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Productos orgánicos: ¿es posible saber qué estoy (realmente) comiendo?
  1. Gastronomía y cocina
Etiquetado y transparencia

Productos orgánicos: ¿es posible saber qué estoy (realmente) comiendo?

En la industria alimentaria, un etiquetado transparente es crucial para evitar confusión. Provamel ha desarrollado una herramienta de seguimiento y localización que incluye en sus envases

Foto: Foto: Freepik.
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Algo está cambiando en nuestra alimentación. El conocido como movimiento veggie es ya más que una tendencia, hasta el punto de que, en los últimos cuatro años, 2,1 millones de españoles han modificado su alimentación hacia una dieta compuesta, principalmente, por vegetales. De esta manera, España cuenta actualmente con 5,1 millones de personas que se reconocen como veganos, vegetarianos o flexitarianos. Son datos del informe The Green Revolution, realizado por la consultora Lantern, que sugieren que nos encontramos ante uno de los cambios más importantes en los patrones de la alimentación en los últimos años.

Pero este giro no es el único: el nuevo consumidor es hoy más exigente y también demanda a la industria alimentaria una mayor transparencia y compromiso medioambiental. De acuerdo con una investigación de Innova Market Insights, las tres tendencias principales en alimentación son plant based (vegetales), nutrición personalizada y transparencia. Así, el informe revela que tres de cada cinco consumidores se declaran interesados en “aprender más sobre el origen de sus alimentos y cómo se elaboran”.

¿Qué es un producto orgánico?

Estamos acostumbrados a leer y oír que un alimento es orgánico. Pero esta etiqueta no puede utilizarse sin más, sino que debe estar acreditada por una certificación otorgada por un organismo especializado. Según la FAO, los productos orgánicos certificados “son aquellos que se producen, almacenan, elaboran, manipulan y comercializan de conformidad con especificaciones técnicas precisas (normas)”.

Una vez que el organismo especializado ha verificado el cumplimiento de estas normas, se concede una etiqueta al producto, que puede tomarse como garantía de cumplimiento de los requisitos fundamentales de un producto orgánico desde el campo hasta el comercio. Además, esta etiqueta garantiza que el producto se ha creado y elaborado de forma que no perjudique al medio ambiente.

Todo ello implica menos pesticidas y antibióticos, lo que beneficia no solo al consumidor, sino también al planeta. Igualmente, conlleva la ausencia de aditivos, conservantes o colorantes artificiales.

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Foto: Freepik.

Esto debe acompañarse, además, de un esfuerzo para ofrecer al consumidor una información veraz y clara. En este sentido, desde Provamel -marca que cuenta con una amplia gama de productos orgánicos y de origen vegetal- han decidido dar un paso adelante y aplicar una nueva herramienta de trazabilidad.

"Se trata de una herramienta de seguimiento y localización que se ha incluido en la etiqueta de nuestros productos", explican. Así, el consumidor puede retroceder hasta las raíces de sus ingredientes y rastrearlos desde la granja hasta su mesa. ¿Cómo funciona? Desde la compañía explican que "basta con escanear el código para descubrir de dónde vienen estos ingredientes, para conocer a los agricultores y para ojear lo que sucede en las fábricas".

Algo está cambiando en nuestra alimentación. El conocido como movimiento veggie es ya más que una tendencia, hasta el punto de que, en los últimos cuatro años, 2,1 millones de españoles han modificado su alimentación hacia una dieta compuesta, principalmente, por vegetales. De esta manera, España cuenta actualmente con 5,1 millones de personas que se reconocen como veganos, vegetarianos o flexitarianos. Son datos del informe The Green Revolution, realizado por la consultora Lantern, que sugieren que nos encontramos ante uno de los cambios más importantes en los patrones de la alimentación en los últimos años.

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