Los guisos de cuchara: la mejor opción para entrar en calor
Son los reyes indiscutibles del invierno y los puedes encontrar en infinidad de restaurantes durante estos meses. Te mostramos dónde degustar los más ricos y sabrosos
Los platos calientes, de cuchara, son los más apetecibles durante los meses más frío del año. Sientan bien, ayudan a entonar el cuerpo y son una gran fuente de fibra y proteínas. Cocido madrileño, fabada asturiana, callos, potaje de garbanzos o diferentes tipos de sopas son algunos de los guisos más típicos y demandados por los consumidores en esta época. Además, no tienen complejidad alguna, son sabrosos y en boca adquieren la textura perfecta. A pesar de tratarse algunos de ellos de platos calóricos, las legumbres o verduras con las que se preparan aportan a la dieta una gran cantidad de nutrientes.
Aunque prepararlos en casa es fácil, rápido y económico, sentarse a mesa hecha para llenar el estómago y pasar un rato agradable con amigos o familiares es mucho mejor.
Madrid cuenta con numerosos restaurantes donde comer este tipo de platos, algunos de renombre y especializados donde los sirven todo el año. Delicias que te transportarán a los inviernos más gélidos y memorables de tu infancia en casa de tu abuela y que podrás degustar durante todo el invierno.
La Taberna de la Reina
Está taberna de la Gran Vía de Madrid es tan castiza como sus platos. Para los meses de más frío cuenta con propuestas típicas y tradicionales de toma pan y moja como los callos a la madrileña o el cocido madrileño. Dos opciones deliciosas que son perfectas para entrar en calor. La primera de ellas se encuentra en carta y está elaborada a base de callos y morro de ternera con chorizo asturiano y un sabroso sofrito con jamón.
El cocido se sirve cada viernes en un menú exclusivo maridado con una botella de ribera Arzuaga, para cada dos, y un postre. Siguiendo la receta tradicional su chef, Daniel Larios, lo prepara en dos vuelcos, es decir, la sopa con su bola tradicional de primero y los garbanzos con verduras y pringá de segundo.
C/ Gran Vía, 10
Barra y Mantel
Situado en uno de los barrios más prestigiosos de la ciudad, también rinde culto a los platos de cuchara. Barra y Mantel es un restaurante clásico con inspiración parisina donde su cocina se caracteriza por ser 'cocina de toda la vida'. Su carta dedica un apartado privilegiado a este tipo de platos que, además de adquirir mayor protagonismo en los meses fríos, permanecen en carta durante el resto del año. Algunos de ellos son: arroz 'en lata' del mar o de pato y ajetes, verdinas con perdiz, garbanzos con rape y espinacas, callos de ternera y la sopa de cebolla, una de las especialidades de la casa.
El cocido madrileño también tiene un hueco especial en Barra y Mantel. Lo sirven cada martes en servicio de medio día de la misma forma, en dos vuelcos. Para prepararlo, además de los garbanzos y las verduras, se utiliza tocino, panceta, jamón, morcilla de Burgos, gallineta, tuétano, chorizo y morcillo, y se acompaña con una bola de pan con perejil.
C/ Jorge Juan, 50
Los Galayos
Lleva siendo referencia desde hace más de un siglo. Y es que en este clásico restaurante de la Plaza Mayor no te puedes dejar influenciar por su fachada, porque, aunque tenga aspecto de taberna genuina, sirve uno de los mejores cocidos madrileños. Lo hacen en puchero de barro, como se hacía antiguamente, para potenciar el sabor y hacerlo aún más exquisito. Se sirve en dos vuelcos y se puede tomar todos los días en horario de comidas.
Además de esta especialidad, cuenta con otros platos de cuchara como los callos o diferentes tipos de sopas tan deseadas en invierno: de pescado y marisco, de verduras aromatizada con mejorana y alubias pochas o castellana con jamón ibérico, chorizo ahumado, pan de leña, pimentón de la Vera y ajo chinchón.
C/ Botoneras 5
La Bola
Es uno de los típicos restaurantes que nunca fallan, uno de los clásicos que nunca mueren y de los que todo el mundo recomendaría. La especialidad de esta taberna castiza es, sin duda alguna, la misma que su plato estrella, el cocido madrileño. Lleva sirviéndose ni más ni menos que desde hace casi 150 años, pasando de generación en generación y respetando la historia y la tradición desde entonces.
Su secreto, probablemente, se encuentre en la materia prima y en la forma de cocinarlo ya que lleva haciéndose como desde el primer día: a fuego lento, durante cuatro horas y en pucheros individuales sobre las brasas de carbón.
C/ de la Bola 5
Latasia
Cuando hablamos de platos de cuchara, quizás se proyecten en nuestra cabeza los típicos platos calientes de toda la vida que nos ponían nuestras madres o abuelas para entrar en calor y que seguimos tomando cuando el frío aprieta.
En Latasia se funden los sabores de la cocina peruana, singapurense y española. Por ello, los hermanos Hernández han versionado la tradicional receta del cocido madrileño en un ramen. Sí, como lo lees. Se elabora a partir de un caldo similar al del cocido, ya que se cocina con los mismos ingredientes a fuego lento y durante dos días.La diferencia es que, en el plato, los garbanzos son sustituidos por noodles frescos, se le añade un huevo y unos dumplings rellenos de ropa vieja, es decir, de las distintas carnes que lleva el cocido. A estos se le añade un sofrito de ajo, cebolla y pimiento verde con un poco de kimchi. Es una forma moderna y actualizada de los platos de cuchara que cumplen la misma función que los tradicionales: templar el cuerpo.
Paseo de la Castellana, 115
Los platos calientes, de cuchara, son los más apetecibles durante los meses más frío del año. Sientan bien, ayudan a entonar el cuerpo y son una gran fuente de fibra y proteínas. Cocido madrileño, fabada asturiana, callos, potaje de garbanzos o diferentes tipos de sopas son algunos de los guisos más típicos y demandados por los consumidores en esta época. Además, no tienen complejidad alguna, son sabrosos y en boca adquieren la textura perfecta. A pesar de tratarse algunos de ellos de platos calóricos, las legumbres o verduras con las que se preparan aportan a la dieta una gran cantidad de nutrientes.