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Marion Nestle: la nutricionista a la que espía la industria alimentaria por sus revelaciones
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ENTREVISTA Exclusiva

Marion Nestle: la nutricionista a la que espía la industria alimentaria por sus revelaciones

La experta salió en los correos filtrados de la campaña de Clinton y Trump: Coca-Cola la vigilaba. Ahora publica 'Unsavory Truth', sobre los conflictos de intereses

Foto: La nutricionista Marion Nestle.
La nutricionista Marion Nestle.

En 2016, durante la campaña a las elecciones presidenciales más controvertidas y sucias de la historia de EEUU entre la candidata demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, unos hackers ligados al Kremlin robaron una vasta colección de mensajes, emails y comunicaciones de todo tipo del Partido Demócrata y los colgaron en Wikileaks. ¿Qué tiene que ver esto con la industria alimentaria? Que entre los mensajes se colaron alusiones a algunas empresas y compañías, entre ellas Coca-Cola. Resultó que había mensajes entre la consejera de Hillary Clinton, Capricia Marshall, y Michael Goltzman, vicepresidente de Coca-Cola. Había más.

Los mensajes hackeados por los rusos al Partido Demócrata revelaron que Coca-Cola espiaba a la nutricionista

Uno en concreto de enero de 2016, procedente de la división australiana y con destino a la cúpula de EEUU en Atlanta, advertía de las actividades de Marion Nestle -sin relación con la compañía suiza- y conminaba a espiar a la nutricionista en sus charlas, presentaciones, futuras conferencias, investigaciones y su actividad en redes sociales.

Pinche para leer el mail hackeado a Coca-Cola y el Partido Demócrata sobre Marion Nestle

Lo relata la propia profesora emérita de nutrición, estudios de alimentación y salud pública de la Universidad de Nueva York en su libro que sale a la venta hoy en EEUU: ' Unsavory Truth How Food Companies Skew the Science of What We Eat'.

Alimente ha entrevistado a la investigadora, que remueve los cimientos de la industria alimentaria denunciando los conflictos de intereses y las irregularidades de muchos estudios publicados en revistas de prestigio. No se cansa de predicar la necesidad de que la investigación sobre la nutrición esté libre de interferencias. Podría parecer que las leyes protegen de la colusión entre científicos y compañías, o que las publicaciones independientes están fuera de su alcance. No es así: los tentáculos de la industria aprisionan desde blogs hasta miles de webs y, peor aún, estudios científicos financiados directa o de forma encubierta, que confunden a los consumidores

PREGUNTA: ¿Cómo sienta descubrir que una gran compañía como Coca-Cola sigue de cerca tus pasos, toma nota de todo lo que haces o dices en público y analiza cada una de tus investigaciones?

RESPUESTA: Sabía que los representantes de Coca-Cola asistían a mis charlas y no me preocupaba en absoluto. Lo que no sabía era que las notas sobre mis charlas y las recomendaciones para monitorear mis actividades se transmitían a los altos ejecutivos corporativos. Pensé que esto era inmensamente halagador.

"Una cultura de valores dificultaría que la industria comprara estudios que en realidad son marketing"

P. En el libro matiza varias veces que aunque el ejemplo de la industria farmacéutica es parecido, el caso de la investigación en nutrición es aún más complejo. ¿A qué se debe? ¿Cuáles son las características que lo hacen más perverso?

R. Las complejidades de la investigación nutricional son fáciles de entender: solo piensa en la variedad de alimentos que consumimos todos los días, la mayoría de los cuales no podemos ni recordar. La pregunta más desafiante, desde el punto de vista intelectual sobre nutrición y salud, es tratar de averiguar qué come la gente en conjunto. Las dietas varían enormemente en cuanto a la ingesta de alimentos de un día a otro. Además, los hábitos de cada uno difieren de otras prácticas que afectan a la salud. Controlar todos estos factores es prácticamente imposible. Así que los investigadores lo hacen lo mejor que pueden con los métodos y la información disponibles.

P. En su libro desvela varios casos de conflicto de intereses. Cita incluso una investigacion de Gary Sacks de la Universidad Deakin de Melbourne, según la cual en 2014, cerca de 400 estudios estaban financiados por compañías y solo un 14% lo declaraban. ¿Qué se puede hacer al respecto?

R. Si los editores y el comité científico que los revisa tienen vínculos financieros con compañías de alimentación, es poco probable que vean la colusión como un problema. Necesitamos que esto cambie: es una de las razones por las que escribí este libro. Primero, hay que querer detener o mitigar la influencia en lugar de ignorarla. Se debe crear, además, una cultura profesional que valore la investigación sin conflictos, que haga que a la industria le resulte difícil conseguir que los científicos realicen estudios dirigidos, en realidad, al marketing, como ocurre a menudo. Algunas regulaciones profesionales y gubernamentales, que requieren transparencia, ayudarían, pero no son suficientes por sí mismas.

