Consejos y trucos para congelar setas frescas y que duren más tiempo

Es otoño y es época de setas. Este manjar de temporada tiene múltiples variedades. Desde los típicos boletus, pasando por las setas de cardo, las colmenillas, los rebozuelos, hasta los níscalos o los champiñones. Conseguirlas frescas ahora es posible, pero por un tiempo muy limitado. Por eso, mucha gente opta por congelarlas para disfrutarlas durante el resto del año.

Pero ¿qué se debe hacer para congelarlas de forma adecuada? Pues principalmente guardarlas en bolsas zip, bolsas de congelado o táperes herméticos. Además, es necesario saber que es mejor no lavarlas antes de meterlas al congelador puesto que eso les añade humedad y se estropean antes. Basta con retirar la tierra que tengan con ayuda de un trapo y que permanezcan sin cortes, tal cual se han recogido del campo.

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Para garantizar que el congelado sea bueno, es recomendable no llenar de forma excesiva las bolsas porque si no, se aplastarán y no tendrán el espacio necesario para que cualidades como el sabor, la textura y el aroma permanezcan intactos.

Crudas o cocinadas

Asimismo, siempre que se encuentren a una temperatura inferior a los -20º C, se logrará mantener e incluso potenciar su aroma y sabor. Si se congelan en estado crudo, las setas pueden permanecer inalterables entre 6 y 9 meses, aunque es preferible que se consuman antes de ese tiempo y evitar que pierda sus propiedades.

También se pueden congelar ya cocinadas. Por ejemplo, escaldadas, una técnica perfecta para que los hongos resistan más tiempo en el congelador y que consiste en introducir las setas durante unos minutos (entre 2 y 6, según el tipo de seta) en agua hirviendo. Una vez fuera, se dejan enfriar a temperatura ambiente y se secan con papel de cocina. A una temperatura igual o inferior a los -18º C, se pueden conservar durante 6 meses

Para congelar las setas, lo mejor es disponerlas en bolsas zip o de congelado o táperes herméticos

Si, por el contrario, decides guisar, cocer o saltear las setas, eliminarás el agua que contienen por la evaporación y se pueden cocinar con un chorrito de aceite. Una vez que han reposado, se meten en una bolsa de congelado y podrás guardarlas entre 3 meses y un año. Puedes añadirles la salsa del guiso sin problema ninguno.