12 €) y con un menú Omakase (22 €) que incluye una degustación de apetitivos, sushis y sashimis elaborados con lo más fresco del mercado más dos principales fijos a elegir entre varias opciones.

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Para las noches hay también dos menús degustación (uno de 38 € otro de 48 €) con las especialidades más demandadas del restaurante.

Completa la oferta una cuidada carta de bebidas que puede disfrutarse a todas horas y que incluye 50 referencias de vinos, copas bien servidas a entre 8:50 y 12:50 € y una selección de cócteles clásicos con un toque oriental (7-8 €) como el Saketini –una versión del martini a base de ginebra japonesa y sake– o el Dragon Sunrise –tequila, sake, maracuyá y naranja–.

Cuando uno vislumbra el nuevo neón que corona el número 128 de la madrileña calle de Velázquez –casi esquina con María de Molina– no alcanza a imaginar la envergadura del local que se esconde tras las letras de Zen Asian Supper Club, la nueva idea del empresario Roger Chen.

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