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Tómate un respiro: ¿es sano estar a dieta constantemente?
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comer debe ser un placer

Tómate un respiro: ¿es sano estar a dieta constantemente?

Aunque ciertos regímenes estén a la orden del día con el objetivo único de adelgazar, son muchos los expertos que critican dicho método y aportan otra visión al problema del exceso de peso

Foto: ¿Harto de dietas? (iStock)
¿Harto de dietas? (iStock)

Beber solo cremas y purés, consumir 800 calorías diarias, retirar por completo los hidratos de carbono, dar prioridad a los alimentos ricos en proteínas… Son muchas las dietas que actualmente se encuentran en el mercado y que basan sus fundamentos básicos en un tipo de alimentación pensada exclusivamente para adelgazar. Un grupo de regímenes que aprovecha el descontento de la población actual con su aspecto físico para hacer negocio y que ya quedó en evidencia en 2014 gracias a la Encuesta XLS Medical sobre los factores de éxito y fracaso en la pérdida de peso.

Según este escrito, el 76% de los españoles reconoce no estar contento con su peso actual, mientras que el 81% de las personas que confían en los milagros de las dietas suelen fracasar en el intento. Unos resultados que ponen de manifiesto las carencias de un sistema que parece ganar adeptos con el paso de los años, pero que podría estar poniendo en serio peligro la salud del individuo. ¿Es sano estar constantemente a dieta?

Un recurso totalmente innecesario

"El fracaso en la dieta suele crear una insatisfacción personal que, en ocasiones, puede producir el llamado efecto rebote o el abandono del tratamiento", asegura el doctor Albert Goday, antes miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, a Europa Press. Sin embargo, esto no es solo consecuencia de una falta de motivación, sino del hecho de que la mayoría de personas consideran que comen de manera saludable sin hacerlo realmente. Cuando hablamos de una alimentación equilibrada nos referimos al consumo de frutas, verduras y dos litros de agua al día, pero también al tamaño de las raciones, la ausencia de bocados entre horas y la moderación en la ingesta de alimentos grasos y bebidas gaseosas.

Hábitos que, si se siguen a rajatabla, ofrecen un desenlace mucho más visible y satisfactorio que el de las dietas de adelgazamiento, las cuales suelen ir acompañadas de un efecto inverso que finalmente echa por tierra los esfuerzos del paciente. Y es que las dietas cortas y repetitivas, esas a las que recurrimos constantemente buscando nuestro peso ideal, suelen convertirse en un estilo de vida. Seguramente, alguna vez habéis conocido a alguien que vive pegado a una calculadora para contabilizar las calorías que ingiere o incluso a ese tipo de personas que evitan ciertos alimentos como si de una enfermedad mortal se tratara.

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Este tipo de pacientes suelen obsesionarse con la pérdida de peso y con todos esos factores que influyen en el proceso, dando lugar a una serie de carencias nutricionales y de conducta. En primer lugar, las personas que están continuamente a dieta categorizan la comida de forma determinante, es decir, deciden si es buena o mala para cumplir su objetivo. “La dieta de turno te señala qué alimentos contienen demasiadas calorías, grasa, azúcar, sodio y otras cosas que no se desean. Mientras, se aprende sobre la comida saludable o 'adelgazante', la cual se contrapone a lo que debemos evitar. Esto puede llevar a la realización de un análisis extremo y simplista sobre lo que es bueno y malo para cada uno”, señala Lú Arocena, licenciada en Nutrición, en su blog 'Esencia'.

Además, muchas de estas personas estigmatizan el acto de comer, devaluando ese proceso biológico que el propio cuerpo humano ha diseñado para nuestra supervivencia. Esta idea suele ir acompañada de un sentimiento de culpa en el caso de comer algo que no está 'permitido', generando un sufrimiento totalmente innecesario.

Este tipo de dietas pueden llevar a un análisis extremo y simplista sobre lo que es bueno y malo para cada uno

Sin embargo, el mayor peligro de todos es el aumento de peso que también pueden provocar este tipo de dietas. Un estudio, publicado por la revista ‘Evolution, Medicine and Public Health', determinó en 2016 que ponerse a dieta de manera repetitiva puede desencadenar un aumento de peso, pues el cerebro interpreta este sistema como una hambruna de corta duración, obligando al organismo a almacenar más grasa para hacer frente a la escasez de nutrientes futura.

"Sorprendentemente, nuestro modelo predice que el aumento de peso promedio para los que hacen dieta será realmente mayor que el de aquellos que nunca están a dieta. Esto ocurre porque los que no hacen dieta aprenden que el suministro de alimentos es seguro, por lo que hay menos necesidad de asegurarse las reservas de grasa", explica el doctor Andrew Higginson, profesor titular de Psicología en la Universidad de Exeter (Reino Unido) y autor del estudio. Bajo esta premisa, ¿cuál es el método adecuado para mantener la línea de manera saludable?

No hagas dieta, cámbiala

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Foto: iStock.

Partiendo de la base de que la palabra dieta no hace referencia a la restricción de alimentos, sino a lo que comemos a lo largo del día; cuando una persona quiere perder unos kilos, lo fundamental no es eliminar por completo ciertos nutrientes, sino saber recurrir a ellos en el momento adecuado. El objetivo debe ser aprender a comer mejor y de forma equilibrada, recurriendo con moderación a esos alimentos menos aconsejables y reemplazando sus carencias con otros mucho más saludables. Además, comer bien no significa llenar la nevera solo de frutas y verduras, existen otros muchos ingredientes beneficiosos para el organismo que convierten la vida sana en una auténtica delicia.

“Si bien no hay alimentos malos o prohibidos, esto no es excusa para comer lo que sea libremente. Se trata de las porciones y la frecuencia con la que comes los alimentos. Debemos moderar nuestro consumo de azúcares y harinas refinados; y favorecer el consumo de verduras y alimentos ricos en fibra. Pero a medida que aprendamos a elegir mejor, también nuestro paladar se acostumbrará a disfrutar más de las cosas sanas y ricas”, aseguran desde el portal Cocina Vital. Eso sí, este cambio de hábitos en vuestra rutina alimentaria debe ir escoltado por ejercicio físico regular. Siguiendo este sistema, las ventajas se extenderán en el tiempo y luciréis un aspecto sano y radiante.

Beber solo cremas y purés, consumir 800 calorías diarias, retirar por completo los hidratos de carbono, dar prioridad a los alimentos ricos en proteínas… Son muchas las dietas que actualmente se encuentran en el mercado y que basan sus fundamentos básicos en un tipo de alimentación pensada exclusivamente para adelgazar. Un grupo de regímenes que aprovecha el descontento de la población actual con su aspecto físico para hacer negocio y que ya quedó en evidencia en 2014 gracias a la Encuesta XLS Medical sobre los factores de éxito y fracaso en la pérdida de peso.

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