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Cáscaras de huevo trituradas: todo el calcio que puedas necesitar
  1. Nutrición
La solución está en lo que tiramos

Cáscaras de huevo trituradas: todo el calcio que puedas necesitar

Nos desprendemos de ellas casi cada día y cuando por accidente se nos caen en la sartén, nos disgustamos. Una nueva moda reivindica las cualidades nutricionales de esta membrana dura que promete sustituir a los carísimos complementos

Foto: Lo que siempre tiramos es el mejor complemento que podemos tener. (iStock)
Lo que siempre tiramos es el mejor complemento que podemos tener. (iStock)

De entre todas las afecciones relacionadas con el desgaste que produce el paso del tiempo, perder densidad ósea es una de las más temidas. Sufrir la rotura de un hueso una vez empezamos a estar más débiles es aterrador. Para evitarlo, se ha instaurado en el vocabulario médico de la población la palabra calcio. Todo tiene calcio y si ya tenía calcio, se le pone aún más (la leche enriquecida). A tal punto ha llegado nuestra obsesión por este elemento que hemos creado diferentes categorías para determinar cómo de bueno es. Puede tener exactamente la misma composición química, pero si le echamos a la leche calcio hecho en laboratorio, es peor que si le echamos calcio de leche. Muy extraño. En nuestro afán por encontrar alimentos que nos beneficien hay cada día más requisitos. El más importante ahora es que sea natural. Esto lo cumple la última tendencia para hincharnos de calcio hasta los huesos: mezclar cáscara de huevo triturada con la comida.

"Las mujeres con una edad comprendida entre 45 y 64 años tienen una ingesta inadecuada de este mineral"

El procedimiento es sencillo y tiene cierta lógica detrás. Lo primero es hervir bien las cáscaras en una cazuela para deshacerse de todos los organismos patógenos que la impregnan, y con razón, porque a fin de cuentas el huevo sale de la cloaca del animal. Lo siguiente es secarlas muy bien, normalmente introduciéndolas en el horno a 90 ºC durante un periodo de 10 a 15 minutos. Luego, toca usar una picadora, una minipimer o, si nos hemos quedado sin luz, un buen mortero para convertirlas en polvo. Después, ya es solo cuestión de guardar en un lugar seco y añadirlas a comidas en las que no se note mucho su textura tan característica.

Estos rumores no se sabe muy bien cómo surgen, pero llegan hasta nuestros oídos y hasta los oídos de los profesionales, como la doctora Karin Freitag, especialista en reumatología y directora de la Clínica DKF. En declaraciones a Alimente contaba: "Yo también lo he escuchado, pero no encuentro bibliografía al respecto. Son métodos caseros que funcionan porque es la propia naturaleza la que nos ofrece sus recursos". Y no solo eso. Hay versiones de la cáscara de huevo triturada que tienen un plus nutricional, como la que escuchó la propia doctora: "Dejarlo con el zumo de un limón para que la cáscara se deshaga y salga de ella el calcio".

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Foto: iStock.

Más allá de los diversos métodos para ingerir la cáscara del huevo, la pregunta principal es: ¿nos hace falta calcio a los españoles? La respuesta, por vaga que pueda parecer, es: "Más o menos". Según la Encuesta Nacional de Ingesta Dietética (ENIDE), que elabora el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, la media española de ingesta de calcio "está en 1.000 mg/día para los hombres adultos jóvenes y 800 mg/día para las mujeres del mismo rango de edad". Estos valores están por encima de la cantidad diaria recomendada. Otro gallo canta con las mujeres con una edad comprendida entre 45 y 64 años, "que tienen una ingesta inadecuada de este mineral".

De acuerdo, salvo ese grupo de mujeres que debería ponerse las pilas con las cáscaras de huevo, todos consumimos el calcio que necesitamos (de media). Ahora bien, la salud de nuestros huesos no depende de empacharnos comiendo sardinas enlatadas, cáscaras de huevo y lácteos. Depende mayoritariamente de la vitamina D. Esta es necesaria para que el sistema digestivo absorba el calcio de los alimentos y pase al torrente sanguíneo que, en última instancia, pasará a fortalecer los huesos. Su deficiencia es causa de raquitismo en los niños y un factor de riesgo para la aparición de la osteoporosis. Para generarla, el ser humano tiene dos opciones. La primera es ingerir ciertos alimentos ricos en esta molécula:

  • Pescado
  • Marisco
  • Huevo
  • Hígado de ternera
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Foto: iStock.

