¿Cuánto tiempo dura el arroz en la nevera? Y otras preguntas muy importantes sobre este alimento
Más allá de la importancia del tipo de arroz que debes elegir, vamos a analizar varias cuestiones sobre qué debes hacer después de cocinarlo
El arroz es un cereal de primordial importancia para la alimentación humana, a la que se dedica el 95% de la producción, siendo básico en la dieta de más de la mitad de la población mundial, especialmente en países subdesarrollados o en vías de desarrollo.
Se trata de un cereal milenario, sabroso y saciante, de origen chino, y en la actualidad se come como alimento básico en más de 100 países. Como explican desde Harvard, existen más de 40.000 variedades de arroz, con diferentes tamaños, grosores, colores, aromas y sabores. Las más comunes son arroz de grano largo (basmati, jazmín), de grano corto (arroz de sushi), granos enteros (integral) y refinados (arroz blanco), entre muchos otros.
Actualmente, se le da mucha importancia a si un arroz es integral o refinado, ya que su composición nutricional no es la misma. El arroz integral, que contiene el salvado, germen y endospermo, es rico en vitamina B1, B6, magnesio, fósforo, selenio, manganeso y fibra. Mientras que el arroz blanco, el refinado, pierde gran parte de sus componentes nutricionales.
Pero más allá de la importancia del tipo de arroz que debes elegir, vamos a analizar varias cuestiones sobre qué debes hacer después de cocinarlo.
¿Cuánto tiempo dura el arroz en la nevera?
El Departamento de Salud y Servicios Humanos estadounidense da de cuatro a seis días para comer arroz cocido (y hasta cuatro días para la mayoría de las demás sobras), siempre que se haya guardado en un frigorífico a 40 grados Fahrenheit o menos, y nunca se haya dejado fuera más de dos horas (o como máximo una hora en días especialmente calurosos).
Algunos expertos hablan de un máximo de cuatro días y recomiendan no recalentar más de una vez, ya que más salidas del frigorífico significan más tiempo en la zona de peligro, recoge The New York Times.
¿Se puede congelar el arroz?
En el congelador, el arroz cocido se conserva hasta seis meses, según las mismas autoridades antes citadas, pero limitar su estancia a menos de dos meses ayudará a mantenerlo más fresco.
Andrea Nguyen, autora de "Ever-Green Vietnamese", recomienda congelar el arroz en cualquier recipiente hermético que utilizarías para refrigerarlo: "Yo no conservo el arroz congelado mucho tiempo, así que no hay necesidad de ponerse quisquilloso y complicado".
En cualquier caso, descongélalo en el frigorífico y vuelve a calentarlo como en el caso anterior, o échalo directamente en sopas y guisos hirviendo a fuego lento.
¿Cómo se cocina arroz en el microondas?
Para obtener granos de cocción uniforme sin riesgo de que se queme, Priya Krishna, que el año pasado publicó un reportaje sobre este mismo tema en The Times, da las siguientes recomendaciones para cocer el arroz al vapor en el microondas: enjuaga bien el arroz y añádelo a un cuenco grande apto para microondas, junto con el doble de volumen de agua. Cuécelo en el microondas destapado de 15 a 25 minutos, dependiendo de la potencia del microondas (puede que tengas que probar y equivocarte para encontrar el momento exacto). A medida que el arroz se apelmaza y el agua se evapora, el microondas captura el vapor, como si se tratara de una olla con tapa. (Consejo profesional: tampoco hay mejor momento para limpiar el interior del microondas).
¿Cómo se recalienta el arroz?
Para calentar el arroz frío y recuperar gran parte de su esponjosa textura, a Michael W. Twitty, autor de "Rice: A Savor the South Cookbook", le gusta calentarlo en una sartén con un poco de líquido y aceite "hasta que vuelva a estar esponjoso y vaporoso". La Sra. Nguyen da un enfoque similar, o simplemente utiliza el microondas, rociando un poco de agua, luego cubriendo sin apretar y utilizando alta potencia. Ambos métodos devuelven la humedad necesaria a los cereales, que tienden a secarse mucho en el frigorífico.
El arroz es un cereal de primordial importancia para la alimentación humana, a la que se dedica el 95% de la producción, siendo básico en la dieta de más de la mitad de la población mundial, especialmente en países subdesarrollados o en vías de desarrollo.