Esto es lo que llevarán a partir de ahora los quesos parmesano reggiano: "No son dañinos"

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El queso parmesano, producido en Italia, es uno de los quesos más apreciados en todo el mundo. Tanto es así que le han salido infinidad de imitadores, pese a que el verdadero parmesano reggiano está protegido por denominación de origen. Para enfrentarse a esas falsificaciones, los fabricantes del producto original han ideado un sistema muy moderno, que consiste en colocar microchips en el queso.

Estos microchips tienen el propósito de garantizar la autenticidad del queso como parmesano reggiano y rastrear en detalle el origen del producto. Al escanearlo, aparece su número de serie y, gracias a la tecnología blockchain, se muestra la información sobre la rueda de queso de la que proviene y sus ingredientes. Los microchips han sido producidos por la compañía estadounidense p-Chip, están hechos de silicio y son tan diminutos que apenas miden medio milímetro, con un tamaño comparable a un grano de arena. Las pruebas a gran escala comenzaron el año pasado, con el uso de microchip en más de 100.000 quesos. Ahora, el Consorcio del Parmesano Reggiano lo ha convertido en un estándar para sus productos.

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Ana Camarero

Alberto Pecorari, representante del Consorcio, asegura en declaraciones a The Wall Street Journal que con esta iniciativa continúan combatiendo "con nuevos métodos", pues están acostumbrados a tener que luchar contra las falsificaciones que abundan en el mercado, y tecnología como esta les facilita la labor de protección del queso original. Y pese al desafío de ejercer un control sobre tantas copias del parmesano, Pecorari afirma que no piensan rendirse.

¿Qué pasa si se come un microchip?

Aunque a algunos consumidores pueda preocuparles el hecho de tragarse uno de esos chips, lo cierto es que están diseñados para que no sean dañinos en absoluto. Sería muy raro tragarse uno de ellos, ya que se colocan en la corteza externa del queso, pero aunque alguien ingiriese uno por accidente no debería haber problema. Por otra parte, no es posible escanear los microchips a distancia, así que no podrían "espiarnos" dentro de las barreras de nuestro cuerpo en caso de haber engullido alguno.

No pasa nada por tragarse uno de estos microchips, aunque sería raro que sucediese

La denominación de origen del queso parmesano reggiano tiene que cumplir unas condiciones muy estrictas: entre ellas, estar producido en una zona específica de la región Emilia-Romaña y que su tiempo de curación sea como mínimo de un año. Por ello, copias más baratas que no cumplen las mismas exigencias y técnicas son de menor calidad, y el Consorcio busca tener de su lado la tecnología para que se proteja mejor la denominación de origen del parmesano.