Cielos cenicientos, suelos empedrados, colores intensos de tartán, fortalezas e iglesias del medievo, espuma de pintas, parques esmeralda, épicas historias de clanes y, ¿por qué no?, el ritual del 'afternoon tea'. Un plan imprescindible en las islas británicas consiste en disfrutar de esta tradición. Desde las doce de la mañana hasta las cinco de la tarde os recomiendo saborear un tentempié servido con ceremonia y glamour: en una torre y sobre delicadas porcelanas inglesas.
¿En qué consiste exactamente el 'afternoon tea'? Se trata de un ritual que se inició a mediados del siglo XIX en los salones de la élite aristocrática. Su invención se atribuye a Anna Russell, duquesa de Bedford, pero la misma reina Victoria llegó a celebrar recepciones a media tarde para más de doscientos invitados, convocados alrededor del té y de una selección de emparedados y dulces. En nuestros días estos bocaditos se presentan en una coqueta bandeja de varios pisos. Lo correcto es ir degustando de abajo a arriba. Se comienza con un surtido de minisándwiches.
¿Los más típicos? Los de salmón ahumado y de pepino con crema de queso.
¿Los más ricos? Tenéis que probar los de jamón asado con salsa de mostaza antigua o el de pastrami con pepinillos.
Se continúa con unos pastelitos denominados 'scones' que suelen acompañarse de mantequilla y mermelada casera. Por último, las bandejas superiores se destinan a un festival para los más golosos: degustación de tartas, pastelillos variados (no suelen faltar los de canela), pastas y macarons de numerosos sabores (y colores). Tanto manjar culinario se acompaña del protagonista originario, el té, aunque en los establecimientos de lujo resulta indispensable añadir buen champán.
Una aclaración antes de iniciarse en este ritual: si en la carta leéis 'high tea', significa que además de todo lo anterior también os van a servir un plato caliente (generalmente huevos pochados, revueltos, benedictine…).
¿Dónde disfrutar el 'afternoon tea' en Londres? Cuando estéis hartos de las omnipresentes patatas asadas rellenas o del 'fish&chips', supone una bendición adentrarse en la magia de un humeante té servido con distinción y acompañado de delicatessen.