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Una nutricionista explica cuánto puede durar el pollo cocinado en la nevera
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Seguridad alimentaria

Una nutricionista explica cuánto puede durar el pollo cocinado en la nevera

Para asegurarnos de que su consumo es seguro es esencial prestar atención a su cocinado, manipulación y almacenamiento

Foto: Una nutricionista explica cuánto puede durar el pollo cocinado en la nevera. iStock
Una nutricionista explica cuánto puede durar el pollo cocinado en la nevera. iStock

El pollo es una de las carnes más consumidas y para asegurarnos de que su ingesta es segura, es esencial prestar atención a su cocinado, manipulación y almacenamiento. De esta forma se previene la proliferación de bacterias como la Salmonella o el Clostridium perfringens que pueden causar intoxicaciones alimentarias y enfermedades si no se toman las precauciones necesarias.

La nutricionista Gema Navarro ha explicado en TikTok cuánto tiempo duran en la nevera algunos de los alimentos que más se preparan en casa. Es importante respetar los periodos de conservación para evitar problemas de salud, fijándonos en la fecha de caducidad. Y una vez cocinados, también se deben seguir las recomendaciones de los expertos.

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La nutricionista ha aclarado que el pollo cocinado puede durar entre tres y cuatro días en la nevera. Pero para que nos aguante el máximo de tiempo posible dentro del frigorífico se debe almacenar correctamente. Guardarlo en envases herméticos y a una temperatura adecuada es fundamental para prevenir una intoxicación. También es importante que una vez cocinado, se refrigere antes de las dos horas para evitar que se desarrollen bacterias peligrosas.

Consejos para almacenar, cocinar y manipular el pollo

La manipulación del pollo comienza desde el momento en que se compra. Es recomendable usar una bolsa desechable para evitar que los jugos crudos entren en contacto con otros alimentos durante el transporte. Al llegar a casa, el pollo debe guardarse en la parte inferior del frigorífico, envuelto adecuadamente para que los líquidos no contaminen otros productos.

Cuando se trata de preparar el pollo, es importante lavarse las manos antes y después de manipularlo. A pesar de la creencia popular, no se debe lavar el pollo antes de cocinarlo, ya que esto puede esparcir las bacterias a través de salpicaduras. Si decides hacerlo, asegúrate de limpiar el área y las superficies de trabajo de forma adecuada, utilizando agua caliente y jabón.

Uno de los errores más comunes es no cocinar el pollo a una temperatura lo suficientemente alta. Según los expertos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), es necesario que el pollo alcance una temperatura interna de al menos 74 ºC para eliminar cualquier bacteria que pueda estar presente. Utilizar un termómetro de cocina es una de las mejores formas de asegurarse de que está cocido de manera segura. Si el pollo no se va a consumir dentro de los tres o cuatro días posteriores a su cocinado, la mejor opción es congelarlo para mantener su frescura.

Si se consume pollo en un restaurante y sospechas que no está completamente cocido, es recomendable devolverlo para que se cocine más tiempo. La Salmonella es una de las principales causas de intoxicación alimentaria relacionada con el pollo, y no hay que correr riesgos.

El pollo es una de las carnes más consumidas y para asegurarnos de que su ingesta es segura, es esencial prestar atención a su cocinado, manipulación y almacenamiento. De esta forma se previene la proliferación de bacterias como la Salmonella o el Clostridium perfringens que pueden causar intoxicaciones alimentarias y enfermedades si no se toman las precauciones necesarias.

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