Así se hacen vegetarianas las salsas más famosas (y deliciosas)
Suponen un problema, pues habitualmente incluyen ingredientes de origen animal. Pero aplicando un poco de imaginación podemos 'veganizarlas' y lograr resultados deliciosos
El veganismo y el vegetarianismo llevan implícito el compromiso de no consumir alimentos que contengan proteína animal, y aunque permiten mantener el respeto a la naturaleza, los animales y el entorno, reducen a priori el abanico de propuestas para presentar en la mesa y disfrutar. Sin embargo, este tipo de alimentación, aunque sus adeptos lo definen como un modo de vida, no es necesariamente sinónimo de aburrida o simple, ni tampoco impide disfrutar de los placeres que proporcionan algunos platos muy presentes en las dietas convencionales, pues aplicando un poco de imaginación y creatividad es posible incluir productos que recrean bastante fielmente su sabor y, por lo tanto, disfrutar de recetas de lo más deliciosas.
Posiblemente, las salsas son una de las elaboraciones que mayores problemas presentan para quienes mantienen este tipo de dieta, que cada vez son más, constituyendo una realidad social, tal y como hemos explicado en un artículo publicado con anterioridad. La razón estriba en que la mayoría incorporan en su composición algún ingrediente de origen animal, especialmente leche y huevos, de modo que degustarlas menoscaba dicho compromiso con la alimentación y, por ende, con los principios personales.
Sin embargo, estas constituyen una parte fundamental de nuestra cultura gastronómica y son capaces de transformar las elaboraciones en unas auténticas obras de arte culinarias, pues modifican o intensifican su gusto y les confieren multiplicidad de matices de lo más placenteros. Incluso algunas carecerían de todo el sentido y el sabor sin su presencia. Así que renunciar a ellas no se presenta como la mejor idea si pretendemos engrosar el abanico de sabores o simplemente disfrutar de los placeres que nos regala el recetario. Os damos ideas para convertir cinco salsas populares en deliciosas opciones 'veggie', que llenarán de sabores sorprendentes vuestros platos.
Bechamel
Ingredientes:
- 5 cucharadas aceite de oliva virgen extra
- 70 g de harina trigo
- 600 ml de leche de avena o soja
- Sal, pimienta negra y nuez moscada
Elaboración. En un cazo pequeño, vertemos el aceite y, cuando esté caliente, incorporamos la harina; removemos bien para que se integre y no aparezcan grumos y rehogamos durante dos o tres minutos hasta que tome color. Después, vertemos la leche templada, poco a poco y sin cesar de remover, y hervimos hasta que la salsa adquiera el espesor deseado. Para concluir, sazonamos con una pizca de sal, pimienta y nuez moscada.
Es importante tener en cuenta, que el grado de espesor final no se aprecia hasta que no se enfría, pues a medida que va perdiendo calor se espesa. Por ello, es importante no pasarse con la cantidad de harina. No obstante, si el resultado es demasiado consistente, podemos rebajarlo añadiendo un poco de leche.
Mayonesa o veganesa
Ingredientes:
- 2 dientes de ajo
- 1/3 de vaso de leche de soja
- Zumo de medio limón
- 1 vaso de aceite de girasol
- Sal
Elaboración. En un bol, juntamos los ajos picados y la leche de soja; trituramos con la batidora y, al mismo tiempo, vertemos el aceite poco a poco para que adquiera un grado de emulsión correcto. A continuación, agregamos el zumo de limón y una pizca de sal, y removemos bien para que adquiera la ligazón idónea.
Si queremos una resultado más espeso, basta con echar más cantidad de aceite. Para conferirle suavidad, podemos recurrir al tofu. Por su parte, el aguacate, las espinacas, la remolacha o la zanahoria son también ingredientes bienvenidos en esta salsa, que además le aportan un extra de color.
El porcentaje de veganos y vegetarianos cada vez es mayor, constituyendo una realidad social
Salsa verde
Ingredientes:
- 5 cucharadas aceite de oliva
- 2 diente de ajo
- Perejil
- Media taza de harina
- 25 g de guisantes
- Medio vaso de vino blanco
Elaboración. Cortamos los ajos en láminas y los sofreímos en una sartén con un chorro de aceite de oliva. Cuando hayan tomado un poco de color, echamos la harina y rehogamos hasta que esté completamente integrada. Después, vertemos el vino blanco, removemos y hervimos durante unos minutos. Incorporamos los guisantes y cocemos 10 minutos más. Finalmente, lo pasamos todo por la batidora y listo. El resultado es una salsa que va muy bien para enaltecer el sabor de la pasta, las patatas, las setas e incluso el tofu.
César
Ingredientes:
- 2 cucharadas de semillas de lino
- 4 cucharadas de agua
- 8 cucharadas de levadura nutricional
- 2 dientes de ajo
- 7 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 3 pepinillos en vinagre
- 1 cucharada de zumo de limón
- 1 cucharada de salsa de soja
- 1 cucharada de vinagre
- 1 cucharadita de mostaza
- Pimienta y sal
Elaboración. En un bol, mezclamos las semillas de lino con el agua, las trituramos con la batidora y dejamos reposar unos minutos. A continuación, incorporamos el resto de los ingredientes, batimos de nuevo hasta conseguir la textura deseada y dejamos enfriar en la nevera.
En lugar de levadura nutricional, podemos usar la de cerveza e incluso queso vegano o yogur de soja. A la hora de degustarla, da excelentes resultados con la ensalada, la soja texturizada o la pasta vegetal como, por ejemplo, la de espinacas.
Pesto
Ingredientes:
- 3 tazas de albahaca fresca
- 2 dientes de ajo
- 1/2 taza de piñones
- 1/2 taza de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada de zumo de limón
- 3 cucharadas de levadura de cerveza
- Sal y pimienta
Elaboración. En el vaso de la batidora, echamos la albahaca, los piñones picados y los ajos machacados; trituramos y, al mismo tiempo, vertemos el aceite poco a poco. Después, sazonamos con sal y pimienta, incorporamos la levadura y el zumo de limón, y batimos de nuevo.
Si no sois muy devotos de los piñones, podéis sustituirlos por las almendras o las nueces. Por su parte, las espinacas son un sustituto más discreto de la albahaca. Incluso admite otros ingredientes como el tomate o el aguacate, que además le dan un toque de color, o el queso vegano, en lugar de la levadura. Sea como fuere, es ideal para poner el sabor a la pasta, los arroces, las patatas o para untar sobre una rebanada de pan, mejor tostado.
El veganismo y el vegetarianismo llevan implícito el compromiso de no consumir alimentos que contengan proteína animal, y aunque permiten mantener el respeto a la naturaleza, los animales y el entorno, reducen a priori el abanico de propuestas para presentar en la mesa y disfrutar. Sin embargo, este tipo de alimentación, aunque sus adeptos lo definen como un modo de vida, no es necesariamente sinónimo de aburrida o simple, ni tampoco impide disfrutar de los placeres que proporcionan algunos platos muy presentes en las dietas convencionales, pues aplicando un poco de imaginación y creatividad es posible incluir productos que recrean bastante fielmente su sabor y, por lo tanto, disfrutar de recetas de lo más deliciosas.