Gacha tortillera: el sencillo plato murciano que solo lleva tres ingredientes

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La gacha tortillera es un plato tradicional murciano que destaca por su sencillez y autenticidad. Con solo tres ingredientes básicos, esta receta es un ejemplo de la cocina humilde y sabrosa de la región. Las gachas, en general, son un plato popular en distintas zonas de España, aunque cada lugar aporta su toque único. En Murcia, la versión tortillera se sitúa entre la consistencia de una gacha y una miga, ofreciendo una textura que recuerda a esta última.

Para preparar esta receta, se necesitan ajos secos o tiernos, harina y ñoras. El uso de aceite y agua es esencial para lograr la consistencia adecuada, mientras que los tropezones, como longaniza, tocino, salchicha o morcilla, pueden añadirse al gusto para enriquecer el sabor. Sin embargo, la base de este plato sigue siendo la combinación de los tres ingredientes principales, sin necesidad de complicaciones ni técnicas elaboradas.

El paso a paso de la receta de gacha tortillera

El primer paso consiste en sofreír los ajos y las ñoras en una sartén con aceite, retirándolos una vez que estén dorados. Si se desea añadir embutidos o tiras de pimiento, estos también deben sofreírse en el mismo aceite y reservarse. Este proceso enriquece el aceite con los sabores de los ingredientes, una base que realza el plato final.

En la misma sartén, se vierte la harina junto con agua en una proporción de un vaso de harina y vaso y medio de agua. La mezcla se deja cocer y compactar, similar a una tortilla. Luego, se incorpora el aceite reservado para dorar la masa y conseguir una fina costra que aporta textura y sabor. Cuando la masa esté bien cocida, se reincorporan los ajos, las ñoras y, si se desea, los embutidos o pimientos previamente sofritos.

La gacha tortillera es ideal para disfrutar en días fríos o lluviosos, cuando apetece una comida reconfortante y llena de sabor. Su carácter sencillo, basado en ingredientes básicos y técnicas tradicionales, hace de este plato una muestra de la gastronomía murciana y de su capacidad para transformar lo humilde en auténticos manjares. Como se dice en la región, es una comida “de pastores y para disfrutar” en buena compañía.