Galicia en tu copa: estos son los vinos gallegos que maridan con cualquier plato

La regla del maridaje regional o de proximidad dice que si crecen juntos, van juntos. O lo que es lo mismo, que los vinos y los platos de una determinada zona siempre maridan bien. Sin embargo, existen algunos, como los D.O. Rías Baixas que, por sus características —sabor afrutado, buena acidez y regusto salino final— son más versátiles y pueden ser grandes compañeros de recetas muy diversas. Desde las ostras o almejas de Carril hasta el ternasco aragonés, un curry verde tailandés o unos polvorones de almendra.

Te contamos las particularidades de algunos de los vinos gallegos más destacados y los platos con los que se pueden acompañar:

Albariño, el rey de la D.O. Rías Baixas

El vino más reconocido de la zona es el Albariño Rías Baixas, perfecto para cualquier tipo de plato y gastronomía. Esto le ha llevado a posicionarse como uno de los blancos españoles más apreciados dentro y fuera de nuestro país, con especial éxito en lugares con gastronomías tan diferentes como Reino Unido, EEUU, México, Japón y el norte de Europa. Y de eso han hecho gala siempre en la denominación de origen situada en el suroeste de Galicia, un lugar que, por sus calurosos veranos y sus playas de ensueño, es apodado localmente como Galifornia.

Se elabora solo con uva Albariño, un monovarietal del que se pueden encontrar distintas expresiones en botella, como el diferente terruño que aportan las cinco subzonas de la denominación gallega (O Salnés, Condado do Tea, O Rosal, Soutomaior y Ribeira do Ulla); el clima de su añada y la elaboración realizada por la bodega que lo ha puesto en el mercado. Te recomendamos probarlo con pavo o pollo asado, tortillas, platos de pasta o arroces melosos.

Blancos, plurivarietales con ‘terroir’ marcado

Junto a esta uva reina hay otras que la acompañan en los varietales o plurivarietales blancos, como los Rías Baixas Condado o Rías Baixas Rosal. Son de los más conocidos en Galicia, pero no los únicos, ya que hay un abanico de posibilidades de coupages con el común denominador de Rías Baixas.

Todos son vinos elaborados con uvas autóctonas cultivadas al borde del mar o en valles dominados por el sol. Las 180 bodegas de la zona no dejan de innovar en el lanzamiento de diferentes blends y elaboraciones especiales. Pruébalos con una tabla de quesos cremosos, pescados de río como el salmón o la lamprea o con carnes grasas como unas carrilleras.

Crianza en botella, lías o barrica

Quizá te sorprenda saber que los D.O. Rías Baixas tienen una capacidad de envejecimiento muy poco habitual en otros blancos. Los primeros experimentos de las bodegas con las variedades autóctonas demostraron hace ya más de 20 años que son vinos que con los años ganan volumen, untuosidad y matices aromáticos y en boca. De ahí que sean comparados con afamados blancos franceses.

Su crianza se realiza sobre todo en depósitos de acero inoxidable, donde las lías o restos de las levaduras hacen su magia, tras la fermentación. Pero cada vez hay más bodegas que exploran nuevos materiales para la crianza o la fermentación en depósitos de granito, hormigón o arcillas, en busca de nuevos matices. Los Rías Baixas Barrica son vinos en los que la madera se traduce en notas avainilladas y delicadas, sin apenas dejar rastro, manteniendo la acidez del Albariño. Pruébalos con platos de caza, cochinillo y quesos semicurados o curados.

La innovación es una de las características de esta denominación gallega, cuyas bodegas investigan nuevas técnicas y mejoras, especialmente en nuevas elaboraciones o para reducir su impacto medioambiental. Eso sí, como explican desde la D.O., "sin olvidar ni renunciar a una tradición marcada por la viticultura sostenible y artesanal, con poda y vendimia manuales, el acusado minifundio de las parcelas de cultivo, un escaso intervencionismo en la viña y el respeto a las variedades autóctonas". Así, con la calma y la brisa de las Rías Baixas gallegas se obtienen estos vinos atlánticos, afrutados, cítricos y fáciles de maridar.