"Es difícil resistir las presiones empresariales, hay que concienciar para tomar decisiones saludables"

P. A pesar de la influencia de las grandes compañías como Nestlé, Coca-Cola o Mondelez, la guerra contra el azúcar ha dado resultados. ¿Cree que perderán su ofensiva, como ya ocurrió con la industria tabacalera?

R. Las compañías que venden cualquier producto, sin importar lo perjudiciales que sean para la salud, tienen como objetivo obtener beneficios. Es difícil para cualquier individuo resistir las presiones empresariales. Por eso necesitamos medidas sociales para facilitar que las personas tomen decisiones más saludables.

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'Unsavory truth: How Food Companies Skew the Science of What We Eat'.

P. ¿Qué va a ocurrir en la era postazúcar? La gran batalla ahora está en determinar si los edulcorantes con cero calorías como el aspartamo y otros son sanos...

R. Gran parte de la investigación sobre los beneficios de los edulcorantes artificiales está financiada por sus fabricantes o empresas que los utilizan. Estos estudios, invariablemente, muestran beneficios. En cambio, los que obtienen recursos de fuentes independientes muestran en ocasiones que son dañinos. Sabríamos mucho más sobre sus posibles riesgos y beneficios si la mayoría de los estudios se financiaran sin interferencias.

P. En España se optó por una autorregulación de la propia industria de acuerdo a un plan con el Gobierno... ¿Qué opina de ello?

R. No podemos esperar que las empresas de alimentos sean agencias de servicios sociales y promuevan la salud. Son negocios con un único objetivo: generar ganancias para los accionistas. Con ese fin, presionan a los Gobiernos, forman asociaciones con organizaciones de salud y vigilan las actividades de los críticos, todo como una parte normal de hacer negocios. Lo que realmente necesita cambiar es la ética empresarial. Las corporaciones necesitan asumir la responsabilidad social y fiscal.

"Hay que ser más escépticos: si un estudio muestra que un alimento tiene beneficios milagrosos, desconfía"

P. Con toda esta información, ¿podemos fiarnos de los estudios? Todas las semanas hay nuevas publicaciones sobre alimentos y nutrición...

R. Ningún estudio debería ser suficiente para resolver una cuestión nutricional concreta. Las respuestas deben basarse en la totalidad de las evidencias. El público general debe usar el sentido común al leer sobre los estudios de nutrición. Si muestran que un alimento tiene beneficios milagrosos o increíbles, lo sensato es esperar a que se realicen más investigaciones para ver si el 'milagro' se puede confirmar.

La ciencia funciona a partir de muchas aportaciones. Siempre, al interpretar la investigación nutricional, es importante observar el panorama general: cómo este nuevo resultado se ajusta a todo lo que ya se sabe. Si parece un gran avance o un milagro, probablemente no lo sea. La ciencia no funciona así... Un gran campo de la investigación es el de cómo la influencia corporativa afecta a la ciencia.

P. ¿Existen los estudios financiados que sean objetivos?

El libro muestra que el cohecho en sí ejerce influencia, ya sean más graves o menos. Pero los beneficiarios de la financiación no la reconocen porque se produce en gran medida en un nivel inconsciente. Incluso pequeños obsequios para los médicos, por ejemplo, las típicas plumas y la almohadilla, son suficientes para cambiar las prácticas de prescripción de un medicamento de marca más caro. Somos humanos. Nos gustan los regalos y queremos complacer al que nos obsequia, consciente o inconscientemente.

P. ¿Qué aconsejaría al público sobre lo que lee? Es muy difícil para la gente normal dilucidar si hay algo oculto o es objetivo.

R. Se necesita escepticismo. Si un estudio de un solo alimento muestra beneficios fabulosos, averigue quién lo financió. Piense si los resultados tienen sentido a la luz de todo lo que sabe. Sabemos que las dietas que incluyen verdura y equilibran calorías son buenas para la salud y evitan las comida basura procesada. Cualquier milagro nutricional que contradiga tales consejos requiere un pensamiento crítico. La comida es uno de los mayores placeres de la vida.

En 2016, durante la campaña a las elecciones presidenciales más controvertidas y sucias de la historia de EEUU entre la candidata demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, unos hackers ligados al Kremlin robaron una vasta colección de mensajes, emails y comunicaciones de todo tipo del Partido Demócrata y los colgaron en Wikileaks. ¿Qué tiene que ver esto con la industria alimentaria? Que entre los mensajes se colaron alusiones a algunas empresas y compañías, entre ellas Coca-Cola. Resultó que había mensajes entre la consejera de Hillary Clinton, Capricia Marshall, y Michael Goltzman, vicepresidente de Coca-Cola. Había más.

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