Sí, la lista es extraordinariamente escasa. Por ello llegamos a la segunda opción que tiene el ser humano: generarla por sí mismo. En nuestra piel, nuestro cuerpo es capaz de realizar una reacción química y convertir el colesterol en vitamina D gracias a los rayos UVA. ¡Qué bien! ¿Verdad? Convertir algo supuestamente malo en algo completamente sano y necesario. Sí, es correcto, pero recordemos que los rayos UVA son nocivos y una de las mayores causas de cáncer de piel. Bueno, en ese caso lo único que habrá que hacer es ponerse protector solar, ¿no? Pues no, porque funcionan bloqueando los rayos UVA, y sin rayos UVA no hay vitamina D. Estas son las causas de que sea una de las vitaminas menos consumidas por los españoles. Es preocupante que, según el informe ENIDE, "los porcentajes de población en riesgo de ingesta inadecuada (insuficiente) de vitamina D alcanzan valores entre el 80% y el 90%".

¿Cuánto es demasiado?

No pasa con todos los nutrientes. De unos nos desprendemos muy rápido, otros los consumimos de vez en cuando, pero somos capaces de almacenarlos. Pero el calcio es otra historia: su consumo excesivo puede resultar peligroso. Según las recomendaciones del Departamento de Salud de Estados Unidos, los adultos con una edad comprendida entre 19 y 50 años tienen asignado un límite máximo recomendado de calcio al día de 2.500 mg, y los mayores de 51, 2.000 mg. Los riesgos del consumo excesivo de este nutriente incluyen estreñimiento, incapacidad de absorber hierro o zinc y el aumento de la posibilidad de padecer cálculos renales.

"Es importante realizar actividad física 30 minutos al día para que el hueso tenga una morfología adecuada y se fortalezca"

El peso de la cáscara de un huevo medio ronda los 6 gramos. De esos 6 gramos, un 94% es carbonato cálcico, lo que supone que la cáscara de un huevo contiene mucho (tal vez demasiado) calcio. La doctora Patricia Bogas, especialista en reumatología, comenta que "tanto calcio es excesivo y puede producir hipercalcemia y hipercalciuria", por lo que recomienda que de la cáscara de un solo huevo "obtengamos suplemento para varios días".

La doctora Bogas también hace una recomendación muy importante para las personas preocupadas por su salud ósea, porque no todo es vitamina D y calcio: "Es importante realizar actividad física 30 minutos al día para que el hueso tenga una morfología adecuada y se fortalezca". Además, es más que probable que si ese ejercicio es al aire libre, nos dé un poco el sol lo suficiente como para producir la vitamina D que necesitamos.

Con estos datos, la conclusión es clara: la cáscara de los huevos está bien, en su justa medida, pero, por favor, lo más importante es comer el huevo en sí.

De entre todas las afecciones relacionadas con el desgaste que produce el paso del tiempo, perder densidad ósea es una de las más temidas. Sufrir la rotura de un hueso una vez empezamos a estar más débiles es aterrador. Para evitarlo, se ha instaurado en el vocabulario médico de la población la palabra calcio. Todo tiene calcio y si ya tenía calcio, se le pone aún más (la leche enriquecida). A tal punto ha llegado nuestra obsesión por este elemento que hemos creado diferentes categorías para determinar cómo de bueno es. Puede tener exactamente la misma composición química, pero si le echamos a la leche calcio hecho en laboratorio, es peor que si le echamos calcio de leche. Muy extraño. En nuestro afán por encontrar alimentos que nos beneficien hay cada día más requisitos. El más importante ahora es que sea natural. Esto lo cumple la última tendencia para hincharnos de calcio hasta los huesos: mezclar cáscara de huevo triturada con la comida.

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