Descubren un narcotúnel entre México y Estados Unidos en la cocina de un KFC

Iván López es el dueño de un edificio en San Luis, Arizona, en el que hace unos años funcionaba un restaurante de la cadena Kentucky Fried Chicken. El pasado lunes 13 la policía le detuvo mientras conducía y los perros encontraron en su coche dos supuestas cajas de herramientas, aunque con más de 150 kilos de droga en su interior. Entre otras sustancias, hallaron 118 kilos de metanfetamina, 19 de heroína, 6 de cocaína y 3 de fentanilo. Su valor en el mercado superaba el millón de dólares.

Las autoridades antidroga de Estados Unidos y México ofrecieron una conferencia conjunta donde explicaron que Iván López había sido visto ese mismo día sacando las supuestas cajas de herramientas de un local, por lo que la policía procedió a registrarlo, así como su casa a unos kilómetros de allí.

Fue al inspeccionar el local donde antiguamente había estado localizado el KFC cuando descubrieron una trampilla en la cocina y, al abrirla, vieron que daba acceso a un túnel. Estaba construido a seis metros de profundidad y medía un metro de ancho y más de un metro y medio de alto. Tenía una extensión de 180 metros, casi dos campos de fútbol, hasta que terminaba en una casa al otro lado de la frontera, en el estado mexicano de Sonora.

La salida del narcotúnel en suelo de México se encontró en una casa, camuflada en una puerta bajo la cama de una habitación. Según el agente de Seguridad Nacional Sott Brown, en declaraciones que recoge KYMA, se cree que el cártel de Sinaloa transportaba los fardos de droga mediante cuerdas por el interior del túnel.

No es la primera vez que las autoridades fronterizas descubren este tipo de pasadizos. Hace dos años, en 2016, se encontró un túnel cinco veces mayor que este, de más de 800 metros, entre San Diego y la ciudad de Tijuana, en México. Ese túnel se vinculó al cártel del Chapo Guzmán y con su descubrimiento se detuvo a 16 personas.