Más baratas y mejor sabor: estas son las frutas de temporada de septiembre

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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una baja ingesta de frutas y verduras está relacionada con el aumento de enfermedades como las cardiovasculares, el cáncer y la diabetes. En España, el consumo medio diario de frutas y verduras es de apenas 310 gramos en adultos, lejos del objetivo recomendado de 600 gramos diarios. Incorporar estos alimentos de temporada en nuestra dieta diaria es una estrategia efectiva para mejorar nuestra salud y reducir el riesgo de enfermedades.

Y es que las frutas de temporada están en su punto óptimo de maduración, lo que se traduce en una mayor concentración de vitaminas, minerales y antioxidantes. Esto asegura que quienes las consuman obtengan todos los nutrientes necesarios para mantener una buena salud. Además, al estar frescas, conservan mejor su aroma y color, haciendo que sean más atractivas en nuestras dietas diarias.

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Alimente

Desde una perspectiva económica, optar por frutas de temporada resulta más rentable. La abundancia de estos productos durante su época natural provoca una reducción en su precio, beneficiando nuestro presupuesto familiar. Asimismo, al comprar localmente, se apoya a los agricultores de la región, fortaleciendo la economía local y fomentando prácticas sostenibles.

Las frutas de septiembre

Septiembre presenta una amplia gama de frutas de temporada que destacan por su calidad y precio accesible. Así, de temporada son el caqui, la ciruela, la granada, el higo, el mango, la manzana, el melocotón, el melón, el membrillo, la pera, la uva, el plátano y la sandía. Consumir estas variedades en su época no solo garantiza un mejor sabor, mayores beneficios nutricionales y un precio más económico.

El consumo de frutas de temporada también tiene un impacto positivo en el medio ambiente. Al evitar la importación de frutas de otras regiones o el cultivo en invernaderos, se reduce significativamente la huella de carbono asociada al transporte y producción. Esto contribuye a la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero, favoreciendo la lucha contra el cambio climático.

Además, al elegir frutas locales, se promueve la sostenibilidad de los entornos rurales. Esto ayuda a conservar los paisajes y a mantener el tejido socioeconómico de las áreas agrícolas, garantizando la continuidad de prácticas agrícolas tradicionales y respetuosas con el entorno.