Ni el tamaño ni el tallo: si ves esto en las fresas, tíralas de inmediato

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Son una de las frutas más demandadas y sin embargo duran muy poco, por lo que debes de tener en cuenta su estado antes de ingerirlas. Llegan en febrero y están presentes durante gran parte de la primavera.

Aunque este año sus precios han subido mucho, fíjate bien antes de comprarlas porque habitualmente vienen en cajas y cuando una se pone mala, las de alrededor poco tardan en perder su buen estado.

Es fácil saber cuándo esta fruta es apta para el consumo y cuándo debemos tirarla sin miramientos. Lo mejor que puedes hacer para que te duren más tiempo es sacarlas de la caja y colocarlas en un recipiente seco y limpio en la nevera. No hace falta lavarlas ni cortarles el rabillo, puedes ir haciéndolo según las vayas a consumir.

El color y la textura de las fresas nos dicen mucho de su buen o mal estado, por lo que debes estar atento a si tiene manchas. Las fresas deben tener un color rojo intenso y uniforme, sin manchas verdes o blancas que indican que aún están verdes o con moho. En caso de tener el rabillo, aún debe ser verde y fresco, sin que parezca marchito.

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Además, puedes apretarlas levemente, en caso de mantener su forma, están en buen estado. Si se hunden, significará que están demasiado maduras. Recuerda que su textura es firme y jugosa, si están demasiado blandas es porque se han estropeado y deberás tirarlas.

El olor de las fresas debe de ser dulce y agradable y es muy indicativo de cómo están. Si huelen a ácido, vinagre o podrido, debes tirarlas inmediatamente porque están en mal estado e incluso podrían haber fermentado. Por último, si hay un moho de color blanquecino o gris claro, no bastará con eliminar esa parte, puesto que es muy probable que toda la fresa esté contaminada. Además, cuidado con que no se hayan puesto pochas las fresas de alrededor.