Altos de Tamarón, un 'ribera' a buen precio que ha cautivado tanto a la crítica como al público

Estamos acostumbrados a oír hablar de ese divorcio entre público y crítica que parece impedir que un producto que haya sido bendecido por el favor de los consumidores pueda estar a la altura de las expectativas de los expertos. Esto, que puede ser así en más de una ocasión, es lo opuesto a lo sucedido con Altos de Tamarón, un vino elaborado por Pagos del Rey que, en apenas dos décadas, ha conseguido ser líder en volumen y conseguir el premio de la crítica.

Ha sido un camino largo el recorrido hasta llegar aquí. Un camino que, en realidad, viene de más atrás, de los años en los que Félix Solís Yáñez, CEO y presidente de la bodega Félix Solís Avantis, comprendió que los clientes “estaban esperando algo más de nosotros, nuevas propuestas que les ayudaran a seguir aprendiendo del mundo del vino”. Fue así como la bodega, vinculada desde su origen a Valdepeñas, decidió crecer en otras DO. Es en 2002 cuando nace Pagos del Rey, un proyecto de expansión cuyo primer peldaño fue la construcción de una bodega bajo la DO Ribera del Duero, que sería la cuna de la marca Altos de Tamarón.

Veinte años después, la gran acogida de este vino ha venido a dar la razón a Solís Yáñez. “Hemos conseguido posicionar la marca Altos de Tamarón entre las dos bodegas de mayor volumen en la DO Ribera”. Según datos de la consultora Nielsen, se habría situado en esta posición con una producción de más de dos millones de botellas.

Una uva para un trabajo en equipo

Pero conseguir no solo encontrar un nicho de mercado en Ribera del Duero, sino auparse a liderar las ventas, ha sido un trabajo arduo. Así nos lo explica Alberto Viyuela, enólogo de la bodega y gerente de la compañía, que detalla que "el punto de partida es una uva tempranillo de la mejor calidad, acompañada de un gran trabajo en equipo”.

Otro de los factores clave es la climatología, "los contrastes térmicos en la maduración de la uva. Temperaturas de más de 35 grados durante el día que descienden por debajo de los 10 grados en la noche hacen que la uva vaya madurando despacito, concentrándose y ganando calidad”. Hielo y fuego es, precisamente, uno de los emblemas de la marca, hasta el punto de que está visible en cada una de las etiquetas.

La avanzada tecnología con la que cuenta la bodega supone también “un claro puntal a la hora de la transformación de la uva en vino”, continúa Viyuela. Nuestras instalaciones nos permiten extraer todo lo bueno de la uva para aportárselo al vino. Y, así, conseguir vinos más homogéneos; aunque la uva mande, se trata de poder mantener una misma línea en la que siempre se busque la calidad”.

El precio y la calidad

Con estos mimbres se va elaborando “una gama de vinos amables y versátiles en una DO en continuo crecimiento”. Y que, además, cuenta con una ventaja esencial que ha servido para posicionar la marca en lo alto: el precio. Es cierto que la marca se mueve en un segmento entre 5 y 18 euros, pero el bodeguero hace un importante matiz: “No es solo el precio: es el equilibrio entre calidad, gama y accesibilidad”. Y con él coincide el enólogo: “No basta con ser competitivos en precio: es esencial la calidad”.

Y esta calidad viene avalada por numerosos premios internacionales. Entre ellos, merece destacarse que el certamen alemán 'Frankfurt International Trophy' reconoció como Mejor Vino Español a Altos de Tamarón Gran Reserva 2014, en una competición donde se cataron 3.740 vinos. El 'ribera' de la bodega Pagos del Rey ha sido premiado por su "personalidad y singularidad", al ser elaborado con uvas de viñedos viejos de Olmedillo de Roa.