Ni lejía ni productos con jabón: así es como debes lavar la fruta y la verdura
Si quieres evitar problemas gastrointestinales, aprende a lavar bien este tipo de alimentos antes de consumirlos, aunque vayas a pelarlos
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Las frutas y verduras provienen de la tierra y, a diferencia de los huevos y las carnes, que no deben lavarse, necesitan de una correcta higiene antes de ser consumidas. Lo primero que debes hacer es lavarte bien las manos con jabón antes de manipular cualquier alimento, especialmente si has ido al baño o has tocado alguna mascota.
Para eliminar las bacterias como E. coli, Salmonela o Listeria, que pueden provocar infecciones gastrointestinales severas, y también los restos de pesticidas lo más adecuado es enjuagar todas tus frutas y verduras con agua corriente. Limpia con jabón tu fregadero y después acláralo bien para que no queden restos de jabón, que pueden penetrar en tus alimentos.
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Tras enjuagar las frutas y verduras bajo el grifo, puedes frotar con un cepillo limpio los alimentos duros como las patatas o las manzanas. El agua es lo único que debe entrar en contacto con nuestras frutas y verduras, por lo que no se recomienda su lavado ni con cualquier tipo de jabón o detergente, alcohol, limpiadores químicos comerciales de ningún tipo o soluciones con lejía u otros productos desinfectantes.
Es importante saber que este tipo de alimentos son porosos y pueden absorber las moléculas de jabón. Tampoco es recomendable dejar este tipo de alimentos en remojo, ya que esto puede aumentar el riesgo de contaminación. Lo mejor es, simplemente, enjuagarlos para que los gérmenes se vayan por el desagüe.
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La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición recomienda secar los vegetales y frutas sobre una superficie limpia con ayuda de un paño o papel de cocina. Si utilizas algún escurridor, debes limpiarlo antes y después de cada uso con jabón para eliminar las bacterias.
Tras pasar tus alimentos por el grifo, corta y desecha las partes que estén dañadas o magulladas, pues los microbios tienden a entrar más fácilmente en las frutas y verduras en esas zonas. Quita las hojas marchitas y descarta las hojas exteriores de lechugas y otras verduras, que es más probable que tengan mayor suciedad.