Los 6 alimentos no aptos para congelar por seguridad alimentaria: son peligrosos

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No cabe duda de que la técnica de la congelación es una herramienta muy útil a la hora de poder conservar los alimentos por más tiempo y en buen estado. La gran mayoría de ellos pueden estar semanas o meses en el congelador y permanecer en perfectas condiciones al momento de sacarlos.

Sin embargo, existen ciertos alimentos que no es conveniente que se congelen. Algunos de ellos, sometidos al frío extremo, se llegan a estropear o pierden gran parte de sus propiedades, como la textura o el sabor que los caracteriza.

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Sarah Romero

Alimentos que no se deben congelar

Existen ciertos alimentos que, al congelarlos, cambian sorprendentemente tanto en su textura como en su sabor. El uso de conservantes y otros aditivos para conseguir que las frutas y verduras tengan un color más intenso son algunos de los factores que se suman a los riesgos que representa congelar este tipo de alimentos.

El frío intenso del congelador provoca que algunos antioxidantes pierdan eficacia y que los alimentos tengan menos sabor que los productos frescos preparados en casa, sobre todo si se opta por los de kilómetro cero. También existe el peligro de que no se haya respetado la cadena de frío y se desarrollen bacterias.

Hay distintos factores que pueden provocar que no sea seguro congelar los alimentos

Estos son algunos de los alimentos que no se deben congelar:

• Huevos: Los huevos no se pueden congelar pretendiendo que al sacarlos estén como si estuvieran recién puestos, en ninguna de sus formas. El huevo crudo al congelarse expande su líquido y explota. En cuanto a los huevos cocidos, estos pierden su sabor y adquieren una extraña consistencia volviéndose gomosos y duros.
• Frutas: A pesar de que las frutas son un producto que se suele congelar y que, además, se venden en esta presentación, el frío extremo hace que pierdan su textura. Este alimento, al estar compuesto principalmente por agua, se ve afectado en su estructura interna cuando se lleva al congelador. Cuando vuelven a la temperatura ambiente, ni el sabor ni la consistencia son las mismas.
• Quesos: Los quesos curados y semicurados son duros, con alto contenido en grasa y un grano muy pequeño. Sus características lo vuelven un alimento que no se puede congelar, ya que pierde su textura y se deshace al cortarlo.
• Tartas y pasteles caseros: Si una tarta o pastel casero se ha congelado, el sabor puede ser desagradable. A esto se le suma que la congelación puede destruir algunos de sus nutrientes.
• Verduras crudas: Los cristales que se forman al congelar las verduras crudas dañan su tejido celular, y puede afectar a la textura de la misma.
• Salsas: El contenido de agua en las salsas hace que estas se congelen demasiado rápido, provocando que algunos de sus elementos se alteren. Hay que tener un mayor cuidado si se trata de salsas compradas, ya que se tratan de alimentos pasteurizados. Entonces, cuando se congela, significa que no hay espacio para que la salsa se expanda, provocando que se rompa o, incluso, que llegue a explotar una vez congelada.

Cómo congelar alimentos

Como vimos anteriormente, existen ciertos alimentos que no se pueden congelar. Sin embargo, hay otros más perecederos que precisan técnicas de conservación para evitar su deterioro. Este es el caso de la carne, pescado, marisco, leche, alimentos frescos y lácteos. Para evitar que los patógenos se multipliquen, deben mantenerse a temperaturas de refrigeración o congelación.

Para poder realizar una correcta congelación de los alimentos se deberá hacer a una temperatura de -18°C o menor sin romper la cadena de frío, utilizar bolsas o recipientes de plástico para evitar quemaduras de congelación y dejar enfriar los alimentos antes de congelarlos.