Menú
Dónde come McCoy | Tesoros navarros por descubrir: Casa Zabaleta, Iru Bide y La Cocina del Principal
  1. Gastronomía y cocina
Sos del Rey Católico, Monasterio de Leyre...

Dónde come McCoy | Tesoros navarros por descubrir: Casa Zabaleta, Iru Bide y La Cocina del Principal

No se me ocurre escapada mejor que la que les voy a proponer para disfrutar de la naturaleza, hacer algo de ejercicio y, además, comer bien, que es, en definitiva, de lo que se trata

Foto: Uno de los comedores del Iru Bide.
Uno de los comedores del Iru Bide.

Como cuando les hablé de la soriana Casa Vallecas, en Berlanga de Duero, hoy les voy a dar el plan hecho. Y ustedes hacen como con las lentejas, si quieren lo toman y, si no, lo dejan. Y aquí paz y después gloria. Pero que sepan que no se me ocurre escapada mejor que la que les voy a proponer para disfrutar de la naturaleza, hacer algo de ejercicio y, además, comer bien, que es, en definitiva, de lo que se trata.

Destino, el Santuario de Javier en Navarra

Alojamiento, sin duda, en el hotel del mismo nombre, que se encuentra pegado a la explanada del castillo y la basílica. No lo encontrarán mejor. Regido por la incombustible Aurora y alguno de sus hijos, la ubicación es excepcional, la terraza inimitable y la comida… bueno, pues se come con algunos altibajos. Pero merece la pena.

La Cocina del Principal

Día uno, Sos del Rey Católico, uno de los pueblos más bonitos de España, que recuerda otros de perfil similar como Santillana del Mar, Pedraza o Castrillo de los Polvazares. Allí se acercan a La Cocina del Principal y preguntan por Alfonso. Y que les dé de comer. En ocasiones, es más pretencioso que efectivo en su propuesta culinaria, pero, aun así, ofrece platos de peregrinación como esos raviolis rellenos de ternasco y hongos con crema y virutas de 'foie' que es lo que pone San Pedro a la gente que va a entrar al cielo para que se vaya aclimatando. Solo esta vianda justifica la visita. No hay muchas alternativas en el lugar, siendo la más socorrida —valga la redundancia— la del parador. Déjenlo mejor para el café.

placeholder La Cocina del Principal.
La Cocina del Principal.

Día dos, o mañana del uno, que las cosas dan para lo que dan. Centro de operaciones en este caso, Lumbier, a tiro de piedra del propio Javier. Posibilidad de recorrer su Foz, contemplando las maravillas de la ingeniería y la naturaleza tanto en suelo, especialmente cuando el cauce del Irati baja bravo, como en cielo, gracias a las numerosas buitreras que colman sus paredes, o de seguir el curso del río hacia arriba hasta pueblos como San Vicente y Grez siguiendo los campos de cereales.

Iru Bide

Aquí Iru Bide es el lugar para reponer fuerzas. Su increíble menú por 19 euros IVA incluido, bebidas aparte, debería entrar en el 'Libro Guinness de los récords' por su capacidad de aportar cantidad y calidad a precios irrisorios. Cosas como las pantagruélicas yemas de espárrago rellenas de crema de espinaca en 'bric' con salsa roquefort, el pastel de marisco con ensaladilla de centollo o los saquitos crujientes de hongos con huevo escalfado y jamón ibérico son algunos de los entrantes que mi querida Ana Cris ofrece. Han leído bien. Y nombre y ejecución van de la mano. Todo muy rico.

Entre los segundos, servidos por Emilio, ‘el marido de la Edurne’ (sic), los pimientos rellenos de Angus o una merluza al horno con patatas panadera, tamaño 'king-size', fueron nuestra elección. De repetir, si cupiera algo a esas alturas en el estómago. No estuvieron a la altura los postres, pero ¿a quién le importan?

Casa Zabaleta

El monasterio de Leyre, antes, después o entre medias, es visita obligada. Por su ubicación, por su maravillosa iglesia que invita al recogimiento, por su Virgen, para mí de las más espectaculares de este país, y, sobre todo, por la posibilidad de acompañar a los monjes benedictinos en sus oficios, que es como volver a otra época en la que las prisas no eran malas consejeras porque, simplemente, no existían.

Déjense caer por allí pero no sin antes, después o entre medias, ir a ver a José Ramón y su mujer en su Casa Zabaleta de Aibar. Lo que hace este hombre con la brasa es de no creérselo, pero no solo. Buena chistorra, delicioso revuelto de hongos, espectacular menestra o muy por encima de la media tanto el bacalao en ajo arriero como la ternera guisada. Pero lo de la lumbre es, simplemente, de otra galaxia, se llame entrecot o lubina salvaje. En este caso, acompañan, además, los postres y el entorno, caserío apartado del pueblo de mucho encanto. O sea que ya saben.

Hay locales, como los protagonistas de la crónica de hoy, de los que pocos escribirán, si es que alguien alguna vez lo hace, pero que trabajan muy bien y merecen, sin duda, una reseña. Intentaremos este año acercarnos a ellos, si les parece bien, todas las veces que sea posible. Y si no, ya saben, lentejitas

La semana que viene más y, seguro, mejor y siempre en @_albertoartero y #mywineanddine.

Como cuando les hablé de la soriana Casa Vallecas, en Berlanga de Duero, hoy les voy a dar el plan hecho. Y ustedes hacen como con las lentejas, si quieren lo toman y, si no, lo dejan. Y aquí paz y después gloria. Pero que sepan que no se me ocurre escapada mejor que la que les voy a proponer para disfrutar de la naturaleza, hacer algo de ejercicio y, además, comer bien, que es, en definitiva, de lo que se trata.

Restaurantes Ruta gastronómica
El redactor recomienda